domingo, 30 de noviembre de 2014

Semana del 23 al 29 de noviembre del 2014

¡Vaya semanita! Esta vez nos ha tocado lluvia y …¡tornados! Menos mal que estábamos todas distribuidas en nuestros refugios particulares, al amparo de las urbanizaciones, unas, y en lo alto del pueblo, otras. Es curioso, pero la gente del lugar estaba contenta, y la expresión que más se oía era: ‘’¡Esto es bueno para llenar los pantanos!’’. Como es casi, casi natural, las personas normales están hartas de hablar de los corruptos, y lo que les preocupa es que el próximo verano haya agua suficiente y, de esa manera, no funcionarían las desaladoras y no habría un incremento en el precio del agua.

Como es obvio, no nos hemos podido reunir, y yo me he dedicado a lo que más me gusta, es decir, a no hacer nada. Pero lo malo de este ‘vicio’ es que la imaginación se te desboca, y lo mismo  estás recordando tiempos pasados que pensando en lo que quieres hacer en el futuro. Y es que estamos ya para comenzar diciembre y se agolpan las tareas, mediatizadas, como siempre, por eso que nos meten por los ojos desde la TV que vemos a través de las ventanas de los pocos apartamentos de la zona que están habitados en estas fechas. Y por lo que parece nada cambia de un año para otro, por lo menos en cuanto a los anuncios emitidos para inducir a comprar regalos, y cuanto antes mejor: perfumes y colonias para señoras y caballeros, juguetes para los más pequeños, y lotería de Navidad para todos. ¡Estos humanos se preparan un diciembre bien ajetreado!

Y  yo, mientras tanto, rememorando con la Tatiqui nuestra estancia en Londres: los jardines de la casa donde nos aposentamos,



la visita el British Museum, desde sus cristaleras



el paseo por el Covent Garden Market,



y nuestros devaneos a orillas del Támesis, junto a Citi.





En resumen, semana de mucho agua y pocas ganas de charlar

domingo, 23 de noviembre de 2014

Semana del 16 al 22 de noviembre del 2014

El sol, la luz y el fresquillo matinal parece que nos ha puesto a tono a todas. Las bromas y los chascarrillos han empezado nada más vernos todas reunidas. Y lo primero que se ha comentado es lo de Campofrío y el incendio de su fábrica de Burgos. Unas decían que había sido cosa de alguno que había creído que así iba a acabar con todos los ‘’chorizos’’ que estaban apareciendo por toda la ‘piel de toro’, o que su vida iba a terminar de esa manera como ‘chorizos a la brasa’.

Por su parte el Borni nos envió un despacho oficial comunicándonos que no podía trasladarse en esta ocasión desde sus tierras, por varias razones:

- que tenía que quedarse toda la semana porque participaba en el recuento de votos del 9-N, y que este recuento podía durar hasta Navidad.

- que como el viaje a estas tierras no podía incluirse entre sus obligaciones, no se lo pagaban como otras veces y que, por tanto, tenía que buscar otros medios para que se lo subvencionasen.

- que tenía que hacer una serie de visitas a los productores de cava para agradecerles la aportación que habían hecho al 9-N con la cesión de las cajas de cartón en que embalaban las botellas para hacer las urnas. De todas formas su coste había sido nulo, ya que eran las que les sobraban por el descenso de pedidos navideños del resto de la península. Se conoce que la gente se dedicaba a comprar cava en la Rioja, Extremadura y Andalucía, a tenor de los rumores que se habían propagado sobre un posible impuesto de aduanas.


Con tantos comentarios sobre alimentos apetitosos y bebidas refrescantes no me quedó más solución que proponer la preparación de una buena bandeja de boquerones con un  majado de aceite y ajos, regado con un clarete de aguja Peñascal, cosa que fue no solo aceptada por unanimidad sino incluso aplaudida por algunas de las presentes.


APERITIVO DE BOQUERONES Y PEÑASCAL

Aquello fue un auténtico picoteo porque algunas de las presentes, sobre todo la Surfi que está en una edad que se echa al gaznate todo lo que encuentra, aprovecharon el haber encontrado una hogaza para untar en el aceite que dejaron los boquerones. Como estábamos todas ahítas y un poco aletargadas por haber llenado el buche de manera algo precipitada para no perder comba, la Tatiqui aprovechó la ocasión para culturizar nuestras mentes sobre el ataque de corrupción galopante que estábamos sufriendo, y nos soltó lo siguiente:

- ¿Sabéis lo que os digo? Que los pequeños regalos que se hacían por los servicios prestados son los antecedentes de la corrupción. Y eran la expresión del agradecimiento de personas físicas o jurídicas por la diligencia y objetividad aplicada por algún probo funcionario en la tramitación de expedientes. ¡En la TRA-MI-TA CIÓN y no en la CON-CE-SIÓN!

