En este fin de semana estaban
todas las gaviotas como ‘amurriadas’. Tal vez porque pensaban que habían estado
muy duras con el Borni el fin de semana pasado, al que el supuesto desprecio a
sus teorías anti-tabaco había herido profundamente. Y el no verle este año
explicando pormenorizadamente lo que había observado en la celebración de la
Díada, cosa que hacía siempre por estas fechas con las alas pintadas en franjas
rojas y gualdas, les había hecho decaer los ánimos. ¡Con las risas que hacían
cuando se presentó una de las veces con las plumillas de la cabeza recortadas
en forma de estrella! Entre eso y los colores de las alas parecía una estelada
ondeando al viento cuando hacía el vuelo de aproximación.
Sólo la Surfi se acercaba a unos
y otras susurrando liviandades y animando a que se iniciase una de las charlas
del grupo en las que tanto aprendía y tan poco intervenía. Al final tomó la
palabra en el tono más alto e inquisitivo que pudo para intentar desbloquear la
situación.
- ¿Alguno de los cerebrines aquí presentes me puede explicar a cuento de
qué quieren quitar los exámenes de septiembre?
De entre los que pululaban por
allí, unos se encogieron de alas, otros miraron hacia otro lado como los buenos
políticos cuando surge un problema que no les interesa, y la mayoría se
volvieron hacia el Pirulo como quien cambia de tercio. Pero el Pirulo ni se
inmutó, por lo que el Pisha, que le conocía a fondo y sabía cómo provocarle
para que interviniera, hizo una de esas afirmaciones que, suponía, le
arrancaría de su indiferencia. ¿O era somnolencia?
- Mira Surfi, que yo sepa, en Infantil no creo que existan, pues no me
imagino que obliguen a repetir en septiembre ese dibujito tan mono que hicieron
para el día del padre o de la madre. Primero, porque no suelen ir a protestar a
la ‘seño’ ni padres ni madres por la porquería de trazos y colores que les
había tocado en suerte, y exigiendo además su repetición. Segundo, porque
aunque eso ocurriese, y tal como está el mundo, es fácil que el padre/madre
haya cambiado para septiembre o, por lo menos, uno de los progenitores pueda
darse por desaparecido después de las típicas discusiones vacacionales.
Tercero,…
- ¡Vale ya, Pisha! ¡No enredes más en el cerebro de la Surfi, que va a
acabar con calenturas!, le interrumpió, como el Pisha tenía más que
previsto, el Pirulo. Que el problema de
los exámenes de septiembre viene de lejos. Ya existían en los tiempos en que
había un examen de ingreso a bachillerato para alumnos de diez años. Ahora es
distinto. En Infantil y Primaria, el profesorado tiene muy claro ya en junio
qué alumnos tienen que repetir curso, y no necesitan esperar a septiembre. Así
que el que tiene que repetir, repite. Y el que ha repetido ya las veces que
permite la ley, pues…¡adelante con los faroles!
- O sea que el problema aparece a partir de lo que denominan la ESO.
¿Estoy en lo cierto?, planteó la Surfi.
- ¡Exacto!, confirmó la Tatiqui. Y
para que no nos liemos, vamos a ir pasito a pasito.
Y a continuación invitó al resto
a que propusiesen soluciones o defendiesen una de las dos más comunes, a saber,
mantener las convocatorias de septiembre o trasladar estas al final de junio o
julio. Y la misma Surfi fue la que se encargó de eliminar parte de la
propuesta, casi sin dejar a la Tatiqui acabar de plantearlas.
- Pero, ¿a quién se le ha ocurrido proponer lo de trasladar lo de
septiembre a finales de junio? ¡Esa posibilidad hay que eliminarla! Yo tengo
aun recientes mis tiempos de estudiante y no creo que haya inteligencias tan
lúcidas ni voluntades tan firmes como para conseguir en quince días lo que no
has conseguido en nueve meses.
