domingo, 25 de enero de 2015

Semana del 18 al 24 de enero del 2015

Hoy nos ha venido la Txuri-Txori quejándose de los avances tecnológicos. Por lo que se ve, sigue rastreando desperdicios junto a otras compañeras en la zona de Beasain, y nos ha tratado de explicar esa incipiente inquina que se le está empezando a desarrollar en contra de todo lo que suponga automatización, simulaciones informáticas de la realidad y demás zarandajas.

-¡Esto ya no es lo que era! El siglo pasado los Reyes Magos te traían muñecas de trapo que aparecían en el vertedero a los pocos días  sin un brazo o una pierna, y una podía picotearlas sin riesgo alguno. Bueno, únicamente tenías que tener cuidado para no llenarte los orificios del pico de serrín o materiales semejantes. En cambio ahora, el Olentzero te trae unas muñecas que…¡ya! ¡ya!. El otro día, una compinche, que traía hambre atrasada porque no había podido pillar nada de las sobras de las cenas gastronómicas de la noche de San Sebastián, se dedicó a picotear todo lo que se le ponía a tiro para ver si podía engullir algo comestible. Y tuvo la mala suerte de hundir su pico en una de esas muñecas modernas que se mueven solas y…¡hasta hablan! Total, que se tragó un chip que llevaba incorporado y anda por ahí diciendo cada treinta segundos frases tales como ‘’¡Quiero pis!’’, ‘’¡Tengo caquita!’’, ‘’¡Mami, quiero bibe!’’. ¡No os podéis imaginar la vergüenza que pasa! Se ha tenido que auto-desterrar a la zona de Artikutza hasta que logre regurgitarla.

- ¡Eso es lo que pasa con las ‘modernidades!, sentenció el Guindilla. Antes todas las casas tenían su chimenea más o menos apañada, y cuanto más frío tenías, más te acercabas a la lumbre, y sanseacabó. Incluso, si tenías los pies helados, los ponías en un escabel de cara, o para ser más exactos, con las plantas hacia la lumbre, y…¡listo! Ahora, con eso de los climatizadores, o te colocas los pies sobre los hombros, o suspendes el sillón en una zona próxima a la salida del aire caliente, o, como último remedio, te calzas un par de buenos calcetines de lana.

- Pues ahora que has hablado del fuego, no te digo nada del agua, complementó el Pisha. Antes, todo el suministro se basaba en eso de la gravedad, eso de que las cosas caen por su propio peso. Para los que no sepáis física, os lo explico. Se ponía el depósito de agua en el sitio más alto de la zona y, o tenías agua o no la tenías. Ahora se han inventado eso de los aljibes comunitarios a presión, y como te falle el motorcito cuando te estás duchando, el calentador se te apaga por falta de presión y empiezas a jurar, a moverte por toda la ducha en busca de un rincón donde no te alcance el agua fría, a abrir y cerrar compulsivamente el grifo del agua caliente,… En fin, que ante el peligro de coger una pulmonía doble decides salir por pies y secarte con lo que encuentras más a mano.

- Pues a mí, uno de los inventos que más me molestan es el de la sartén antiadherente, dice el Guindilla interviniendo de nuevo. Diréis que soy un tripero pero eso de poder hacer lo que llaman un huevo frito con dos gotas de aceite para que tu colesterol no se resienta…¡Eso es un huevo a la plancha! ¡Donde esté un huevo frito en bien de aceite, con sus ‘puntillitas y todo..!

- ¡Guindilla, que eso se puede hacer en una antiadherente! ¡Echa bien de aceite y verás!, le interrumpió la Tatiqui que se había convertido en una ‘’cocinillas’’.

- ¡Yo no entiendo a los vejestorios!, dijo la Surfi. Disfrutan de todas las ventajas de las innovaciones, y se quejan. Ahora no tienen que preocuparse de los peques por si rompen un cristal de un escaparate por estar jugando con el balón en la calle, porque están calladitos en casa jugando con el PS3.FIFA15. Disponen de grifos reguladores de la temperatura de salida de agua en el baño; se pueden olvidar de la debilidad de sus esfínteres utilizando salva-slip; no andan sacando y metiendo..- (se oyeron abucheos contenidos)… la varilla del nivel de aceite del motor porque tienen chivatos para todo en el salpicadero de su coche último modelo; pueden pedir de comer lo que se les antoje si no tienen ganas de cocinar con una simple aplicación de su móvil, y sin levantarse del sillón;…

- No sigas Surfi, medió el Pirulo, que la veteranía es un grado, y más en estos días en que la Tatiqui celebra su aniversario de la salida del cascarón.


