sábado, 22 de agosto de 2015

Semana del 16 al 22 de agosto del 2015 (El Hormiguero II)



CRÓNICA DE UNA CHAPUZA ANUNCIADA (cont)


El Hormigo-Rey inició la reunión y, aprovechando el que nadie podía interrumpirle, se autoproclamó el más bueno, el más listo y el más preocupado por el bienestar de todos los que habitaban en el hormiguero. Y por si quedaban dudas, pregonó a los cuatro vientos todo lo que había mejorado durante su mandato.

- Este año hemos puesto cámaras de vigilancia de infrarrojos en los sótanos donde guardamos los vehículos de transporte de grano, para evitar desmanes en época de invierno, anunció con vos engolada.

(- Si aquí no entran ni las cigarras en invierno. Y de vehículos, ¡ni me hables!. Que quedan dos y ni han pasado la ITV, murmuró por lo bajinis una de las hormigas-obrero que asistían a la asamblea.)

(- Pues como no sea para sacar fotos a las que vigilamos el hormiguero y los sótanos durante el invierno…, añadió otra.)

(- ¡Ozú! ¡Que además de poner las cámaras con infrarrojos, las ponga con rayos UVA! Que así mantendríamos el moreno del verano, suspiró una tercera.)

Ante estos murmullos, el Number One (N.O. a partir de ahora) se movió inquieto, se puso de puntillas sobre sus patas traseras para ser visto por toda la asamblea, y dirigió tales miradas recriminatorias al grupo rebelde de hormigas-obrero, que éstas optaron por cerrar la boca y poner cara de inocencia.

- Además, prosiguió el Hormigo-Rey, hemos traído la fibra óptica hasta la entrada del hormiguero para que el que quiera disfrutarla la tenga a su alcance y solo tenga que llamar a cualquiera de las compañías que la explotan.

Los murmullos volvieron a reproducirse a pesar de las miradas incendiarias del N.O.

(-¿Para qué queremos la ‘fiera ótica’ esa, si aun no vemos la TV normal en todos los cubículos?, exclamó indignada una de las rebeldes)

(- ¡’Fiera ótica’, no! ¡Fibra óptica! Que tu lo que tienes es una otitis de caballo por meterte en la piscina, le aclaró la que tenía más próxima)

(- Que esa fibra es para que te enteres de lo que pasa por el mundo a velocidad de vértigo, ¡pero pagando!, le aclaró otra)

(¡Lo que faltaba!, gruñó la primera. Seguro que dentro de nada ponen en las puertas de los cubículos un aparatito de esos  en los que hay que echar una moneda de un euro cada quince minutos para poder ver la televisión.)








El Hormigo-Rey, impertérrito, siguió con su listado de mejoras
- Se han plantado palmeras en las distintas entradas del hormiguero para que el nuestro se distinga de los demás. Lo más probable es que no duren ni un par de meses porque no hay quien las cuide, pero como a mí me gustan y no las pago yo…

Un grupo de hormigas-obrero, fans incondicionales del N.O. y a una señal de éste, aplaudieron la mejora y se juramentaron para pasar un rato de su tiempo libre a la sombra de las nuevas palmeras para resaltar aun más su utilidad y la conveniencia de haberlas plantado.

El Hormigo-Rey se creció antes estas muestras de apoyo y aprovechando la receptividad del grupo de hormigas-obrero que aceptaban sus ocurrencias, enumeró y justificó algunas de las que hubiesen podido considerarse como decisiones fallidas.

- También hemos hecho un ensayo de mejorar el terrazo en torno a la piscina. Sabíamos que no iba a resultar pero de esa manera hemos tenido ocupados a unas cuantas hormigas-obrero que de otra manera iban a vaguear y perder así su ritmo de trabajo. Con ese sistema hemos conseguido hasta que ellas mismas renuncien a sus períodos de descanso en bien del hormiguero y de…¡sus propios puestos de trabajo! Con decirles que hay emigrantes dispuestos a trabajar los domingos y fiestas de guardar… ¡Hasta hemos ahorrado en gastos de hormigas-obrero ajenas a nuestra bien organizada comunidad y que nos hubiese costado una buena parte de nuestras reservas alimenticias!

Al oír eso de ‘’hemos ahorrado’’, y a una señal del N.O., el grupo de fans aplaudió de nuevo al unísono, mientras el citado N.O. sonreía irónicamente fijando su ‘transparente’ mirada en el grupillo de hormigas-obrero consideradas como rebeldes.







Convencidos el Hormigo-Rey y el N.O. de que tenían el viento a favor, se lanzaron a tumba abierta al tema estrella de la asamblea: expulsar del hormiguero o, por lo menos, desprestigiar al grupo de rebelde ante todos. Y casi, casi, se organizó la marimorena, pues el N.O. hizo uso del arma que siempre le había proporcionado victorias indiscutibles: atacar y no dejar defenderse a quienes se sentían atacados por el sencillo método de interrumpirles constantemente, impidiéndoles hilar dos frases seguidas. El resultado no fue exactamente el que pretendían pues algunas hormigas-obrero que siempre actuaban bajo el lema de ‘’nadar y guardar la ropa’’ se rebelaron airadamente aunque, a fin de cuentas, las rebeldes abandonaron prácticamente el campo de batalla.






Una vez superado este punto, eso sí, sin quedar muy claras las decisiones tomadas, se pasó a los temas de mejora del hormiguero. Y en este caso se demostró palpablemente el criterio empleado por los propietarios de cubículos de cualquier hormiguero para decantarse por el SÍ o el NO a una propuesta cualquiera:
Es lo que quiero y me lo pagan los demás          
No me afecta y voy a tener que pagarlo en parte            NO
No me afecta pero me disminuye la cuota         
No afecta al uso de mi cubículo ni a mi bolsillo   ni    ni   NO; no me mojo y me sumo a la mayoría

Las hormigas-obrero del grupo rebelde fueron apoyando u oponiéndose a las distintas propuestas según les daba, pues la experiencia les decía que los rectores del hormiguero, si no cambiaban, seguirían haciendo lo que se les ocurriese con solo sustituir el nombre o la redacción de lo decidido por la que se acomodase a sus intereses.

Y es que hace un año exactamente se acordó no poner vigilante en la piscina, pues para eso estaban las hormigas-obrero jubiladas, y en estos meses éstas últimas se encontraron con que les había quitado el entretenimiento veraniego una hormiga muy seria que, apoyada en una de las nuevas plantas, observaba a todo el mundo y llamaba la atención a quienes no cumplían las normas de utilización de la piscina. Y cuando quisieron saber el por qué no se había cumplido lo acordado, recibieron la siguiente respuesta del Hormigo-Rey:

- Se ha cumplido el acuerdo. Lo que pasa es que el personal no está contratado como ‘’vigilante de piscina’’ sino como ‘’conserje de día’’ para la piscina.

Y lo peor de todo (o lo mejor, nunca se sabe), es que el hormiguero será regido por los mismos perros pero con distintos collares: el Hormigo-Rey pasa a ser asesor del príncipe heredero que a su vez era hasta ahora su mano derecha.

¡¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!!








 

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