Semana del 2 al 8 de abril del 2017
Esta semana el Pirulo ha llegado
eufórico y, ante el asombro de todos, se ha puesto a repentizar pareados:
La primavera ha venido
Y nadie sabe cómo ha sido
La primavera ha llegado
Y más de uno la ha cagado
En la primavera florecen los cardos
Y hasta mete la pata el Picardo
La primavera…
- ¡Vale! ¡Vale!, le ha interrumpido el Guindilla. ¡Deja en paz a Gibraltar que la cosa no está
para bromas! Y en cuanto a la primavera, ya sabemos todos y todas que ha
llegado. Basta con fijarse en las terrazas de los alrededores y en la cantidad
de guiris y de madrileños que están apareciendo en las urbanizaciones.
- Tenéis que perdonar al Pirulo. Aún está bajo los efectos del shock que
provoca siempre el estrenar un nuevo medio de locomoción, aclaró la
Tatiqui. Y si no, que os explique él mismo todo lo que le pasó en el
viaje a Córdoba el pasado domingo.
Y el Pirulo no dejó pasar la
ocasión y se puso a hablar alto y fuerte con la esperanza de poder impedir que
los presentes metiesen baza.
- El nuevo medio de locomoción es indiscreto, pesado y todo lo que a
uno se le ocurra, menos aburrido. Pita por cualquier cosa que hagas sin cumplir
las normas de circulación. Cambias de carril sin dar al intermitente, ¡pitido!;
vuelves al carril de la derecha sin avisar, ¡pitido!; te acercas demasiado al
coche que te precede o a una simple e inanimada columna de un aparcamiento,
¡pitido casi continuo! ¡Y lo mismo si superas la velocidad límite que te ha
‘’aconsejado’’ poner la copiloto! ¡Protesta por todo! ¡Parece de Podemos!
- No nos enzurices, como dirían los aragoneses, le interrumpió el
Borni. Que si empezamos con símiles
políticos, igual es porque estabas acostumbrado a un coche PP, de esos
automáticos en los que no hay que hacer nada y obedecen a ciegas las órdenes
del que manda.
- Has mentado la soga en casa del ahorcado, le replicó el Pirulo. Que el nuevo con sus 6 marchas te vuelve
loco. Tan pronto te avisa que subas a la siguiente marcha, como que te avisa
que es mejor que bajes a la anterior. Y al llegar al primer peaje en el que
tenía que pagar me armé un lío con el mando de la ventanilla, las seis marchas,
el freno y el embrague. Total que llegué al punto de pago a trompicones y
saltos, pues el motor no sabía qué hacer con las órdenes contradictorias que le
llegaban.
-Pues supongo que
llegarías a Córdoba como los novatos en su primer viaje, le dijo la
Txuri-Txori. Con ganas de soltar el
volante y volverte para acá en autobús. Y además pensando que para qué te
servían tus 50 años de carnet de conducir.
-No es para tanto, contestó el aludido. Que el nuevo medio de locomoción dispone de sistemas que aumentan la
autoestima del conductor ya que, cuando en un semáforo o atasco se accionaba
automáticamente el STRAT/STOP, al arrancar de nuevo aparecía un mensaje
animándole: ‘’Ha ahorrado Vd al planeta la emisión de 100gr de CO2’’
En ese momento intervino el Pisha
conminando al Pirulo para que dejase de parlotear sobre su nuevo juguete, y
para que les contase a todos lo más sabroso de su visita a Córdoba. El Pirulo
no debió entender muy bien la proposición, pues se lanzó a alabar, encomiar y
recomendar las berenjenas con miel de caña que habían saboreado, ante lo cual
los graznidos de protesta se generalizaron y la Tatiqui tuvo que aclararle la
propuesta del Pisha. Después de pedir disculpas y puntualizar que habían ido a
Córdoba para que la conociese un matrimonio de amigo de Londres, les contó más
o menos lo que viene a continuación
Que llegaron sin ninguna
dificultad y en buena hora al Parking La Mezquita, pues no había pasado ni
media hora y ya se había formado una cola para entrar (En ese momento quiso
hablar de los sistema de ayuda al aparcamiento de que disponía el coche, pero
se lo impidieron todos a una). Y nada más salir empezaron las fotos para
inmortalizar el evento y demostrar que el trasiego de visitantes iba a ser
considerable.
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Por la calle Judíos no era fácil
‘circular’, pues había que sortear grupos escolares extranjeros que iban como
los rebaños: todos juntitos y sin dejar un resquicio para pasar entre ellos.
Solución: pegarse a las paredes y verles pasar.
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En la Puerta de Almodóvar y con
el edificio de la cruz Roja de fondo, se hicieron una foto para la posteridad
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Y desde allí, por los jardines
que hay junto a la muralla volvieron hasta la puerta de entrada al barrio judío
que hay junto a la estatua de Averroes. Por razones de salud, se detenían de
vez en cuando para recuperar el ritmo respiratorio y se aprovechaba la ocasión
para sacar fotos.
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Y no pudieron ni quisieron
privarse de una vuelta por el casco antiguo en el coche de caballos que en
realidad, y como puede comprobarse, era de caballo
Después del recorrido buscaron, y
hasta consiguieron encontrar después de no muchas preguntas, el restaurante
donde iban a comer. Y en estas labores de indagación el Pirulo detectó dos
circunstancias a tener muy en cuenta por cualquier turista que circule por el casco
antiguo de Córdoba en día de aglomeración de visitantes.
La primera es que no se puede
preguntar a cualquiera sobre una dirección, pues la mayoría de camareros,
dependientes y repartidores son foráneos y no cordobeses y, en consecuencia, es
como si preguntases a una pared.
La segunda, y mucho más
importante, es que no se le puede ocurrir más que al que asó la manteca el
aceptar la ramita de romero que te ofrezca cualquier gitanilla o asimilada, ni
una de las múltiples familiares en distinto grado que le acompañen. ¡La has
liado! Te cogen la mano, te la leen como quien lee El Quijote, y no te la
sueltan por menos de un euro. ¡Y hay de aquel al que le entren ganas de
practicar el ‘’desprendimiento’’! Está comprobado, repito, comprobado que como
les des un billete azul, la voz se corre entre todo el gremio de las
‘trabajadoras del romero’, y te reconocen y te asedian aunque hayas estado
escondido cuatro horas y salgas de nuevo de donde sea al caer el sol.
Y SOBRE LA COMIDA Y EL RESTO DEL
DÍA, YA HABLAREMOS
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