Semana del 22 al 28 de febrero del 2015
Aquí todo el mundo se distribuye
en una de estas tres categorías: la de los que lo ven todo mal, la de los
‘¡todo va fenómeno!’, y, tal vez la más numerosa, la de los que se callan. Y
esto no lo digo porque sea un cerebrín, sino porque hoy nos hemos pasado la
mañana en la plaza de la iglesia que, debido al calorcillo pre-primaveral y a
la denominada ‘’semana blanca’’ escolar (mejor sería calificarla como ‘’semana
en blanco’’), estaba repleta de jubilados/as con niños a su cargo. Y
aprovechando que los rapaces estaban entretenidos en perseguirse, salpicarse
con agua de la fuente y, los más pequeños, espantar a nuestras casi congéneres,
las palomas, no hacían más que darle a la ‘’húmeda’’ y relatar casos de
familiares o de amigos que apoyaban las dos opiniones extremas en relación con
la situación social, laboral, política y hasta deportiva en que estaban
inmersos.
LA CONCHA (1 DE MARZO)
Y cuando nos hemos reunido cerca
de la playa después de picotear en los contenedores del único chiringuito
abierto, nos hemos puesto a rememorar las situaciones con las que defendían
unos y otros sus posturas a favor y en contra de la mejora de la economía, o
trataban de reflejar la realidad social en la que se desenvolvían. Y ha sido el
Filloas el que nos ha sorprendido cuando ha hincado el diente en la alta
autoestima de sus compañeras autonómicas por antonomasia.
PASEO DE SALAMANCA, CAMINO DE LA PLAYA
PASEO DE SALAMANCA, CAMINO DEL PUEBLO
- ¡Estaréis contentos! A uno le ha ganado el humilde Málaga por 0-1, y al
otro le ha dejado en la cuneta un Torino que llegaba a la Catedral con la
cabeza gacha.
- ¡Mejor no hables, Filloas!, contestaron prácticamente al unísono
los interpelados. Que con la marcha del
Deportivo y con el hecho de que se os está hundiendo una de la torres de la
Catedral de Santiago, no levantáis cabeza en un par de lustros.
- ¡Dejaros de monsergas!, intervino el Pisha. Que hemos venido aquí a tratar de reproducir entre todas lo que hemos
oído en la plaza. Y a mí, lo que más me ha impresionado es eso que ha comentado
uno de ellos sobre el agobio generalizado. Decía que como siga la cosa así, van
a inventarse en sanidad unas bonitas siglas, como por ejemplo AGO, y la van a
declarar nueva enfermedad social.
- Pero, ¿qué memeces dices, Pisha? ¿Qué es eso del AGO?, le
interrumpió muy serio el Guindilla?
- ¡Mira!, contestó el aludido. Me
refiero a que cualquier situación que se generaliza y que tiene efectos
negativos sobre las personas, pues…¡siglas al canto! Antes, a los chavales que
les dabas un bofetón, lloraban y procuraban no repetir la acción que lo había
provocado. Ahora no puedes hacerlo porque, aparte de maltrato, puede provocar
estrés post-traumático. Antes, el que no podía estarse quieto en clase,
enredaba con todo, y enzurizaba a todo el mundo, lo denominabas ‘rabo de
lagartija’ y lo toreabas como podías. Ahora es una persona con TDAH y, hasta en
ciertos casos, se les trata médica y farmacéuticamente. Antes te hablaban de
los PAS y sabías que se referían al personal administrativo y de servicios de
cualquier centro educativo. Ahora los PAS son Personas de Alta Sensibilidad y
ya tienen asociaciones para tratamientos grupales. Pues AGO, lo mismo: Agobio
Generalizado Ontológico. Agobio de la
Junta porque han descubierto la incorrecta utilización de los fondos europeos;
agobio de los estudiantes que, sin haber empezado a hincar los codos, tienen
ataques de ansiedad y depresiones tres meses antes de que empiecen los
exámenes; agobio familiar por un plazo que hay que pagar allá por Navidades;…
- ¡Ah! Por eso contaba un señor con pantalón de pana y que se apoyaba en
una cachaba de buena madera que para agobios lo que pasó él después de no sé
qué guerra buscando pan para un bocata. Y que con su experiencia, le había dado
un buen consejo a su hijo: ‘’Cuando estés agobiado, queda con amigos
optimistas, y a poder ser sin problemas, y tómate unas cañas con ellos. Tienes
aseguradas un par de horas sin agobios. ¡Pero no abuses de las cañas!’’,
aportó el Pirulo.
