domingo, 17 de septiembre de 2017

Semana del 10 al 16 de septiembre del 2017

En este fin de semana estaban todas las gaviotas como ‘amurriadas’. Tal vez porque pensaban que habían estado muy duras con el Borni el fin de semana pasado, al que el supuesto desprecio a sus teorías anti-tabaco había herido profundamente. Y el no verle este año explicando pormenorizadamente lo que había observado en la celebración de la Díada, cosa que hacía siempre por estas fechas con las alas pintadas en franjas rojas y gualdas, les había hecho decaer los ánimos. ¡Con las risas que hacían cuando se presentó una de las veces con las plumillas de la cabeza recortadas en forma de estrella! Entre eso y los colores de las alas parecía una estelada ondeando al viento cuando hacía el vuelo de aproximación.

Sólo la Surfi se acercaba a unos y otras susurrando liviandades y animando a que se iniciase una de las charlas del grupo en las que tanto aprendía y tan poco intervenía. Al final tomó la palabra en el tono más alto e inquisitivo que pudo para intentar desbloquear la situación.

- ¿Alguno de los cerebrines aquí presentes me puede explicar a cuento de qué quieren quitar los exámenes de septiembre?

De entre los que pululaban por allí, unos se encogieron de alas, otros miraron hacia otro lado como los buenos políticos cuando surge un problema que no les interesa, y la mayoría se volvieron hacia el Pirulo como quien cambia de tercio. Pero el Pirulo ni se inmutó, por lo que el Pisha, que le conocía a fondo y sabía cómo provocarle para que interviniera, hizo una de esas afirmaciones que, suponía, le arrancaría de su indiferencia. ¿O era somnolencia?

- Mira Surfi, que yo sepa, en Infantil no creo que existan, pues no me imagino que obliguen a repetir en septiembre ese dibujito tan mono que hicieron para el día del padre o de la madre. Primero, porque no suelen ir a protestar a la ‘seño’ ni padres ni madres por la porquería de trazos y colores que les había tocado en suerte, y exigiendo además su repetición. Segundo, porque aunque eso ocurriese, y tal como está el mundo, es fácil que el padre/madre haya cambiado para septiembre o, por lo menos, uno de los progenitores pueda darse por desaparecido después de las típicas discusiones vacacionales. Tercero,…

- ¡Vale ya, Pisha! ¡No enredes más en el cerebro de la Surfi, que va a acabar con calenturas!, le interrumpió, como el Pisha tenía más que previsto, el Pirulo. Que el problema de los exámenes de septiembre viene de lejos. Ya existían en los tiempos en que había un examen de ingreso a bachillerato para alumnos de diez años. Ahora es distinto. En Infantil y Primaria, el profesorado tiene muy claro ya en junio qué alumnos tienen que repetir curso, y no necesitan esperar a septiembre. Así que el que tiene que repetir, repite. Y el que ha repetido ya las veces que permite la ley, pues…¡adelante con los faroles!

- O sea que el problema aparece a partir de lo que denominan la ESO. ¿Estoy en lo cierto?, planteó la Surfi.

- ¡Exacto!, confirmó la Tatiqui. Y para que no nos liemos, vamos a ir pasito a pasito.

Y a continuación invitó al resto a que propusiesen soluciones o defendiesen una de las dos más comunes, a saber, mantener las convocatorias de septiembre o trasladar estas al final de junio o julio. Y la misma Surfi fue la que se encargó de eliminar parte de la propuesta, casi sin dejar a la Tatiqui acabar de plantearlas.

- Pero, ¿a quién se le ha ocurrido proponer lo de trasladar lo de septiembre a finales de junio? ¡Esa posibilidad hay que eliminarla! Yo tengo aun recientes mis tiempos de estudiante y no creo que haya inteligencias tan lúcidas ni voluntades tan firmes como para conseguir en quince días lo que no has conseguido en nueve meses.

