Semana del 23 al 29 de noviembre del 2014
¡Vaya semanita! Esta vez nos ha
tocado lluvia y …¡tornados! Menos mal que estábamos todas distribuidas en
nuestros refugios particulares, al amparo de las urbanizaciones, unas, y en lo
alto del pueblo, otras. Es curioso, pero la gente del lugar estaba contenta, y
la expresión que más se oía era: ‘’¡Esto es bueno para llenar los pantanos!’’.
Como es casi, casi natural, las personas normales están hartas de hablar de los
corruptos, y lo que les preocupa es que el próximo verano haya agua suficiente
y, de esa manera, no funcionarían las desaladoras y no habría un incremento en
el precio del agua.
Como es obvio, no nos hemos
podido reunir, y yo me he dedicado a lo que más me gusta, es decir, a no hacer
nada. Pero lo malo de este ‘vicio’ es que la imaginación se te desboca, y lo
mismo estás recordando tiempos pasados
que pensando en lo que quieres hacer en el futuro. Y es que estamos ya para
comenzar diciembre y se agolpan las tareas, mediatizadas, como siempre, por eso
que nos meten por los ojos desde la TV que vemos a través de las ventanas de
los pocos apartamentos de la zona que están habitados en estas fechas. Y por lo
que parece nada cambia de un año para otro, por lo menos en cuanto a los
anuncios emitidos para inducir a comprar regalos, y cuanto antes mejor:
perfumes y colonias para señoras y caballeros, juguetes para los más pequeños,
y lotería de Navidad para todos. ¡Estos humanos se preparan un diciembre bien
ajetreado!
Y
yo, mientras tanto, rememorando con la Tatiqui nuestra estancia en
Londres: los jardines de la casa donde nos aposentamos,
la visita el British Museum, desde sus cristaleras
el paseo por el Covent Garden
Market,
y nuestros devaneos a orillas del
Támesis, junto a Citi.
En resumen, semana de mucho agua
y pocas ganas de charlar
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