Y ante nuestras miradas y gestos de asombro, prosiguió:

- Ya se ve que nunca os han mencionado ese refrán que dice ‘’De personas bien nacidas es ser agradecidas’’. Y eso es lo que se aplicaba hace tiempo y algunos siguen aplicándolo ahora a esos profesionales auténticos (médicos, dentistas, camareros, profesores, funcionarios,…) que, además de hacerte un servicio, lo nacen con alegría y todo su buen saber. Y no como otros que lo hacen como quien te vende unos tomates o unos zapatos sin interesarse cómo te gustan o si te hacen daño en el dedo meñique. O como esos funcionarios que si te niegan algo, lo hacen siempre invocando la ‘legislación vigente’, sin darte a cambio solución alguna. Dicho de otra manera. Agradeces que te traten como si fueses la única persona a la que están prestando ese servicio, y no como a un coche al que le están pasando la ITV.

La Surfi miraba alternativamente a unas y otras con cara de no entender nada, y preguntó tímidamente:

- Y eso, ¿qué tiene que ver con la corrupción?

- Pues todo y nada, prosiguió la Tatiqui. Lo que era una profesión que ejercías con ganas porque te gustaba y la considerabas como un servicio a los demás, se transformó en una manera de vivir, y de ahí a no dar ni golpe y a estar convencido de que no estás para servir sino para que te sirvan, no hay más que un paso. A partir de eso, todo se encadena. Quien quiere algo procura encontrar un conseguidor, para lo que no tiene más que invitar a comer a unos cuantos hasta encontrar al que le guste desempeñar ese papel. Y de una comida por conseguir una entrevista con el ‘’jefe’’ de turno, se pasa a otras cosas de mayor calado y con mejores contraprestaciones. Y no hace falta ir a las administraciones públicas para comprobar eso de que ‘’Quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija’’, o, dicho en lenguaje paladino, no vale la pena estar al servicio de la gente, sino servir al que más pague o más te beneficie. Y si no, que os cuente el Pisha, que tiene más gracia que yo, lo que vio y oyó en una urbanización de por aquí cerca.

- ¡Tatiqui, no me enredes!, respondió el aludido. Que el hecho al que te refieres se parece a lo que has explicado lo que un huevo a una castaña.

- Algo sí se parece, Pisha; por lo menos en lo de dar servicio al que te paga, le dijo la Tatiqui. Y además tiene gracia.

Entre todas convencimos al Pisha que, al final, y después de hacerse mucho de rogar, nos contó lo siguiente:

- Pues estaba yo descansando el otro día por la mañanita en el tejadillo de una urbanización próxima al paseo marítimo, cuando vi a un señor talludito, en edad ¡claro!, que sale a una terraza en camiseta y pantalón de pijama, y se pone a extender parsimoniosamente una manguera. Yo creía que iba a ponerse a regar, pero después de comprobar que la dicha manguera no tenía ninguna doblez que impidiese el paso del agua, desapareció por donde había venido



LA MANGUERA DE MARRAS

Yo me quedé un poco perplejo, pero como estos jubilados que viven por aquí tampoco es que hagan las cosas como los demás mortales, seguí con lo mío, que era esperar a ver si los del camión de la basura, que pasaba en ese momento, dejaban algún desperdicio aprovechable. Al cabo de cinco minutos salió a la terraza una mujer que, por la edad aparente, no podía ser la concubina del ‘’talludito’’. Sería su mujer, esposa, compañera o como quiera que se llame ahora, pero mujer al fin y al cabo. Abrió la llave de paso, se fue hasta el otro extremo de la terraza donde había una higuera y un olivo, y empezó a enredar con el pitorrico de la manguera


LA HIGUERA Y EL OLIVO

Giro a la izquierda, giro a la derecha, sacudida del pitorrico, pero nada, no salía ni gota de agua. Vuelta a la llave de paso para comprobar que estaba abierta, y paseíllo por la terraza para tratar de hacer funcionar el pitorrito, ensayando sus diversas posiciones que, según el manual de instrucciones, era: chorrito, aspersión, chorrazo. ¡¡Ni por esas!! Desesperada (digo yo), gritó:

-¡Luisito!¡Tu manguera no funciona! ¡No sale nada por el pitorrito!

Lo de ¡Luisito!, debía ser en plan cariñoso, pues por la edad debía de haber dicho D.LUIS, como mínimo. Pero surtió efecto porque, no sé si por mentar ‘tu manguera’, Luisito salió en camiseta, subiéndose los pantalones, y con toda la cara embadurnada con espuma de afeitar. Y el tal Luisito, con el ceño fruncido, coge el pitorrito con las dos manos, manda a su mujer cerrar la llave de paso, y empieza a manipularlo. Giro a la izquierda, giro a la derecha, y no pasa nada. Lo desmonta, lo mira detenidamente por todos lados, mete el dedo meñique por la salida y por la entrada de agua, lo vuelve a montar, manda (suspirando) abrir la llave de agua,…¡y nada! ¡Ni gota!. Se acerca a la llave de paso, la abre y la cierra sucesiva y repetidamente, y entonces ella exclama:

- ¡Luisito! No se oye el ruido de agua por la cañería como otras veces.

