sábado, 23 de agosto de 2014

Semana del 17 al 23 de agosto del 2014 (Escenas veraniegas III)

PESCADERÍA


La lleva alguien que ha sido cocinero antes que fraile y, en cuanto a cocinero, en el sentido literal de la palabra. Por lo tanto, los que van allí habitualmente están seguros de  la calidad de lo que les ofrece y, además, les pone a su disposición las recetas que empleaba cuando atendía los fogones de un restaurante. Por otro lado, la confianza aumenta al comprobar que, entre sus clientes, hay restauradores de la zona que son fieles a la amplia gama de productos que tiene en su expositor.


PESCADERÍA

Todos los días, excepto domingos y lunes como es normal en este sector comercial, sale a las tres o cuatro de la madrugada hacia la lonja de Málaga donde, además de los productos de la zona, se ofertan los que desembarcan en los puertos de Galicia y del Cantábrico, algunos de los cuales llegan por vía aérea. Aunque, para asombro hasta de las gaviotas que vienen del norte, la variedad de pescado y de marisco de esta parte del Mediterráneo es casi mayor que la de otras partes de las costas españolas eminentemente pesqueras.


DOS VISTAS DEL EXPOSITOR


Esta es la primera parada que hay que hacer en los ‘mandados’ y, a poder ser, antes de las 10am, pues se corre el riesgo de tener que escoger entre lo que te han dejado los madrugadores y los encargados de abastecer las vitrinas y neveras de los restaurantes. ¡Hasta los vitorianos y los boquerones pueden acabarse para las 11 de la mañana! Y como el problema de turno en verano es serio, sobre todo para la adquisición de exquisiteces, es el único comercio de esta parte de San Pedro de Alcántara donde hay que coger el numerito de la máquina dispuesta a la vista y cerca de la entrada.

Y mientras se espera el turno con un ojo puesto en el expositor para controlar que no se lleven lo que uno pretende, y con el otro en la maquinita que señala el número del afortunado que ya está haciendo su pedido, surgen reencuentros estivales y las subsiguientes conversaciones del estilo de la que se refleja a continuación.

- ¡Cuánto tiempo Jordi! ¿Huyendo de las inspecciones tributarias que están haciendo por tu tierra a todos los que se llaman como el ‘molt honorable’?

-¡Mira Koldo! ¡No me tires de la lengua! Que en la vuestra han escardado solo unos pocos centímetros, pero espera que profundicen un poco. ¿Y a qué vienes por aquí?

- A ver si tienen un besuguito y nos lo podemos hacer estilo Orio.

- ¡Joé Koldo! Aquí besuguitos no hay, como no se fijen en alguno de nosotros. Pero en cambio tienes algo muy parecido y que, si lo tratas bien, aun sabe mejor: el boraz.

- ¿Voraz? ¿Cómo los políticos que cuanto más afanan más quieren?

- Boraz, con B de..¡Besugo! Y si no tienen, porque ahora creo que no es tiempo, llévate una buena cola de merluza.

- ¿Cola de merluza? ¿Aquí en Andalucía? Si la tienen, son sudafricanas y a mí me gustan las trabajadas por las galernas del Cantábrico.

- Eres más inocente que los que votan en función de las promesas que le hacen. Como si en el norte no comieseis merluzas sudafricanas. Si la mayoría entran por las lonjas gallegas y, en el Cantábrico, si se pesca algo, son anchoas y dos o tres bonitos al año. ¡Vais a tener que comprar atunes en el sur y luego decolorarlos antes de envasarlos!

En ese momento se oye la voz de una de las que atienden al público.

- ¡El 36! (segundos de espera)

-¿Está el 36?

- ¡Koldo! ¡Que es tu número!

- ¡Perdón! ¿Tiene bonito?

- ¿Ha hecho usted algún encargo?

- No, pero ¿es que hay que encargar las cosas?

- Es que este año hay muy poco bonito, y lo que llega a la lonja de Málaga alcanza precios muy altos. Por eso, solo lo traemos si nos lo encargan, ¿quiere para mañana?

-¡Yo, de profeta, nada! Todavía no sé ni lo que voy a comer hoy. ¿Y un par de colas de merluza?

- Colas no quedan. Las seis que tenía se las ha llevado un señor, creo que de San Sebastián. Solo quedan cogotes que, si quiere, se los puedo preparar en lomos.