Ante la noticia, y espontáneamente, se pusieron todas a graznar imitando el tan famoso ‘Japi berdei’ ese, y la Tatiqui nos sorprendió a todos con un ágape a base de tapitas que tenía preparado, sin que nadie lo hubiésemos detectado previamente. ¡Ella, siempre tan previsora y organizada!







domingo, 18 de enero de 2015

Semana del 11 al 17 de enero del 2015

Esta semana me han tenido entretenido. Resulta que a la mayoría de los polluelos de las gaviotas de la zona les habían mandado a un curso de esos de formación que organiza el Servicio de Protección de Especies en Peligro de Extinción, los PEPEs como vulgarmente se les llama, para que aprendiesen a volar. Y el resultado no ha sido el más adecuado que digamos, tal vez por no considerarlas de una especie en peligro de extinción. El caso es que el profesor-gaviota debía de haber aprendido su oficio al amparo de esos políticos que solo vuelan con el viento a favor y aprovechándose de las circunstancias para lograr sus objetivos, sin pensar en nada ni en nadie más. Resultado: que los polluelos sólo saben volar hacia poniente cuando hay levante, y a la inversa. Y como aquí no hay casi nunca viento del norte, pues eso de adentrarse volando hacia el sur, es decir, hacia el mar abierto en busca de condumio, …¡nada de nada!

Lo descubrí cuando les anuncié que íbamos a hacer una incursión en la zona donde abundan los cardúmenes de boquerones, que está a unas cinco millas de la costa, y me lancé a volar mar adentro. 


Como no oía aletear a nadie detrás de mí, me volví y me encontré con una escena que, si no hubiese sido por la responsabilidad de mi recién estrenado magisterio, me habría dado un ataque de risa de los que hacen época, aunque no pude evitar un par de carcajadas espontáneas. Aleteaban en la orilla, despegaban de la superficie del mar durante un par de metros, y…¡volvían a caer al agua! Y algunos de los polluelos…¡ni eso! Se limitaban a permanecer en la superficie del agua, movían convulsivamente sus patitas, y pretendían así avanzar en la dirección que yo había indicado previamente. El problema era claro. Como siempre habían volado a favor del viento, los músculos de sus alas, los pectorales, no se habían desarrollado más que lo suficiente para mantenerlas extendidas y así aprovechar las ráfagas de viento (de poniente o de levante, pero nada más). Pero de aletear con fuerza, nada de nada. Y hasta algunos plantearon, con gestos de enfado, que para qué servía eso de aletear si dejándose llevar por el viento se volaba ‘’guay’’, y que lo único que tenían que desarrollar eran los músculos de la cola para emplearla como timón, y así dirigir su vuelo. ¡Eso sí, sólo p’alante!

Ante tal situación solo se me ocurrió un ejercicio. Reuní a todos los polluelos en una zona cercana al único chiringuito que permanecía abierto en estas fechas, con el fin de estar próximo a los contenedores de sobras de comida que disponía. Porque en estos días, las sobras de crustáceos y pescado eran más abundantes pues no las podían aprovechar en la elaboración de las paellas que utilizaban para ofrecer tapas a los abundantes clientes que lo frecuentaban en verano. Una vez allí los puse en filas de a tres, de tal manera que el segundo de la fila se sujetaba con el pico a la cola del primero, y el tercero a la del segundo. A una orden mía, el primero de cada fila debía de aletear con fuerza y arrastrar a los otros dos de la manera que pudiese, o salto-andando de esa manera tan graciosa que tenemos las gaviotas, o volando a ras de suelo. Daba igual, el caso era que arrastrasen a los dos que tenían ‘colgados’ detrás. Cada cinco o diez minutos el que iba primero pasaba a la última posición, al estilo de los ciclistas en una contrarreloj por equipos. Cada cierto tiempo reponíamos fuerzas en los contenedores, y…¡vuelta a empezar! ¡En un par de semanas los tuve listos!.