- ¡JOD…, Kita (diminutivo de Mariquita a principios del s.XX)! ¿A que nos han cortado el agua otra vez sin avisarnos?

- ¿No te dio la administración un teléfono de urgencias la otra vez que pasó lo mismo? Pues comprueba si sale agua de los grifos y llámales.

Luisito, rezongando y jurando por lo bajinis, entra en el apartamento, comprueba que no sale agua por ningún grifo, coge el móvil, marca el número que tiene para urgencias, y vuelve a la terraza dispuesto a lo que sea. Después de sonar unas cuantas veces, la llamada se corta automáticamente. Menta a la madre que dio a luz a los teléfonos móviles, y vuelve a marcar. Esta vez, y después de escuchar una especie de musiquilla electrónica, escucha una voz que le dice: ‘’El teléfono cuyo número ha marcado, no está disponible.’’

- ¿Y esto es un teléfono de urgencias? ¡Pues se llamará así por el infarto que te puede dar al intentar contactar! ¡JOD…!

-Luisito, cálmate. ¿No tienes el teléfono de la administración? Pues llámales

- ¿De qué administración? ¿De Guarda-Fincas? ¡Si esos solo están al servicio del Presidente! Y a los que los pagamos, ¡¡que nos zurzan!!

- Tú, inténtalo

Marca un número de teléfono y oye una voz que le dice. ‘’Disculpe, pero las líneas están ocupadas. Espere un momento y le atenderá la persona adecuada.’’ Hace unos visajes indescriptibles, pero la mujer, que debe de conocerle hace tiempo, debe intuir que la tormenta se acerca y, por si las moscas, desaparece. Mientras tanto, Luisito escucha cinco veces y con intervalos de unos diez segundos la fatídica frase: ‘’Espere un momento, enseguida le atendemos’’. Cuando ya estaba dudando entre cortar la llamada, tirar el teléfono lo más lejos posible, o gritar insultos de todos los tipos y colores por si grababan la llamada por razones de seguridad o de controlar la calidad del servicio, escucha que la anónima voz le dice; ‘’ Por acumulación de llamadas entrantes, le rogamos vuelva a intentarlo dentro de unos minutos.

- ¡¡Ni que fuera el teléfono de citas médicas!! Yo voy ahora mismo a las oficinas en persona y…

Y cuando iba a seguir despotricando y dando ejemplos sobre lo que le iba a oír, se escuchó una voz alegre que decía

- ¡Luisito! ¡Que sale agua por todos los grifos! ¡Olvídate de regar las plantas y aféitate de una vez! Y acuérdate de volver a enjabonarte la cara que no te imaginas cómo la tienes!

Y ahí se acabó todo.

La Surfi, no se sabe si por ser la más atrevida o la más inconsciente, preguntó tímidamente:

-Y todo este rollo,  ¿a cuento de qué?

-¡Y yo qué sé!, respondió el Pisha. A mí me han dicho que lo cuente y lo cuento. ¿Pasa algo?

Al ver que se daba por ofendido, ninguna de nosotras se atrevió a pedir más explicaciones, y como la Tatiqui tampoco habría el pico, hicimos corrillos hablando de nuestras cosas para hacer tiempo hasta la hora en que nos tocaba acercarnos al puerto pesquero para ver si encontrábamos algo para la cena.


viernes, 14 de noviembre de 2014

Semana del 9 al 15 de noviembre del 2014

Nostalgia de un Itita

Esta vez nos hemos reunido para recordar a alguien que, sin estar presente en nuestras reuniones, siempre ha pertenecido a este grupo de gaviotas, y que alguna vez le hemos nombrado como el Palomo (Semana del 23 de febrero al 1 de marzo del 2014). Su nombre completo es LUIS BETÉS PALOMO y nos ha dejado. El domingo pasado nos enteramos que había emprendido su último vuelo junto a las torres del Pilar de Zaragoza, y lo que nos queda son todos esos momentos que vivimos y disfrutamos con él aquí y allende los mares.

Era alguien que, sin necesidad de llevar una rama de olivo en el pico, siempre procuraba limar cualquier aspereza que pudiese derivar en conflicto. Hasta era capaz de no manifestar su clara visión de las cosas y de las situaciones sin con ello evitaba el más mínimo enfrentamiento , y eso incluso cuando se le conminaba a que aclarase su postura respecto a una afirmación o un razonamiento más o menos dudoso de alguno de los que estaban presentes. Eso sí, tenía una debilidad que no ocultaba en cuanto nos sentábamos a comer en torno a una mesa: era el primero que echaba mano del pan, aun antes de que el camarero de turno hubiese tenido tiempo para depositar sobre el mantel el cestillo correspondiente.