-¡Tranquila, Surfi!, le dijo el Guindilla. Que esa propuesta no tendrá mucho recorrido, pues creo que sus únicos defensores son los progenitores con custodia compartida. Pues ya me diréis lo que puede apetecerle a un padre/madre que tiene a sus hijos en el mes de veraneo el estar pendiente de academias, profesores particulares, control de tiempos de estudio, etc, etc,..Si lo que desean es llevar a sus vástagos al acuapark más próximo y colmar todos sus caprichos.

- ¡Vamos a ver!, intervino la Txuti-Txori. Tenemos que hacer un análisis de hechos académicos reales y llegar a través de ellos a una conclusión. Y antes de dar una solución global ver a qué casos afectará esa solución. Y empecemos con los que en junio no han aprobado ni el recreo.

La mayoría empezó a repetir compulsivamente el signo      , y solo el Filloas se atrevió a decir

- Pero, ¿qué queréis que propongamos? Esos tienen asumido que les van a promocionar al curso siguiente o en ese mismo mes de junio o en el del año siguiente, según las veces que hayan repetido curso hasta ese momento. Y supongo que si no han dado ni palo al agua, los progenitores tendrían algo que decir. Y si no quieren estudiar, que los pongan de camareros o lavaplatos en cualquier chiringuito ya que en el verano aparecen muchas ofertas de este tipo de trabajo en esta zona. Pero desde luego, sean muchos o pocos, no deben influir en la decisión de mantener o adelantar los exámenes de septiembre.

Por los movimientos de cabeza que se vieron en el grupo, la mayoría apoyaba lo que había expuesto el Filloas, y éste, al ver que nadie se decidía a hablar, continuó.

- Yo organizaría exámenes a finales de julio y a primeros de septiembre, y dejaría a iniciativa de de alumnos y padres el presentarse a unos u otros. Y aquí paz y después gloria. Se acabaría la discusión.

- Veríamos que opinan los sindicatos. La montarían fina, dijo el Pisha.

- A no ser que el organizar y atender los exámenes de julio tuviese una contrapartida…¡económica! ¿Eh, Pisha?, le interpeló la Surfi.

- Pues me das una idea, Surfi, le contestó el aludido. Lo que tenía que hacer la Junta, adelantándose al resto de autonomías, es pedir al estado la financiación del profesorado que destine, durante todo el mes de julio, a dar clase a los suspendidos antes de examinarlos allá por el día de San Ignacio. Así, si el estado dice que nanai, que es lo más previsible, podía echar la culpa a Madrid. Y de paso, en el mismo paquete, les culparía de los fallos de sanidad, de los incendios forestales y hasta del inexistente funcionamiento del tranvía de Granada.

-No des ideas a la Junta, Pisha. Que las escopetas las carga el diablo, complementó el Guindilla. Que igual se le ocurre camelar a los sustitutos esos que contratan por nueve meses para ahorrarse los de verano, y les ofrece un contrato anual a cambio de hacerse cargo de esas clases. Aunque, pensándolo bien, no sería mala idea. Los padres contentos porque se despreocuparían de buscar academias y de pagarlas. Los sustitutos encantados con eso de cobrar doce meses al año, y los alumnos dispuestos a lo que sea con tal de estar libres en agosto que es cuando hay fiestas por todos los pueblos. Los únicos que torcerían el morro serían los equipos directivos que no podrían escaquearse en el mes de julio ni para hacer una escapadita de fin de semana.

En esto, la Tatiqui, a la que se le veía nerviosa desde hace rato, dio dos graznidos y anunció

-Vosotros hacer lo que queráis, que yo salgo ahora mismo volando hacia la capital del reino, pues no quiero perderme la inauguración del Wanda Metropolitano.

Y sin despedirse de nadie ni  decir una palabra de más, alzó el vuelo y tomo dirección norte. El resto se quedó sin saber qué decir, ni qué hacer, hasta que el Pisha levantó también el vuelo y se fue en pos de la Tatiqui, animando a todos a seguirle, diciendo

- ¡Es verdad! ¡Que además, ese nuevo estadio lo inauguran los ‘boquerones’! ¡Vamos todos! A ver si por fin los andaluces les damos un susto a los madrileños!


Y le siguieron en masa, aunque alguno, como el Filloas, remoloneando pues lo suyo no era el fútbol sino la poesía y los paisajes bucólicos.

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