BENAHAVIS: ZONA REFUGIO PARA DESCANSAR

Cuando conté esto en la reunión del grupo, y después de escuchar las chuflas que se le ocurría a cada quién, acabamos centrando nuestro diálogo en los problemas de la enseñanza, las leyes educativas, el profesorado, el alumnado,…

- Yo no sé lo que pasa en este país, pero por lo que se ve en los periódicos, cada vez que sale una ley educativa, todas las autonomías están en contra, dijo la Tatiqui, iniciando el diálogo. Antes con la LOGSE y ahora con la LOMCE.

- ¿Y qué es eso de la LOMCE?, preguntó la Surfi

- ¡Pues una ley!, le aclaró el Pisha. Pero en abreviatura. Y por lo que he oído, LOMCE significa Ley Orgásmica para Meter en Cintura a los Estudiantes

-¡Pisha, no enredes!, intervino el Pirulo. Que bastante liada está ya la cosa. LOMCE quiere decir Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad de la Enseñanza

- Pues por lo que me han dicho, es una ley sectaria pues dice que la Religión tiene validez académica, insistió el Pisha. ¡Hasta ahí íbamos a llegar!

- ¡Eso, eso!, apoyó el Borni. Y encima inducen a pensar que Judas no era judío sino catalán, por eso de las famosas treinta monedas. ¡Y además, discriminatoria! Ponen pruebas externas para poder decir que los alumnos más listos son los nuestros, y nos miren con malos ojos.

- ¡Calma, calma!, intervino el Filloas con su habitual flema gallega. ¡Que no es para tanto! Para empezar, si la Religión tiene validez académica, servirá lo mismo para católicos, protestantes o musulmanes. Y además, la asignatura alternativa (que no sé ni cuál va a ser) también tendría validez académica. Y así, los alumnos, en función de los ‘’profes’’, podrán elegir aquella en que sea más fácil sacar buenas notas.
- Tú dirás lo que quieras, Filloas, dijo la Txuri-Txori, pero no me negarás que lo de exigir aprobar todas las asignaturas (o casi) para conservar una beca universitaria no va a dejar fuera a un montón de alumnos, y como serán los de menos recursos económicos, pues…¡discriminatoria!

Ante esa afirmación, el Pisha, que había tenido que hacer en cinco ocasiones el curso ‘’Captura de boquerones con vuelo rasante’’, porque en las cuatro primeras se las había pasado de picos pardos sin acudir a clase, no pudo aguantarse.

-Esta vez te doy la razón aunque seas del norte. Como la apliquen, se quedan sin beca todos los que hayan decidido hacer la carrera asignatura a asignatura en vez de curso a curso. Y sus familias, a los cinco o seis años de empezar los estudios, los tienen apoltronados en el sofá del salón sin pegar palo al agua. ¡Y eso no hay quien lo aguante!

Cuando ya parecía que el tema no daba para más, intervino el Guindilla:

- Lo que no entiendo es por qué califican la ley de retrógrada por permitir aulas con separación de sexos. Por lo que me han explicado amigos ingleses de Gibraltar, en su país ya lo están permitiendo porque han comprobado que, a ciertas edades, la separación mejora los resultados de unas y de otros. A ver si nos va a pasar como en la LOGSE y a la inversa. Entonces implantamos aquí algo que se llamaba ‘’escuela comprensiva’’, cuando en esos mismos años los que la habían inventado estaban ya eliminándola en su país por no tener la eficacia prevista. Y además con efectos secundarios no previstos, como el que algunos alumnos, como dice el Pisha, no daban palo al agua y pasaban tan felices de curso.


ALGUNOS VETERANOS DAN LA ESPALDA A LA LOMCE


Y A LOS MÁS JÓVENES LES IMPORTA UN PITO


Ante tal intervención nos quedamos sin posibilidad de réplica por falta de argumentos sólidos y fiables, por lo que todos pedimos, casi al unísono, tiempo muerto para repensarnos los temas expuestos, aunque algunos teníamos claro que el poner punto final a la reunión era, a decir verdad, para olvidarnos totalmente del tema.

sábado, 10 de enero de 2015

Semana del 4 al 10 de enero del 2015 (Viaje a Japón IV)


Esta semana ha sido especial para bastantes jubilados, pues la demanda de Reyes Magos, sobre todo de Melchor, por parte de ayuntamientos, parroquias, asociaciones y grupos de familias numerosas sigue siendo alta por esta zona. Los que han tenido más suerte se han revestido con capas lujosas, se han auto-coronado, y se han ido a sorprender a ‘peques’ en sus propias casas, disfrutando del encuentro más que ellos.