Estos recuerdos están mediatizados por el que trata de expresarlos, pues la luz, los colores y los sentimientos que les pone el que los rememora hace que la realidad reflejada sea distinta a cómo la vieron el resto de personajes implicados. Pero no importa la historia o, por lo menos, esta historia es para quien la escribe. Y a quienes la lean puede que les facilite reconstruir la suya propia.


El primer contacto que tuve con él fue hace casi 40 años, con ocasión de un curso que se impartió en la desaparecida Universidad Laboral de Zaragoza.


1975- EN LA UNIVERSIDAD LABORAL DE ZARAGOZA

Si ya entonces su imagen no coincidía con la de un sacerdote al uso (en aquellos años), con el tiempo tuve la suerte de compartir trabajo y ocio con una persona que siempre estaba dispuesta a aportarte su saber y entender humano para lo que hiciese falta o se le solicitase, y solo mostraba sus cualidades religiosas y sacerdotales si se lo pedías explícitamente. Tanto es así, que su trayectoria y logros profesionales, como sociólogo y profesor, y sacerdotales llegaron a mí en retazos más o menos inconexos y gracias a terceras personas. Pero no son objeto de estas líneas. El que tenga curiosidad que acuda al Google o a otras fuentes de confianza.


1976- EN HOSEGOR (FRANCIA)


No sé cómo sucedió ni estoy ahora para analizar las causas, pero el caso es que los contactos profesionales en las famosas y maratonianas reuniones de fin de semana para desarrollar innovaciones educativas, derivaron hacia otro más personal, que renacía y se desarrollaba sobre todo en nuestros coincidentes períodos vacacionales.

Allá por 1980 descubrí su pasión por las frutas. No se me olvida la fruición con la que solicitaba al mesero de un hotel de Acapulco la famosa e indescriptible ‘’Paleta de pintor’’, preparado con frutas de todos los colores: el amarillo del carambolo, el verde del kiwi, el naranja del mango,… Y junto a este rasgo humano, el sacerdotal. Creo que fue ese mismo año, en un salón de una casa de Iztapalapa, en México D.F., cuando asistí, por primera vez y junto a otras personas mejicanas, a una Eucaristía celebrada en torno a una mesa. Esa era una característica de su manera de ser. Con él se podía transitar de lo natural y humano, a lo social, a lo trascendental o a lo religioso, en un continuo, como quien pasea por un camino sin desniveles ni cambios bruscos de dirección.


1980-EN LAS RUINAS DE MITLA (OAXACA-MÉXICO)


1980-EN TORREÓN, AL NORTE DE MÉXICO

Se apuntó, o lo apuntaron, a aquellas salidas del ITE a tierras hispanoamericanas, e hizo sus primeros pinitos, creo que en el año 1982, en Bolivia, y le debió gustar tanto que desapareció de nuestra vista durante unos años para llevar su buen hacer a Costa Rica. Y aunque no lo sé a ciencia cierta, seguro que aprovechó su estancia en las costas de este país para disfrutar de algo que le encantaba: darse un ‘’capucete’’, en este caso, en las aguas del Pacífico. Porque si tenía algún vicio era el de no dejar pasar ninguna ocasión ni ningún tiempo que tuviese libre para sumergirse en aguas saladas, lo mismo en Laredo que en Peñíscola o en la Costa del Sol. Siempre dudé que hubiese nacido bajo el signo de Cáncer y no del de Piscis o Acuario.


1982-PREPARANDO UN CURSO EN SUCRE (BOLIVIA)


A finales de los 80 y, sobre todo, a lo largo de todos los 90, nuestras trayectorias vitales volvieron a encontrarse por uno de esos acontecimientos que nunca deseas (accidente de coche de 1987), pero que viéndolo y analizándolo a distancia hasta lo agradeces, por los muchos beneficios que te ha aportado. Y él, como siempre, estaba ahí disponible, ofreciéndose a ayudar en lo que podía y que, aunque para él no supusiese ningún esfuerzo según sus palabras, para los que gozábamos de su compañía era fundamental al comienzo de nuestra andadura post- traumática, sobre todo por la seguridad que nos daba en nuestros desplazamientos. 

