Semana del 27 de agosto al 2
de septiembre del 2017
Este fin de semana ha ocurrido
algo insólito. Nada más reunirse y darles por saludados, el Pirulo se ha
excusado y les ha comunicado que no contasen con él para nada y que no iba a
abrir el pico ni aunque se declarase la república en las tierras del Borni. Y
antes de irse a la terraza donde se relaja viendo florecer repetidamente a
algunas plantas, les ha explicado al resto del grupo que la razón era puramente psicológica. Que estaba
agotado, que llevaba en tensión desde primeros días de agosto, pues eso de
estar casi una hora esperando para pedir unas ciruelas claudias en la frutería
de costumbre, no sabe nadie lo que supone en desgaste psicológico si no lo ha
experimentado. Y sobre todo cuando esto ocurre después de estar aguardando
turno en la pescadería detrás de una docena de bilbaínos y de un par de dueños
de restaurantes, pues a los demás no les queda otro remedio que llevarse unas
pijotas al no quedar ni rastro de bonito, ni de merluza, ni mucho menos del
marisco que había ojeado al entrar.
La Tatiqui, atenta y comprensiva
como siempre, acompañó al Pirulo hasta la zona que éste había elegido, aunque
un poco renqueante debido al tirón muscular que había sufrido al intentar a la
orilla del mar, ¡a su edad!, un par de caídas en picado y haciendo tirabuzones.
Segunda floración de la Buganvilla
Tercera (¡¡¡) floración del naranjo
Esta situación no dejó de
aprovecharla , muy ufano, el Pisha, que se erigió en el moderador o, por lo
menos, en el iniciador de la conversación del grupo.
- Bueno, compañeras, supongo que ante la ausencia de nuestros prebostes,
patriarcas, decanos o como queráis denominar, aprovecharéis la ocasión para
expresaros con claridad, sin tapujos y sin las limitaciones que muchas veces os
auto-imponéis en su presencia.
- ¡Mira el Pisha! ¡Qué locuaz y académico se vuelve cuando se le suelta
el pico!, exclamó la Txuri-Txori.
Y poniéndose más seria, continuó.
- Creo que es mejor que hoy no intervengas mucho. Pues según las últimas
noticias, la Nabal gaditana tiene trabajo para unos cuantos años, y la de
Euskadi va a tener que cerrar porque no le encargan siquiera el reparar y poner
a punto la gabarra del Athletic.
Sin cortarse un pelo, el
Guindilla le dijo
- ¡Qué poca imaginación tenéis! O, por decirlo de otra manera, en eso del
marketing y de la búsqueda de clientes potenciales…¡cero patatero! ¿No habéis
leído en la prensa que los compinches del Borni quieren crear un ejército?
¡Pues, nada! Ofreceros a sentar las bases de su marina con la oferta de un par
de cruceros.
Y añadió con recochineo
- Lo malo es que si no ajustáis mucho el precio no sé si os aceptarán la
oferta. Y más, teniendo en cuenta que la mano de obra es mucho más barata en
las tierras gaditanas y están intentando ahorrar para comprar unas urnas.
Iba a seguir hablando, pero el
Borni le interrumpió a graznido limpio
-No digas sandeces, Guindilla. Que estáis más que `picados porque solo
se habla de nosotros, de nuestra futura república, de lo bien que vamos a
vivir, de nuestra semejanza con países como Dinamarca,…
- ¡Para! ¡Para!, cortó la Surfi.
Y también del Barça y del negocio
de Neymar, y de la deuda que tenéis, y del bono basura, y de la industria
armamentística,…
Y aquello se convirtió en un
intercambio de graznidos subidos de tono y en un tumulto tal que obligó a la
Tatiqui a volver de la terraza a la que se había retirado con el Pirulo, e
imponer un poco de orden.
- ¡Basta ya! Que no se os puede dejar solos ni dos minutos porque os
enzarzáis en discusiones inútiles que ni aclaran ni solucionan nada. Así que un
poco de formalidad y dedicaros a hablar de algo menos ‘trascendente’, que para
esos temas ya tenemos a los políticos de oficio, y así nos va. Que si os dejo
cinco minutos más, acabáis como los gallos de pelea, aleteando y a picotazos.
Ante estas palabras y, sobre
todo, por el tono y la actitud que las acompañaron, ninguna de las del grupo
pronunció palabra ni intentó una réplica, que las había. Y el ambiente se tornó
silencioso e incluso para alguno de los presentes, menos luminoso.
Y esta situación, que de
continuar mucho tiempo habría avocado en una fuga paulatina de las componentes
del grupo a sus lugares de origen, la rompió, como casi siempre, la más
inconsciente o menos inhibida, la Surfi.
-¡Eh, Txuri-Txori, ¡estaréis contentos! Os han quitado de la
presidencia de la Federación de Fútbol a un bilbaíno y os han puesto al frente
de la misma a un guipuche. ¡Qué más queréis! ¡Y encima en la Europa Ligue!
- ¡No vayas tan deprisa!, le contestó la interpelada. Que ni el bilbaíno acaba de irse, ni el
guipuche tiene mucha ‘chance’ por aquí. Lo que nos interesa ahora es empezar
con buen pie en Europa. Y a propósito, os invito a venir por Donostia a
primeros de noviembre para ver el partido con el Vardar. Y vosotras, las de la
Costa del Sol, ya podéis andar con cuidado que cada vez atracan más megayates en
Pasaia para hacer turismo gastronómico, y, a este paso, se os van a quedar
vacíos los amarres de Puerto Banús.
-A nosotros con las almadrabas que están al caer y los japoneses que
llegan a verlas, nos basta, le replicó el Guindilla. Y los que tenéis que andar con cuidado sois vosotros porque el flujo de
divisas de ida y vuelta está en el Campo de Gibraltar y no a la vera del nuevo
San Mamés. Y a propósito. ¿Qué era lo que contaba Unai a Valverde en la reunión
de entrenadores? ¿Qué les hacía un favor y les dejaba a Di Maria para compensar
lo de Neymar?
- No os metáis con el Barça, ‘que és més que un club’, le interrumpió
el Borni. Y como sigáis por ese camino,
enseguida nos toparemos con la estelada y no pasarán dos segundos para que
vuelva a aparecer la Tatiqui y nos corra a gorrazo limpio por volver otra vez
al terreno político.
- Es que si no hablamos de política no hay nada que hacer, dijo el
Pisha. Hablas de fútbol, y sale el Barça;
de educación, y aparecen los protocolos anti-yihadistas que van a implantar en
Cataluña; de sanidad, y la ‘Vache qui rie’ echa la culpa a la financiación del
estado;…¡Así no hay quien pueda abrir el pico! Yo me ‘abro’ y me largo a La Caleta
donde por lo menos la puesta de sol relaja y elimina el estrés que te hayan
producido los telediarios.
Y sin esperar respuesta alguna,
alzó el vuelo, se dirigió hacia poniente, y echó la vista atrás para ver si
alguien le seguía. Y no se equivocó. La Surfi y el Guindilla también habían
levantado el vuelo y tomado la misma dirección. El resto, al ver que aquella
charla no tenía futuro, se desperdigaron por la zona sin quedar siquiera para
la semana siguiente.
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