Nosotras, casi todas las del grupo, nos hemos entretenido revoloteando de un sitio a otro, yendo a curiosear a través de las ventanas y balcones iluminados, y a seguir sorprendiéndonos de la capacidad de asombro e imaginación que tienen todos los humanos hasta los 5/6 años.






Tanto entretenimiento y tanto ir de aquí para allá me obliga (o casi) a seguir con el relato del viaje a Japón que dejé a medias hace un par de semanas. Continúa así.

Día 24 de junio del 2005

No sé si será costumbre en todos los países orientales, pero en Tokyo nos tocaron diana a las 6 a.m. para que tuviésemos tiempo para desayunar con el vale que nos habían proporcionado en recepción. Y entendimos lo del madrugón cuando entramos en el comedor. Nos pasamos media hora recorriendo las distintas mesas donde estaba distribuido el buffet tratando de identificar lo que estaba expuesto y, al final, nuestra mente analítica llegó a la conclusión de que había un sector para el que quisiese desayunar al modo occidental, y otro para los que querían mantener las costumbres y modos orientales desde las primeras horas de la mañana. Lo oriental, ni lo recuerdo claramente ni, aunque lo recordase, sabría describirlo. La imagen que me quedó grabada fue la de unos peroles llenos de ‘aguachirli’ que lo mismo podía servir para lavarse las manos que para hacer una sopa caliente con arroz al modo que los occidentales, colonizados por los americanos, hacemos la mezcla de cereales con leche.

Después del desayuno comenzamos nuestra visita turística la Japón, cuyo primer paso fue una visita guiada por la capital. Para los que quisiéramos o pudiéramos ubicarnos, al menos parcialmente, en una ciudad tan extensa a lo largo, ancho y alto como Tokyo, nos subieron hasta lo alto de la torre de comunicaciones




Como buenos turistas, lo primero que hicimos al asomarnos a los miradores fue exclamar con mucha convicción ‘’¡Oh!¡Ah!’’, delante de la guía, y quedarnos un rato con la boca abierta.  Una vez que la guía se quedó conforme con nuestra reacción, nos pusimos a recorrer el perímetro del mirador sacando las fotos consabidas. Hubo una que nos llamó la atención, pues se percibía como un pequeño parque entre las edificaciones y rascacielos, por lo que intentamos sacar unas fotos con el zoom.

Y descubrimos que era un cementerio japonés que, según nos dijeron, era normal encontrarlos dentro de las ciudades, lo mismo que templos de los distintos cultos orientales




De ahí nos llevaron a una de las zonas verdes más cuidadas de entre las que hemos visto dentro y fuera de España (incluimos las diversas autonomías): el Palacio Imperial. Y eso que ni lo visitamos, sino que nos limitamos a observar los alrededores. Pero si lo que le rodeaba estaba como estaba, imaginamos que el interior estaría como ‘’los chorros de oro’’ (no tengo la seguridad de que la expresión sea esa o ‘’los chorros del loro’’, o ‘’las chorreras de oro del loro’’)



Cuando nos llevaban al Templo de Asakusa Kannon, nos asombró (entonces), una imagen que dentro de nada contemplaremos en nuestras calles: grupos de fumadores en un rincón de la acera echando caladas al cigarrillo compulsivamente. Menos mal que, al paso que vamos y antes de que eso ocurra, se habrán inventado ya las inyecciones monodosis de nicotina en jeringuillas desechables, y que los sindicatos habrán logrado que las empresas de más de 100 trabajadores dispongan de espacios y momentos para que sus empleados (el resto de trabajadores que se jodan) puedan ponérselas sin que les puedan señalar por estas prácticas vergonzantes.