Y lo que al principio era necesario para nuestra seguridad se transformó luego en algo de lo que no podíamos prescindir, pues era el interlocutor válido que hasta posibilitaba clarificar nuestro quehacer profesional. Y así, el ‘’trío de la bencina’’ pasó Navidades y Fines de Año en Cocoyoc (México) y Tenerife, y veranos en Marbella, lugares y tiempos que siempre rememorábamos y de los que a partir de ahora volveremos a traer a la memoria momentos agradables. Como la charla sobre la fe y el más allá que tuvimos de madrugada en los jardines de un hotel de Marbella con el camarero que servía en la barra del bar y que se empeñó, una vez cerrado el servicio que atendía, en plantearle sus interrogantes humanos y religiosos.


1988-COMIDA EN DURANGO (BIZKAIA)


1992-EN NAVIDAD, CERCA DE COCOYOC (MÉXICO)


1994-FIN DE AÑO EN TENERIFE


1995-ENERO-EN LA GOMERA


Todo cambió, a mejor, a partir del 2004. Y fue a mejor porque le pude conocer más profundamente en su vertiente sacerdotal, religiosa. Antes percibía esa vertiente gracias a los matices que impregnaban su proceder humano. Pero a partir de esa fecha, gracias a la atención y asistencia que me proporcionó en el grupo religioso del que era responsable,  y a las sustituciones que hacía al párroco de San Pedro de Alcántara durante el mes de agosto, manifestó claramente y sin tapujos su quehacer como sacerdote, y me demostró que si uno es ‘’buena persona’’, lo religioso lo que hace es potenciarlo y ponerlo a disposición de más personas, tanto próximas como desconocidas. Tanto es así, que revolvió cielo y tierra (y los archivos del Arzobispado de Zaragoza) para que pudiese celebrar mi matrimonio religioso que él mismo presidió.


2010-FEBRERO-BODA EN ZARAGOZA


2010-MAYO-HACIENDO TURISMO EN ZARAGOZA


Hay muchas cosas más, y muchas de ellas conocidas por todos a través de su presencia y participación en las Reuniones ITE. Por eso, ese hueco que deja su partida, inicialmente doloroso, puede irse rellenando con los ratos agradables, enriquecedores y alegres que he podido disfrutar con él, y así, los rasgos dolorosos de la pérdida van desapareciendo poco a poco, e incluso, espero, se irán transformando en algo luminoso, lleno de color, que alegrará la vida de los que quedamos y le recordamos.


2008-REUNIÓN ITE- MÁLAGA


2009-REUNIÓN ITE-ZARAGOZA


lunes, 10 de noviembre de 2014

Semana del 2 al 8 de noviembre del 2014

Esta semana han acudido todos y, lo primero que han hecho, ha sido poner al Pirulo como hoja de perejil por ser tan oportunista al tratar un tema tan funerario en las fechas que se celebraban, casi simultáneamente, el Halloween, Todos los Santos y el Día de Difuntos. Y la Coyotita sorprendió  a todos al explicar qué era, para ellos, el Día de los Difuntos.

- Allá en Méjico el sentido que se da a ese día es casi, casi, el opuesto al que dais por estas tierras. Si cuando alguien viene a este mundo, que no puede decirse que está para echar cohetes, todo es alegría y celebraciones, pues lo mismo cuando se va de él y se dice que ‘’ha pasado a mejor vida’’. Pues, ¡híjole!, ¡vamos a celebrarlo! Allí organizamos una fiesta por todo lo alto y, a poder ser, bien cerca del muertito, en su propia tumba.

El Pisha comenzó a hacer aspavientos para ahuyentar el mal fario que le producía lo que se mentaba que, para él, no podía contener más que malos augurios, y desvió la conversación enzurizando al Borni.

- Y por fin, ¿qué vais a hacer con el 9-N? Porque con eso de tener urnas de cartón, listas de participantes con nombres coma La Bombi, el Niño del Pachulí, la Ratita Sabia,…, eso parece más bien una fiesta de fin de curso de un centro de Educación Infantil que una votación, encuesta, opinión participativa, o como sea que lo llaméis.

- Tú calla, Pisha, que lo que abunda por esta zona da risa. Con la cantidad de imputados de todos los tipos y pelajes que tenéis, podéis montar una manifestación para pedir la creación de un nuevo ente, el INFICO (INstituto para la FInanciación de COrruptos), para que la gente esa que mete el cazo pueda pagar las fianzas. Bastante tenemos con lo nuestro y que, por lo menos, el 9-N gane el Barça en Almería. Que, aunque sea poco, nos dará un respiro.

Y mirando a todos, pero de uno en uno y con gesto adusto, continuó

- Y vosotros, ¿qué miráis? Todo el mundo comete pifias, solo que nosotros todo lo hacemos a lo grande.

- ¡Ándele! Lo que tienen que hacer en la Madre Patria es instaurar lo que tenemos inventado hace tiempo en Méjico querido: la democratización de la corrupción, más conocida como la ‘’mordida’’. ‘’Mordida para el joven y para el viejo, para el hombre y para la mujer, sean policías del tráfico urbano o interestatal, conserjes, funcionarios o porteros de ‘disco’.