- A mí lo que me ha guastado era lo que decía un ‘guiri’ medio en
espanglish, intervino la Surfi. Era
algo así: ‘’The espanish pipol very much suerte. Tener sol, bares con
good birras, mulieres beautiul, y very much free time. ¿qué más querer?
¿ Very much money? Todo no ser posible.’’
- Lo que pasa es que ese ‘guiri’ no sabe lo que pasa por aquí en el mundo
laboral, dijo muy seria la Tatiqui. Y
si no, que hubiese escuchado los casos que comentaban en la plaza. Emigrantes que llevan
casi cinco años trabajando sin contrato
y sin seguridad social para lo que él llama 'un espanish people' , sin poder tener papeles
para lograr la residencia. Y no hablemos de lo que le paga y de lo que él cobra
por los trabajos que le hace. O ese otro caso del que está contratando a prueba
sucesivamente a distintos trabajadores para conserjes de una urbanización, y
reduciendo cada vez más el sueldo, hasta que encuentra uno que acepta una
miseria. ¡Que hay mucha gente que se aprovecha de las circunstancias!
- Pero siempre hay gente optimista, se conforma y alegra con lo que le
ofrecen, y acabarán sacando la cabeza del hoyo, añadió el Borni. Y si no, mira lo que contaba el bigotudo que
estaba fumándose un cigarrillo. Joven de veintipocos años. Le ofrecen un
contrato de aprendiz de no sé qué, por 400 euros al mes, con la promesa de que
en un par de meses, y si rinde, le hacen uno definitivo con el doble de
sueldo.¡ Y anda por ahí más contento que unas pascuas!¡Todo es según el color
del cristal con que se mira!
- Yo, aun estoy riéndome del caso que ha contado uno de ellos, no me
acuerdo cuál, dijo la Txuri-Txori. Y
que conste que no tiene ninguna intención racista, sino que refleja simplemente
los distintos niveles de educación familiar. Iban a salir el abuelo y su nieto
de unos cuatro o cinco años a la plazuela próxima al hogar familiar, y el
abuelo recuerda a su nieto que coja algún juguete para entretenerse. El crío,
ni corto ni perezoso, vuelve sobre sus pasos, coge un par de coches, camiones,
o lo que sea, de los que le han dejado los últimos Reyes, y vuelve a la vera de
su abuelo. Pero antes de cruzar la puerta de la casa, se detiene ante una
imagen del Niño Jesús que había junto al zaguán, se pone muy serio, y murmura
no sé qué. El abuelo, asombrado, le pregunta: ‘’¿Qué haces?’’ Y el nieto responde
en un susurro casi inaudible: ‘’Pedir al Niño Jesús que hoy los moritos no me
quiten los juguetes como otros días’’
Cuando la Txuri- Txori acabó su
relato, decidimos por unanimidad quedarnos con el buen sabor de boca que nos
había dejado el ingenio de un crío de esa edad, y con la convicción de que ese
tipo de actuación iniciaría la construcción de un andamiaje psicológico que le
permitiese en el futuro superar agobios innecesarios. Y nos dispersamos todas
conlo que podía denominarse ‘’una sonrisa en el pico’’
(Todas las situaciones reflejadas en estas líneas están ‘’adornadas’’,
pero reflejan realidades comprobables en nuestro entorno social y laboral)
No hay comentarios:
Publicar un comentario