Si no visitas el Templo de Asakusa Kannon en Tokyo es como si fueses a París y volvieses a casa sin ver la Torre Eiffel. O por lo menos eso nos pareció al ver la cantidad y variedad de visitantes que deambulaban por los distintos espacios y rincones  que componían el recinto donde estaba ubicado. Lo primero que se encontraba uno era una especie de templete en el que los visitantes debían purificarse y librarse de los malos espíritus con el humo de incienso y diversas hierbas que surgía de un receptáculo semiesférico de casi dos metros de diámetro.




Cuando lo vi y nos explicaron su función, la imagen que me surgió fue la de verlo instalado ante las escalinatas del Parlamento de la calle San Jerónimo, entre los dos leones, y los diputados pasando horas y horas respirando emanaciones de incienso, tomillo, romero, hierbabuena,…, intentando ‘’purificarse’’. Y a más de uno en tiendas de campaña de esas de Decathlon que se despliegan dando a un botoncito, pues sus necesidades de purificación les obligaban a estar más de un día, ya que se había prohibido incinerar a los propios diputados por razones de polución atmosférica. Eso sí, con tarjetas Visa Platino para pagar el catering que encargaban en el próximo Hotel Ritz y que se habían auto adjudicado en una de las pocas votaciones cuyo resultado era el ‘’sí’’ por unanimidad. 

A partir de ahí encontramos una de las características de los templos de las religiones orientales por la que se distinguen, entre otras varias, de los templos cristianos: la puerta, como construcción independiente del templo en sí. A mayor importancia del templo, mayor tamaño de la puerta (ésta tenía tres vanos), mayor sofisticación en la ornamentación de su estructura y objetos más voluminosos para decorarlos. Supongo que para producir el mismo efecto que cuando se entra en una catedral o en una mezquita, es decir, sentirte una ‘’mierdecilla’’ ante lo que vas a ver o a adorar. En este caso lo que más llamaba la atención era una especie de farolillos verbeneros, pero de tamaño descomunal.



Entre la puerta y el templo siempre hay un espacio amplio que en este caso era llano, pero que en otros templos que visitamos podía ser un tortuoso y empinado camino que te forzaba, cuando llegabas al templo, a hacer tus oraciones mentalmente, pues estabas ya sin resuello. En este caso te podías aproximar al templo relajadamente pero te topabas, si querías acceder a su interior, con una buena escalinata desde cuya parte superior percibías, en la sombra, la gigantesca imagen de un buda dorado. Y a tu alrededor, decenas de personas con las manos juntas y la cabeza gacha haciendo sus peticiones, supongo.

Al salir del templo, y a nuestra derecha, vimos una típica construcción japonesa que era especial por ser una pagoda y tener cinco plantas. Lo de tener cinco plantas debía ser especial en tiempos de los samuráis, pues a nosotros no nos llamó la atención a no ser por los tejados curvos que sobresalían en cada planta


Y para finalizar, nos sacaron del recinto a través de una calle, que creo que se llamaba Nakamuse, y que nos recordó a las calles repletas de tiendas de todo tipo, pero sobre todo de souvenir, que hay en torno a los famosos santuarios de occidente (Fátima, Lourdes,…). Aunque aquí, lo mismo podías comprarte un kimono que unos dulces o unos budas de distintos tamaños y precios.


La vuelta al hotel en autobús fue de los normales, turísticamente hablando.

‘’A la izquierda pueden Vds. ver…’’

’Si se fijan en aquel edificio de la derecha…’’

Encima nos lo decían en un inglés australiano del que entendía entre el 10 y el 15%, por lo que comprendía, como mucho, el inicio de las frases que he citado. Nos quedaron grabadas dos imágenes, y no porque interpretásemos correctamente a la guía sino porque tales imágenes eran las de un edificio y de una calle que disponían de elementos identificativos suficientemente grandes, y con letras latinas además de los consabidos ideogramas japoneses: el teatro Kabuki y la calle Ginza, la más comercial de Tokyo.






En algún momento tuvimos que comer pero, o nos dieron una bolsa con bocatas japoneses en el hotel, o nos llevaron a algún sitio tan poco significativo y con una comida tan civilizada o normal, que no nos dejó recuerdo alguno. Y es raro, porque cuando comes fuera de casa y en un país extraño siempre hay algo en la comida, en los comensales o en el ambiente que te llama la atención, y que es el detalle al que se aferran los recuerdos. Pues en este caso, nada de nada. Debió ser todo de lo más normal y aséptico.