- Y eso, ¿qué es?, preguntaron al unísono unos cuantos.

- Pues muy sencillo y muy genérico: ¿tú quieres algo de alguien?, pues le pones le pones el billetito adecuado en la mano y con disimulo. Que uno de tráfico te para por haberte saltado un semáforo en amarillo, pues sacas el carnet, lo despliegas, pones el billetito junto a la foto y se lo das. Y si te dice algo así como ‘’ Esta foto está borrosita y no me place’’, pues coges el carnet y cambias el billetito por uno de más pesos. Si te vuelve a decir ‘’¡Óigale, cuate! Que en la otra foto estaba también muy gachupín, y me gustan las dos’’ Pues repones el billetito que habías retirado, y así hasta que te diga ‘’¡Ándele pues! Siga su caminito’’.

- Eso lo hacemos aquí con el mesero jefe de los restaurantes si queremos un buen sitio, pero con la policía…, intervino el Pirulo

- Allá por Méjico ya se sabe, prosiguió la Coyotita. La mitad trabaja y casi no come ni un mísero taquito, y la otra mitad come lo que le apetece y no trabaja ni un poquito.

- Coyotita, no te creas que en la Madre Patria nos hemos quedado en el siglo XV, intervino la Tatiqui. Aquí lo de la ‘mordida’ lo aplicamos casi todos y al revés. Es decir, la ‘mordida’, de morder, se la damos a Hacienda siempre que podemos y a todos los niveles. Desde dineros camuflados en el extranjero, los que lo tienen, hasta librarnos del IVA en las facturas que podemos, pagar chapuzas con dinero negro, inventarnos situaciones extrañas para conseguir subvenciones, y un montón de etcéteras más. Pero dejemos el tema que a todos nos quema, y cambiemos de tercio.

Y mirando a la Txuri-Txori, le dijo

- Y tú, ¿qué cuentas?

-Yo, nada. En Donostia estamos todos deprimidos. No tenemos entrenador en la Real, al Atleti lo han descalabrado en la Champion, y encima hemos tenido que ir a pescar bonito casi a las antípodas, pues en nuestras costas, ni rastro. Lo único que nos anima es eso que ha dicho nuestro gran jefe en Méjico en una de esas euskal-etxeas que hay por allí. Que aquellas tierras pueden llegar a constituir la octava provincia vasca. ¡Casi nada! ¡Somos un país transoceánico! Lo malo que montar nuestro 9-N nos iba a costar un pastón.

- Ahora va a resultar que los más animados somos nosotros, los gallegos, dijo el Filloas. Alimentaros con buen marisco, buenas merluzas y buenos pimientos de Padrón, y veréis cómo se os pasa la morriña. Y si no os basta, con diez chupitos de aguardiente de hierbas lo veréis todo de color de rosa.


En ese momento, el Pirulo interrumpió la conversación con la excusa de que él y la Tatiqui tenían que tomar las de Villadiego, pues tenían un compromiso de fin de semana en un paraje de Benahavís, y que se iban a preparar todo lo que les habían encargado que llevaran. Así que, al quedar descabezados, se desperdigaron todos por la zona, donde el veroño había vuelto locas a las plantas, haciéndolas creer que empezaba la primavera.


LAS FLORES DEL VEROÑO A 3 DE NOVIEMBRE



BENAHAVIS DESDE EL GRAN HOTEL


sábado, 1 de noviembre de 2014

Semana del 26 de octubre al 1 de noviembre del 2014

Como la ya famosa pasarela, que creíamos acabada, sigue en obras y he decidido que no le hago ni una fotografía más hasta que esté preparada para la inauguración del Paseo, la Tatiqui y el menda nos hemos trasladado a la orilla del mar, junto al grupo de eucaliptos que siempre ha constituido nuestro lugar de reposo.




LOS EUCALIPTOS PLAYEROS (29 DE OCTUBRE 2014)

Y allí hemos llegado a un acuerdo. A cambio de mi ayuda para adecentar el espacio en que solemos descansar, ella ha prometido que aguantará el que le explique en qué consisten el resto de estrés de los que tomé nota la semana pasada. Así que me he puesto a trasladar la variedad de residuos sólidos que han dejado las familias ‘playeras’ el fin de semana a los alrededores de los contenedores que hay dispuestos en las proximidades, y a hacer montoncitos con las hojas de eucalipto esparcidas por todos lados.




AUNQUE NO SE VEAN, HAY MONTONCITOS (29 DE OCTUBRE 2014)

Y casi sin darle tiempo a dar una nueva orden, le he contado lo que pongo a continuación, donde he suprimido algunas digresiones de los jubilados no aptas para ciertos oídos. Eso sí, colocándonos de tal manera que la vista de la Concha alegrase nuestras entretelas.