-¡Tranquila, Surfi!, le dijo el Guindilla. Que esa propuesta no tendrá mucho recorrido, pues creo que sus únicos
defensores son los progenitores con custodia compartida. Pues ya me diréis lo
que puede apetecerle a un padre/madre que tiene a sus hijos en el mes de
veraneo el estar pendiente de academias, profesores particulares, control de
tiempos de estudio, etc, etc,..Si lo que desean es llevar a sus vástagos al
acuapark más próximo y colmar todos sus caprichos.
- ¡Vamos a ver!, intervino la Txuti-Txori. Tenemos que hacer un análisis de hechos académicos reales y llegar a
través de ellos a una conclusión. Y antes de dar una solución global ver a qué
casos afectará esa solución. Y empecemos con los que en junio no han aprobado
ni el recreo.
- Pero, ¿qué queréis que propongamos? Esos tienen asumido que les van a
promocionar al curso siguiente o en ese mismo mes de junio o en el del año
siguiente, según las veces que hayan repetido curso hasta ese momento. Y
supongo que si no han dado ni palo al agua, los progenitores tendrían algo que
decir. Y si no quieren estudiar, que los pongan de camareros o lavaplatos en
cualquier chiringuito ya que en el verano aparecen muchas ofertas de este tipo
de trabajo en esta zona. Pero desde luego, sean muchos o pocos, no deben
influir en la decisión de mantener o adelantar los exámenes de septiembre.
Por los movimientos de cabeza que
se vieron en el grupo, la mayoría apoyaba lo que había expuesto el Filloas, y
éste, al ver que nadie se decidía a hablar, continuó.
- Yo organizaría exámenes a finales de julio y a primeros de septiembre,
y dejaría a iniciativa de de alumnos y padres el presentarse a unos u otros. Y aquí
paz y después gloria. Se acabaría la discusión.
- Veríamos que opinan los sindicatos. La montarían fina, dijo el
Pisha.
- A no ser que el organizar y atender los exámenes de julio tuviese una
contrapartida…¡económica! ¿Eh, Pisha?, le interpeló la Surfi.
- Pues me das una idea, Surfi, le contestó el aludido. Lo que tenía que
hacer la Junta, adelantándose al resto de autonomías, es pedir al estado la
financiación del profesorado que destine, durante todo el mes de julio, a dar
clase a los suspendidos antes de examinarlos allá por el día de San Ignacio.
Así, si el estado dice que nanai, que es lo más previsible, podía echar la
culpa a Madrid. Y de paso, en el mismo paquete, les culparía de los fallos de
sanidad, de los incendios forestales y hasta del inexistente funcionamiento del
tranvía de Granada.
-No des ideas a la Junta, Pisha. Que las escopetas las carga el diablo,
complementó el Guindilla. Que igual
se le ocurre camelar a los sustitutos esos que contratan por nueve meses para
ahorrarse los de verano, y les ofrece un contrato anual a cambio de hacerse
cargo de esas clases. Aunque, pensándolo bien, no sería mala idea. Los padres
contentos porque se despreocuparían de buscar academias y de pagarlas. Los
sustitutos encantados con eso de cobrar doce meses al año, y los alumnos
dispuestos a lo que sea con tal de estar libres en agosto que es cuando hay
fiestas por todos los pueblos. Los únicos que torcerían el morro serían los
equipos directivos que no podrían escaquearse en el mes de julio ni para hacer
una escapadita de fin de semana.
En esto, la Tatiqui, a la que se
le veía nerviosa desde hace rato, dio dos graznidos y anunció
-Vosotros hacer lo que queráis, que yo salgo ahora mismo volando hacia
la capital del reino, pues no quiero perderme la inauguración del Wanda
Metropolitano.
Y sin despedirse de nadie ni decir una palabra de más, alzó el vuelo y
tomo dirección norte. El resto se quedó sin saber qué decir, ni qué hacer,
hasta que el Pisha levantó también el vuelo y se fue en pos de la Tatiqui, animando
a todos a seguirle, diciendo
- ¡Es verdad! ¡Que además, ese nuevo estadio lo inauguran los
‘boquerones’! ¡Vamos todos! A ver si por fin los andaluces les damos un susto a
los madrileños!
Y le siguieron en masa, aunque
alguno, como el Filloas, remoloneando pues lo suyo no era el fútbol sino la
poesía y los paisajes bucólicos.
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