Después de descansar un rato, seguimos explorando los distintos espacios de que disponía el hotel y, para relajarnos, nos fuimos a visitar lo que en los planos estaba identificado con el nombre de ‘’Jardín Japonés’’. Después de visitarlo, me quedaron grabados una serie de rasgos que desde entonces me sirven para deducir si un jardín es o no japonés auténtico:

- Se emplea mucho menos tiempo en recorrerlo que en discriminar todos los elementos que lo constituyen.

- Si además se quieren desentrañar las relaciones espaciales, de colores o tonos, o, de especies vegetales y animales existentes, tardas más que en conseguir los años de cotización necesarios en la Seguridad Social para garantizar una pensión aceptable.

Estos son los dos rasgos fundamentales que deduje una vez recorridos los caminos impolutos, y disfrutar de los distintos ambientes. En los senderos, en los que no existía ni un tramo recto de más de 10 metros, no había ni una hoja seca y las piedrecitas que los cubrían creo que las ponían en la misma posición todas las mañanas. Y además tenías la zona de acuíferos con su cascada y todo, y con distintas clases de peces (¡japoneses, claro!) retozando en unas aguas límpidas que, tal como es la tecnología japonesas, podrían beberse con más seguridad sanitaria que nuestra agua mineral embotellada.


A través de un rústico puente de madera podías acceder al ámbito religioso – místico donde existía una especie de construcción, también de madera, rodeada de plantas de todo tipo y color que te invitaba a sentarte en la entrada  y a hacer meditación trascendental.




Como es natural después de un paseo de las características descritas, y dado que salimos por una puerta que daba acceso a una amplia cafetería cuyas paredes acristaladas daban al citado jardín, el primer y único impulso fue sentarnos en una mesa a tomar un refrigerio. ¡Coño, refrigerio! ¡Aquello era la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones! Ni me acuerdo de lo que tomamos, pero se me quedó la cara de tonto cuando me trajeron la nota. Miré alrededor por si en alguna mesa había alguna familia numerosa con amplio surtido de bebidas, suhi, pishi, cushi,…, y demás, pero me encontré con parejas que bebían coca cola light  o estaban tomando un té, y que todavía sonreían pues no les habían facilitado la nota de la consumición. Con lo cual deduje que la ‘’clavada’’ era norma de la casa, y decidimos que la cerna sería de autoservicio con el té gratis que nos podíamos hacer en la habitación.

Total que, recordando recorridos previos y sin muchas pérdidas por los pasillos, volvimos a localizar la ‘’patisserie’’, compramos lo que visualmente nos apetecía, pagamos por ello como si nos lo hubiese traído SEUR desde el mismísimo París, y nos fuimos a nuestra habitación. Al entrar, nos encontramos con un fax de nuestra agencia de viajes en el que nos imaginamos que nos explicaban algo referente a lo que íbamos a hacer al día siguiente, pues lo que sí sabíamos con certeza es que esa era la última noche en el hotel de Tokyo. Nos armamos un lío con la palabra ‘luggage’ y lo que nosotros entendíamos como bolsa de viaje, pues interpretamos que nuestros equipajes iban a ir por un lado y nosotros, con un equipaje de mano para pasar una noche, por otro. Y todo porque dos días después íbamos a hacer un trayecto en el tren – bala, en el que no se podían llevar equipajes. Después de decir lo que íbamos a llevar y cómo empaquetarlo, nos dimos cuenta de que estábamos más próximos a la hora del desayuno que a la de la de la cena, así que engullimos lo de la ‘patisserie’’ antes de que caducase.

Antes y para seguir con mi costumbre hispánica, y genética creo, conectamos la TV por ver alguna imagen y, para nuestra sorpresa, estaban dando un documental sobre Barco de Ávila y, aunque no entendíamos ni jota de lo que decían, nos sirvió de entretenimiento mientras nos hacíamos la ilusión de que cenábamos.


domingo, 4 de enero de 2015

Semana del 28 de diciembre del 2014 al 3 de enero del 2015


El fin de año nos hemos acercado la Tatiqui y yo, el Pirulo, a la terraza de la casa de los jubilados que nos habían ‘proporcionado’ la cena de Nochebuena y esta vez nos han dado con el ventanal en las narices o en el pico, como se quiera. Lo que sí habían cambiado, según se percibía desde lejos, era el adorno de la mesa, no sé si para espantarnos o para hacernos creer que habían hecho amigas entre las bandadas de nuestra competencia: las palomas.