LA CONCHA EN OTOÑO (29 DE OCTUBRE 2014)

Estrés de las viudas.-Se parte de la premisa de que la denominación de este tipo de estrés no es consecuencia del machismo generalizado de los varones de cierta edad. Lo que pasa es que se refiere a las viudas que por diversas razones, ellas sabrán, acuden cotidianamente, o casi, a la parroquia correspondiente. Y no creo que nadie tenga datos para contradecir el hecho de que en las parroquias viudas,  haberlas haylas, pero viudos…

Y este estrés, o sus síntomas, no aparecen en cualquier momento, sino solamente cuando existe la posibilidad o el rumor de que van a cambiar de párroco. En ese momento, el encaje del papel y funciones que cada una de ellas tenía o creía tener en la vida parroquial peligra o, por lo menos, eso es lo que perciben algunas de ellas. Y son éstas las que son presas de esos primeros síntomas del estrés: nerviosismo, ansiedad,… Y en estas viudas se desata una actividad frenética para obtener el mayor número de datos sobre el futuro próximo.

¿Cuándo se va a producir el cambio?

¿Quién va a ser el nuevo párroco?

¿De dónde viene?

 ¿Es de aquí o de esos que vienen de Hispano-américa o de los países del este?

¿Qué edad tiene?

Como es natural, todas estas preguntas van teniendo respuestas diferentes en función del tiempo que pasa y del número y tipo de personas a las que se requiere una respuesta.

Y es en los momentos previos al cambio de párroco cuando se percibe más nítidamente en el ambiente las consecuencias de ese dicho que afirma que ‘’la información es poder’’: viudas que caminan más erguidas que de costumbre y con una sonrisa angelical; otras más cariacontecidas y desganadas, y, la mayoría, andando desnortadas como las gallinas en el corral cuando les falta el que tiene el mando en plaza.

Menos mal que este estrés previo al cambio no durará más allá de un mes o dos después de la toma de posesión del nuevo párroco, y se transformará en una depresión más o menos profunda en las descartadas, y en un aumento de la autoestima y de los gestos de suficiencia en las elegidas.

Estrés funerario.- Este tipo de estrés aparece fundamentalmente en las poblaciones de no más de 15.000/20.000 habitantes. Sus momentos álgidos son los meses que van de noviembre a marzo, meses en los que se producen una gran parte de los decesos de personas mayores de 70 años. No se sabe por qué, pero estas personas tienen un olfato especial para captar en el ambiente que uno de sus coetáneos ha desaparecido. Y valoran en tan poco la vida que les permite vivir esta sociedad moderna, que aplican a esta desaparición la manida frase de que ‘’han pasado a mejor vida’’. La noticia del fallecimiento no necesita de periódicos ni de pasquines, pues corre de boca en boca en las reuniones habituales o accidentales de jubilados, acompañada de un sinfín de detalles que permiten identificar al occiso:

‘’Sí hombre, es aquél al que paseaba un hispanito en silla de ruedas y le llevaba a tomar un café con leche al bar de la plaza’’;

‘’ ¿No te acuerdas? Aquella señora que subía renqueando las escaleras de la parroquia y se ponía siempre en el primer banco’’;

‘’Lo tienes que conocer. Un hombrón que siempre que perdía al dominó en el Hogar del Jubilado soltaba unos tacos con un vozarrón que le oían desde el paseo marítimo’’.

Hasta a veces, este boca a boca lleva a confusiones en la identificación lo que puede provocar, si no estrés, sí un síncope cuando se encuentra uno con el que se supone muerto y enterrado, en la barra de una cafetería tomando una caña.

Pero el estrés funerario no se produce por la noticia en sí, ni por el aviso que supondría la desaparición de uno de los que componen la hipotética lista por edad que cada jubilado tiene en la cabeza. Ese estrés es consecuencia de las múltiples actividades a las que se ven abocados los compañeros de tertulias o simplemente conocidos del finado o finada, que en esto nunca ha habido discriminación de género. Velatorio, entierro, misa ‘corpore insepulto’, misa de los siete días, misa del mes,… La asistencia a estos eventos y el canguelo de que uno mismo puede estar en boca del resto por los mismos motivos, son las causas de la ansiedad y depresión que desembocan irremisiblemente en un estrés que no desaparece hasta que un  alzhéimer selectivo envíe el suceso y sus detalles más nimios a los arrabales de la conciencia.


Estrés fisiológico.- Es un estrés fácil de entender pero, a su vez, tiene múltiples causas que muchos pueden considerarlas como inocuas, intrascendentes o no creíbles. El cuerpo humano, como cualquier mecanismo complicado, puede alterar su funcionamiento por motivos casi infinitos. Pero hay uno que no puede eludirse y que afecta a todos por igual: la edad. Es verdad que afecta de distinta manera a unos que a otros pero, poco o mucho, deteriora a todos. Entre esas numerosas situaciones que pueden desencadenar estrés en las personas mayores, hay dos que voy a tratar de describir por ser una de ellas pública y notoria y la otra, en cambio, oculta, íntima y muy difícil de explicitar por las personas que la padecen.

