Semana del 26 de febrero al 4 de marzo del 2017
Al comienzo de la semana, todas
las gaviotas, las del grupo y las demás, se habían animado con el calorcito del
sol, las buenas temperaturas y la ausencia de vientos.
Pero parece que basta que se
acerque el fin de semana y sea porque comienza la cuaresma, o se ausente el
Picardo de Gibraltar para pedir árnica frente al brexit, o chalaneen los
estibadores convocando y desconvocando la huelga o, seguro, porque estamos en
primavera, el tiempo vuelve a estropearse. Baja la temperatura, avanzan los
nubarrones desde el oeste y, por culpa de estos últimos, hasta la Concha deja
de verse.
El Pirulo y su grupo se
refugiaron en la zona de los eucaliptos desmochados. Allí, cada uno se puso a
hablar de lo primero que se le ocurría, con tan buena suerte que el desánimo
que embargaba a casi todas provocaba que el resto escuchase más o menos
atentamente y, en todo caso, sin interrumpir a quien tenía la palabra.
- Por fin ha empezado la costera de la anchoa y, por las primeras
capturas que han entrado en las lonjas guipuzcoanas, la campaña se presenta con
buenas perspectivas, comentó la Txuri-Txori
-¿Y a qué viene eso?, le interpeló el Pisha. Es como si aquí hablásemos de los boquerones cada vez que sirven un
plato de los ídem al limón en un chiringuito.
-Pues la cosa está muy clara, Pisha, le contestó la aludida. Porque no quiero hablar de noticias como la
de la senadora de Podemos por Álava. Un montón de meses sin pagar el alquiler
social del piso en que vivía, Y todos los meses en que ha ejercido de senadora sin
cumplir la norma del partido de ceder el excedente del sueldo y…¡sin renunciar
a su escaño!
- En eso te doy la razón, le reforzó el Pisha. Si te pones a hablar de los políticos no te encuentras con nada que
aumente la autoestima de los que, según ellos, somos la ‘gente’.
-Pues si no hablamos de los políticos, no podemos hablar de la identidad
de género, no se nos puede ocurrir gritar eso de ‘’¡Gibraltar español’’, y
menos aun meternos con los estibadores de Algeciras, y no podemos ná de ná, lo
mejor, lo más ‘in’, será…¡que el Pirulo nos cuente algo de su historia!,
sentenció el Guindilla.
Y el Pirulo ni se hizo de rogar,
ni permitió ninguna sugerencia más.
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El Pirulo comenzó el año 90 yéndose a París. No sólo, sino bien
acompañado por unos cuantos familiares
No se privó ni de un viaje turístico por el Sena ni de la inexcusable
visita al Museo del Louvre
Aunque no entró, no dejó de admirar la famosa entrada del Moulin Rouge,
y la también llamativa plaza Tertre
Y como todo turista que se precie, se hizo más de una foto a los pies
de la torre de Eiffel
Aunque pasó unos días de agosto en Candelario, para lo que se reservó
fue para sus andanzas navideñas al otro lado del océano, en México , estancia
que iba a repetir en años sucesivos
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