LAS PALOMAS DE LA PAZ

El primer día del año por la mañana, volvimos a la terraza a comprobar a la luz del día la cantidad de flores que tenía una planta carnosa, pues los muchos ejemplares  que habíamos visto en otras zonas de San Pedro de Alcántara nunca habían mostrado una floración tan abundante.


LA FLOR DE JADE

Cuando al final nos hemos reunido todo el grupo, el Pisha, que traía un racimo de uvas en el pico en vez de la consabida ramita de olivo que llevan las palomas pacificadoras, no nos dejó ni ponernos cómodos.

- ¡Quillos! ¡En todos los contenedores de basura hay uvas! ¡La que se ha armado!  Más de medio millón de personas de la población andaluza está todavía comiendo uvas. Debieron poner a un pianista aficionado en la mesa de mezclas del canal de TV andaluz, y se debió ponerse a tocar ‘’Campana sobre campana’’ con los botoncitos de la mesa. Total, como ya se dice por toda Andalucía, la TV ha emitido el programa ‘’Campanadas interruptas’’ en vez del de ‘’Campanadas Fin de Año’’. Se comieron las tres primeras, se quedaron con la boca abierta viendo un anuncio durante un rato, sonó de nuevo la novena campanada y ya no supieron qué hacer con las seis que les sobraban. ¡Y esto a los que siguieron atentos! Los demás, se miraron incrédulos, volvieron a mirar la TV,…, y acabaron tirándose unos a otros las uvas que les quedaban.

 - ¡Lo que no pase por estas tierras…!, dijo el Pirulo. Menos mal que aquí, a la mayoría de la gente, el cabreo le dura lo que las campanadas. Y a partir de ahí,…¡el cachondeo!. En las redes sociales, en los WhatsApp a los amigos y seguro que, en este año, en las chirigotas del Carnaval de Cái.

- Sí, sí, complementó el Filloas, ahora diréis, como los ‘’buenos’’ políticos, que ha sido un problema de conexiones eléctricas cuando, en realidad, se les han caído las copas de champán en la mesa de mezclas, y han saltado tantas chispas que aquello parecía la torre de  Dubai lanzando los fuegos artificiales de fin de año.

- O como los presidentes de comunidad  cuando quieren comer el coco a los vecinos, añadió la Tatiqui. Que cambian las bombillas de bajo consumo, que todavía no se han acabado de pagar, por leds que cuestan un pastón, y dicen que ahorran en electricidad en vez de avisar que hasta dentro de tres años no se habrán amortizado.

- Si es por ejemplos, intervino el Pirulo, os pongo otro. Se despide al personal que trabaja 8 horas todos los días laborables del mes, y se sustituye por personal de empresas externas que también trabajan 8 horas, pero a lo largo de todo el mes, y se dice que los gastos de limpieza, mantenimiento y jardinería han disminuido, sin citar siquiera que para cuando se ahorre lo pagado en indemnizaciones, el cambio climático habrá transformado la Costa del Sol en un desierto que forzará a cambiar los taxis del aeropuerto  por camellos que den servicio a los turistas.

- Pero, ¿no nos habíamos reunido para expresar cada uno nuestros deseos para este año 2015?, susurró, más que preguntó, la Surfi.

- ¡Tienes toda la razón!, le apoyó el Guindilla. Y con vuestro permiso abro yo el turno de intervenciones. Y mis deseos para el 2015 son:
Que Gibraltar siga como está estos últimos tiempos, es decir, calladitos. ¡Y que ni se les ocurra aliarse con Podemos para ‘podernos’ con’’j’’!
Que además de la Guardia Civil se encarguen los de Sanidad en eso de controlar el contrabando de tabaco, pues están circulando cigarrillos de marca más falsos que los bolsos CH que venden los top manta. Así, por lo menos, reduciremos los efectos secundarios de esos cigarrillos que están fabricando los chinos con..¡vete a saber con qué!