A la primera de ellas le podíamos adjudicar el nombre de ‘’ la del Ambulatorio’’, aunque en realidad sea la situación final de una amplia gama de sucesivas sensaciones que sufre el sujeto afectado: hormigueo en las extremidades que pueden provocar despertares angustiosos; mareos inopinados en ocasiones tan fútiles como atarse los zapatos o colocarse unas zapatillas; dolores de cabeza que aparecen después de intentar seguir atentamente los dimes y diretes de programas como ‘Sálvame de Luxe’; taquicardias que se manifiestan cuando intentas defender con todos los argumentos a tu alcance que una ensalada debe de estar ‘’bien aceitada y poco avinagrada’’ y nadie te hace caso;… Y cuando intentas convencer al allegado más próximo para que te acompañe al médico, lo único que escuchas por respuesta es que lo que le pasa a uno es normal, no tiene importancia, o, lo que es peor, esa frase tan manida 

‘’¡No le des importancia! ¡Son cosas de la edad!’’. 

O esa otra no menos cáustica:

 ‘’¿No será que se te ha olvidado tomar alguna de las pastillas que te recetaron?’’ 

Y solo cuando le ven a uno como deprimido durante una semana, desganado, dando tumbos como un fantasma por las habitaciones de la casa, se deciden a pedir una cita con el médico de cabecera. Y lo que parecía que iba a tranquilizar al paciente, desata una desazón nerviosa auspiciada por lo que se pone a imaginar que va a pasar en el Ambulatorio, empezando por esa espera que nunca se puede dimensionar a no ser que el galeno no haya llegado por alguna incidencia y uno tenga el número 27. El paciente acaba pensando que lo mejor es ‘dejarse morir’, o tomar simultáneamente las 35 píldoras que acabarán recetándole para que las tome a lo largo de la semana, y cuya cadencia y momentos de ingesta es imposible de memorizar.

La otra causa de estrés fisiológico está adquiriendo cada vez más importancia en los círculos de especialistas en geriatría, hasta tal punto que proponen que se bautice al estrés que producen con el nombre de ‘’Estrés del salvaslip’’ . Y afecta mucho más a los varones que a las hembras, sin que esto signifique ningún tipo de discriminación. Lo que pasa es que ellas están acostumbradas desde la pubertad a adminículos con fines semejantes, mientras que ellos tienen ya olvidados, si alguna vez lo han podido recordar, la época en que gateaban o corrían con aquellos dodotis del siglo pasado. 

Con la edad, y con independencia del sexo, los músculos de los esfínteres se debilitan, y cualquier fallo en los mismos tiene consecuencias fatales para la ropa interior que toma unos tonos que van del amarillo al pardo, a veces sin solución de continuidad. Y, ¿qué tiene que ver esto con el estrés? Muy sencillo. Los varones tienen que elegir primero la ropa interior más adecuada para ‘’implantar’’ el salvaslip. No vale comprarse modelitos Beckham  o Cristiano Ronaldo porque su diseño está hecho para lucirlos en suites presidenciales y no en un dormitorio de jubilados. Tampoco valen los calzoncillos clásicos pues, en este caso, los salvaslip quedan a una distancia de los esfínteres que los hacen prácticamente inútiles. Al final, el sujeto llega a la conclusión que lo mejor es comprarse slip Abanderado y un par de tallas inferior a las que correspondan, para que queden bien apretaditos.

 Pero aquí no acaba todo, porque a continuación viene el problema espacial de la colocación. ¿Centrado? ¿Un poco a la izquierda? Cada modelo y talla del Abanderado tiene su aquél, y solo la experiencia aportará la respuesta adecuada. Y por si esto fuera poco, quedan todavía las dudas, inquietudes, y sospechas que surgen durante su utilización. 

¿Estará siendo efectivo? 

¿Se habrá desplazado de su posición inicial?

¿Aguantará sin que traspase? 

¿Me manchará el pantalón en zona visible? 

Como puede deducirse, el nerviosismo, la ansiedad, la angustia y la depresión que producen los fallos de colocación, bien merece que se incluya el ‘’estrés del salvaslip’’ entre las enfermedades típicas de la tercera y cuarta edad.


Yo intenté seguir, explicando el estrés de las personas que, a regañadientes o forzadas,, ingresan en las Residencias de ancianos pero, como es natural, la Tatiqui me hizo callar, harta de este tipo de digresiones, y me prometió que la próxima vez que se reuniese conmigo iba a traer tal listas de cosas que hacer que iba a estar callado más de un mes.