- ¡Qué herejía! ¡Destrozar un buen cogote! (y añade con ironía) ¿qué me puedo llevar que haya dejado el guipuche ese?

- Ha pedido gamba blanca, pero cuando se ha enterado del precio se ha llevado solo un puñadito. ¡Claro! Están a 156 euros el kilo.

- Pues vaya con el guipuche! ¡Menos mal que nos tiene usted aquí a los de Bilbao! ¡Póngame todo lo que queda en esa caja de gambas! Porque aquí admiten tarjetas oro. ¿no?

- ¡No faltaba más, caballero!

- ¿Has visto, Jordi? Si quieres te vienes a tomar unas cuantas a la plancha a esos de las dos.

- Si te pones pesado, voy hasta con la familia, contesta el aludido. Porque nosotros ahora ni nos atrevemos a tirar de tarjeta de esa manera pues, como te descuides, la Agencia Tributaria lo considera manifestación externa de lujo.

En eso se oye ‘’¡El 37!’’, y las ventas siguen su curso.



PUB DE COPAS



Uno de los días que estábamos descansando en esta zona de la calle Constitución, junto a un Pub muy concurrido a partir de las 7 de la tarde, fuimos testigos de la siguiente conversación. Y por lo que decían se interpelaban con los nombres de Zuresko y Koldo, y debían pertenecer a una comunidad de vecinos de alguna urbanización de la zona, de esas en las que los propietarios extranjeros superan en número a los españoles.

- ¡Zuresko! No digas que no son inoshentes estos propietarios. ¡Caen en las trampas más sencillas! ¡Guishajoas!

- Mira Koldo, háblame en cristiano que los de los alrededores de Madrid no somos políglotas. Que a mí me tocó la EGB y ahora ni me acuerdo si la aprobé.

- Lo digo porque teníamos la mayoría de los votos. ¡Aunque hubiésemos tenido la minoría! Como si no pudiésemos inventarnos algo para anular unos cuantos.

- ¡Koldo…!, no sueñes. Si hubiésemos tenido la minoría, ¿qué hubiésemos podido hacer?

- ¡Ay! Los mesetarios que cortos sois. Puesh…, por ejemplo, anular votos ingleses porque no contaban con la certificación de autenticidad de firma de la persona por parte del cónsul del Reino Unido en Málaga. ¿Te los imaginas llamando el cónsul para consultárselo? O si no, diciendo que los nombres de los ingleses no estaban completos porque faltaba el segundo apellido.

- ¡Anda Koldo! ¡Que el paleto eres tú! Con esa manía que tenéis de los diez apellidos vascos no te has enterado que a ellos les basta y les sobra con el primer apellido.

- Pero la trampa tuya para librarnos de los que queríamos, ha sido genial, y encima con nombre rimbombante: ‘’externalización de servicios’’. ¿Y de dónde te la has sacado, Zuresko?

- ¡Experiencia empresarial, Koldo! No sabes las cuotas de la Seguridad Social que me he ahorrado diciendo que era eso el trabajo que hacían en mi empresa los emigrantes. ¡ Y encima, en parte, lo pagaba en ‘negro’!

- Pero el pastón que nos va a costar no lo recuperamos ni en 10 años. ¡Algunos no lo van a poder comprobar en vida!

- ¡Koldo! Ni lo pienses. Tengo preparado un plan de externalización ideal: mes sí, mes no; mes sí, mes no…

- Pues el parque delantero va a acabar siendo una selva y al final podremos solicitar a la Junta una subvención para declararlo zona protegida de la biosfera, porque esta Junta lo traga todo.

- Todo se andará. Lo que me preocupa es la dificultad que puede originarse para acceder a los portales. Entre la ‘’selva’’ de afuera y la porquería que se acumule dentro…

- ¡No te comas el coco, Zuresko! Que la próxima vez también les engañaremos a la mayoría. Porque lo que es seguro es que anularemos el efecto de los que no nos siguen. ¡Ya se me ocurrirá algo!

Viendo que la conversación derivaba en una competición de quién hacía más trampas y de quién ‘machacaba’ más a los que dependían de él, tomamos las de Villadiego para no quedar contagiados, y así perder esa tendencia genética a apoyarnos los de la misma especie.

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