- Pues yo, añadió la Surfi, lo que deseo es que al profesorado de Andalucía le abonen cuanto antes la paga extraordinaria de Navidad (a estas fechas aun ni la han olido), para que la cuesta de enero no se les convierta en una de esas etapas pirenaicas de la Vuelta a Francia.

El Pisha, que parece que este año no podía estar ni cinco minutos callado, dejó a la Txuri-Txori con el pico abierto a punto de decir los suyos, y se explayó:

- Yo lo que quiero es que se acabe de una vez el puente de la Pepa de Cái y que, para acelerar su finalización, se contrate a parados por períodos equivalentes a los peonadas de los PER (Plan de Empleo Rural).

Le interrumpimos, graznando todos al mismo tiempo, y le espetamos a coro:

- ¡Estás loco, Pisha! ¡Si no hay dinero ni para papel de váter para los aseos de los funcionarios!

-¡Tranqui!, nos contestó el Pisha, que nuestros cerebritos han pensado en todo. En primer lugar, seguro que habrá bofetadas para apuntarse, y se acelerarán las obras. Y si esto provoca un exceso de gastos en los presupuestos para los PER, se podrá compensar con lo que se recupere de los chanchullos de los EREs, de los cursos de formación, y de algunas mandangas más que están por salir a la superficie. Además, siempre tenemos una solución: decir que si no hay dinero, la culpa es del gobierno central.

Volvió a intervenir la Surfi que, por lo que podíamos intuir, había decidido que este año iba a ser más participativa e inquisitiva, y sin cortarse un pelo, dijo con cierto retintín:

- Y en esas autonomías tan avanzadas del norte y del este, ¿no hay deseos para el 2015?

La Txuri-Txori, que estaba un poco alicaída (nunca mejor dicho), dijo:

- Lo mío es muy de andar por casa. A mí me basta con que la Real quede por delante del Athletic pues si no, con las recentralizaciones de Madrid, de Vitoria y de Bilbao, a Donostia no le va a quedar más remedio que anexionarse a la Borgoña francesa si quiere celebrar la tamborrada del día 20 de enero.


LA TAMBORRADA INFANTIL (2011)

- ¡No seas tan pesimista!, le animó el Borni, y aprende de nosotros que no nos desanimamos ni aunque el Barça pierda con la Real. Aunque este año, ya podéis prepararos. Nosotros lo que deseamos es que se supriman eslóganes tales como, ‘’Cataluña no es España’’, ‘’Cataluña es diferente’’, ‘’Catalanes somos y en el camino nos encontraremos…

- ¡Para! ¡Para!, interrumpió la Tatiqui, Que ese último eslogan empieza por ‘’Arrieros somos…’’ y no por ‘’Catalanes somos…’’

- ¡Da lo mismo!, prosiguió el Borni. Pues esos u otros que se les ocurra a la gente, los debe suprimir el Govern, y sustituirlos por el más antiguo y útil de ‘’La pela es la pela’’. Las consecuencias de su aplicación sí que afectarían positivamente al bolsillo de los catalanes, por lo menos de los espabilados. A saber
Se abrirían los comercios a las horas y en los días en que hubiese una previsión de clientela, sin cortapisas de horarios ni fechas. Como hacen los del top manta que se huelen cuándo y dónde va a haber posibles compradores.
Se implantaría el consumo de ‘productes catalans’ en los comedores escolares, servicios sociales de distinta índole,…: rovellons, cava, langostinos de San Carlos, arroz del delta del Ebro,…Así compensaríamos el descenso de exportaciones a la innombrable España.
Cobraríamos 10€ a todo el que entre en Cataluña, sea por el Prat, sea por el puerto, o, aunque viniesen nadando desde las Baleares (si no nos las anexionamos antes), o en piragua por el Ebro
…..
Y no sigo, porque si no, ni me invitáis a vuestras francachelas.

Su última frase casi sobraba pues nos habíamos quedado prácticamente solos. Siempre pasa lo mismo cuando el Borni toma la palabra y parece que ya no la va a soltar, como cuando los humanos cambian de canal de TV en cuanto ven aparecer en pantalla a alguno de los políticos del país del Borni. Así que los pocos que quedábamos nos fuimos cada uno por nuestro lado.