Semana del 15 al 21 de febrero del 2015
¡Vaya semanita! Nos hemos tenido
que refugiar todas en el extremo este de la playa de San Pedro de Alcántara,
junto al Kala Kalua, que en estas celebraciones del carnaval permanece casi
desierto, y desde donde podemos mantener vigilada toda la playa de San Pedro.
CHIRINGUITO KALA-KALUA
VISTA DE LA PLAYA DE S.PEDRO DESDE EL KALA-KALUA
Y como es natural, la
conversación se ha desarrollado por los derroteros más ‘’insospechados’’,
aunque sí propicio a manifestaciones del ingenio de las gaviotas participantes:
los carnavales autonómicos y su idiosincrasia. Y sin proponérnoslo siquiera, el
que ha iniciado todo ha sido el carnavalesco por antonomasia, el Pisha.
- ¡Anda que este año, vaya nombres que se han puesto las agrupaciones
chirigoteras! ‘Los buscaruina’ ¿se
referirán a nuestros políticos? ¡Mira que la denominada ‘El que no entra no sale’! No tengo ni idea de qué estarían recordando
cuando se lo inventaron, pues lo mismo han tenido intenciones eróticas que
estaban pensando en nuestros alcaldes que, por la edad, van a tener que
jubilarse en cualquier momento.
- Pues lo que escriben por ahí sobre el origen de vuestro Carnaval
tampoco tiene desperdicio, intervino el Pirulo. Según he oído, son el ‘hijo pródigo’ del cristianismo. Aunque las
agrupaciones cantoras no aparecen hasta el siglo XIX, y lo único que pretendían
es alegrar los oídos de los gaditanos de pro para conseguir de ellos alguna
invitación o algunas monedas.
- ¡Déjate de historias, Pirulo!, contrarrestó el Pisha. Que del tema del Carnaval soy un ‘enterao’. Que
las agrupaciones empezaron a estar tuteladas por el Ayuntamiento a partir de
1.861. ¿Te enteras? ¡Desde 1.861! En ese año, el alcalde, que era un tal Julio
Valverde, destinó nada menos que 30.000 reales de vellón para la reforma ( y
control, ¡por supuesto!) de los Carnavales de Cái.
- Pues me han llegado noticias de que este año ha participado una
agrupación de cerca de mi tierra, dijo la Txuri-Txori. Y no sé si por doraros la píldora se han bautizado con el nombre de ‘Lo que pide Cádiz’?. ¡Y son de
Santoña! ¿Han venido a cantar o llevarse vuestros boquerones de la Bahía para
envasarlos como anchoas del Cantábrico?
- Lo que sí te aseguro, le contestó un poco mosqueado el Pisha, es que será difícil ver y oír a un ochote
gastronómico de esos que tenéis por allí, cantando en euskera en el Falla.
- ¡Haya paz!, dijo la Tatiqui. ¡Que
carnavales y fiestas hay en todos lados! Y como sigamos por ese camino de …’’¡y
tú más!’’, esto va a parecer más una
reunión de políticos que a una de pacíficas aves marinas.
- ¡Yo te apoyo!, exclamó el Borni, que yo tampoco soy de gastar energías,..¡ni euros!, en unas fiestas de
este tipo. Además he leído en alguna de esas múltiples páginas web oficiales
que hay en nuestra tierra, que nuestras fiestas de carnaval son más antiguas
que todas las vuestras. O que sus raíces se hunden, como diría el poeta, en
tiempos inmemoriales.
- ¡Vamos! Que los Carnavales os los inventasteis vosotros, intervino
calmadamente el Filloas. Menos mal que
nosotros nos conformamos con el hallazgo de la morriña y con venderos nuestros
percebes para que los acompañéis con un cava ‘brut’.
- No se dice eso exactamente, contestó el Borni. Pero sí se afirma que el origen de los carnavales está en unas
celebraciones especiales que ya organizaban los egipcios en tiempo de los
faraones. Y el ‘’quid’’ de la cuestión estaba en que en esos festejos estaba
permitido hacer lo que en tiempo normal prohibía la ley.
- ¡Hombre!, dijo el Guindilla. ¡Eso
no es nuevo! Ahora pasa lo mismo, pero al revés. En tiempo normal, algunos de
los que nos mandan, o están ahí arriba cerca de ellos, son los que hacen las
cosas que prohíbe la ley. Y además en cualquier día, sin necesidad de que sean
carnavales. Y tú, Borni, podrías dar unos cuantos ejemplos, ¿no?.
- ¡No empecemos otra vez! ¡Que estamos hablando de carnavales populares!,
¡Po-pu-la-res!, medió la Txuri-Txori. Y
en mi tierra, los de Tolosa son los más famosos. Los celebrábamos hasta en
tiempos de Franco, y eso que estaban prohibidos. Lo que pasa es que los
llamábamos ‘’Fiesta de la Primavera’’, aunque la tal fiesta la celebrásemos en
pleno invierno. Y aquí también, en sus comienzos, eran celebraciones rurales
que se organizaban para ‘postular’, es decir, para pedir dinero o cualquier
tipo de material comestible que permitiese montar una buena francachela a la
gente joven.
- Nuestros carnavales no sé si serán los más antiguos, pero son los más
numerosos, nos informó el Filloas. Con
deciros que creo que somos la autonomía con más carnavales declarados de
interés turístico. Entre estos y los normales hay unos 20 que aparecen en los
folletos turísticos de la Xunta. Además, el de Xinzo de Limia se celebra
durante cuatro, digo bien, cuatro fines de semana. Así que si a alguna de
vosotras le apetece, aun está a tiempo de curiosear cómo son.
CARNAVALES DE XINZO DE LIMIA
A partir de ese momento la conversación
por parejas o tríos se generalizó, y derivó por otros derroteros, sobre todo
por el de los disfraces reales que se habían visto en las distintas zonas, y el
de esos disfraces que alguna de las presentes se había imaginado pero no los
había encontrado plasmados en algo real. Como casi siempre fue el Pisha el que
más voces daba planteando que le hubiese gustado ver a gente con trajes deteriorados,
caras tristes, lagrimones maquillados en el rostro, y asomando la cabeza por un
marco de ventana que debían de llevar apoyado en los hombros. Y cuando alguna
le preguntó que de qué era ese disfraz, les contestó lo siguiente:
- De defenestrados. Si van con traje y corbata, de defenestrados de la
Junta., si van con bata blanca, defenestrados de sanidad; y si van normales,
con pantalón vaquero y tal, defenestrados monitores de educación.
La cosa siguió hasta que los disfraces
que se le ocurrieron a alguna de las presentes era copia de de lo que no-usaban
y no-vestían los que participaban en el programa de ‘’Adán y Eva’’, al hilo de
lo cual otras proponían imaginarnos personajes conocidos ‘vestidos’ de esa
guisa. Como es fácilmente imaginable se armó tal guirigay que los empleados del
Kala Kalua salieron con diversos y contundentes instrumentos de limpieza, y nos
espantaron en todas las direcciones en un abrir y cerrar de ojos.
ENTRADA AL KALA-KALUA
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