domingo, 24 de mayo de 2015

Semana del 17 al 23 de mayo

Esta última semana todo el mundo ha estado de los nervios, y eso les ha llevado a hacer afirmaciones que más parecen augurar futuros despropósitos que alimentar la esperanza de una mejora en nuestras instituciones públicas. Pero las elecciones son las elecciones, y como todo el mundo sabe que no van a ser ganadores absolutos, siempre tendrán la escusa de que la gobernabilidad tiene su precio.

Menos mal que el domingo 24 de mayo también se celebra la Romería de la Blanca Paloma, y durante toda esta semana las Hermandades de todas las provincias andaluzas, y de otros sitios tan lejanos como Alcalá de Henares, han puesto el contrapunto a los mítines políticos en los pueblos de donde parten y a lo largo de los caminos que conducen desde ellos hasta la aldea almonteña. 





Y durante toda esta peregrinación anual no dejan de oírse las guitarras, y canciones de todo tipo: sevillanas, fandangos de Huelva, rumbas, tangos, colombianas,… Y aunque la mayoría de ellas están dedicadas a la Blanca Paloma, por las noches, y en torno a una fogata, se oyen otras letrillas de las más variopintas y jocosas, dedicadas a personajes o situaciones de rabiosa actualidad.


El equipo de mi vida no es el Barça ni en Madrid
Es aquel en que se incluyen
La Susana y el Moreno, de defensa y de portero
La Teresa de Podemos en el centro de los dos
Y adelante ya pondremos
En purpurri a los demás

Y para disparar las faltas
Ni el Cristiano, ni el Messi, ni el Neymar
Que en la costa en cantidad tenemos
Alcaldables y demás
Que todos ellos se juntan
Como boquerones en el mar

Y si los de aquí nos fallan
De suplentes buscaremos
A los que andan por Madrid
Y a los muchos que descansan
Sin hacer ná de ná
En butacas y sillones
Que para sí quisieran
Jubilados y parados
Que sin butacas ni sillones
Siguen sin hacer ná de ná

Aunque los que mejor descansan
Sin hacer ná de ná
Y sin que en sus bolsillos
Se pueda encontrar un real
Son los que engañan a pardillos
Y descansan…en el Soto del Real
Que butacas y sillones no encontraron
Pero sí despachos donde entraron
Y de allí cuanto pudieron, sacaron
Y en un banco de Suiza lo ingresaron

Mientras tanto los romeros
Caminito van haciendo
Y cuando a Almonte se acercan
Viendo que el fin ya está cerca
Se olvidan hasta de las fatigas
Y solo se acuerdan de Hacienda
Pues aunque te salga a pagar
Cuando ya llegas al Rocío
Hasta el pagar lo harías con brío
Aunque por dentro decidas

No pagar más facturas con IVA

sábado, 16 de mayo de 2015

Semana del 10 al 16 de mayo

Este fin de semana hemos comentado lo lejanas que parecen estar las elecciones andaluzas y lo cercanas que tenemos las municipales. Y como aun nos quedan dudas insuperables de quién va a regir nuestros destinos en Al-Andalus, hemos decidido por unanimidad resumir estos cai dos meses con las siguientes frases, escalonadas en el tiempo.

Primeras horas después de las elecciones

Siempre los demás partidos estarán prestos a colaborar por el bien de la mayoría del pueblo andaluz.

Al cabo de una semana

Los que pierden no tienen por qué cabrearse con las decisiones de la mayoría del publo andaluz que me ha apoyado

Al formarse el Parlamento

Apelo a la responsabilidad de los demás a la hora de empujar a Andalucía hacia adelante, pues la mía la perdí al convocar las elecciones.

Después de la sesión de investidura

Esto parece una pelea de críos al salir del colegio, cuando todos se ponen en contra de la más lista.

Después de la segunda sesión

¡¡¡Esto es ridículo!!!

Y ya en vísperas de la fiesta de San Isidro se cantaba

Sana, sana,
Culito de rana
Que la que manda y mandará
Será la Susana

Y el viernes 15 de mayo la cosa cambió, y el canto decía

Todos, toditos van para el Rocío
Pero los que van solo piensan en el río
Y no mires para atrás sino camina, camina
Y no pienses en Susana ni en la Junta  ni en la mina

Cuando, cabizbajas y en silencio, acabamos de digerir todas y cada una de las frases, una de nosotras, no sé quién ni por qué, retomó la conversación diciendo:

- Pues si estas frasecitas nos han dejado mudas, no te digo nada lo que nos puede pasar si desmenuzamos lo que están soltando los candidatos a alcalde y demás.

- En Cái, bastante tenemos con el levante de estos días, dijo el Pisha. Y menos mal que me he venido para estas costas, pues por allí a todos los seres vivos les afecta el dichoso ‘’vientecillo’’. Nuestras congéneres se refugian tras lo primero que pillan y que esté bien asentado en tierra, para que no se les llenen de arena hasta los sacos aéreos; los humanos no salen de sus refugios ni para comprar el periódico y, si lo hacen, es para acercarse al ambulatorio más próximo con el fin de solicitar alguna receta de algo que disminuya la depresión galopante que ha hecho presa a su ser ontológico; las palomas deambulan en grupo por las plazas y no levantan el vuelo ni aunque se cuelen entre ellas los gatos de la vecindad; 
- ¡Vale! ¡Vale!, le interrumpió el Pirulo. Pues piensa en positivo, que si además del levante escuchasen los despropósitos que dicen los candidatos…

- No exageres, Pirulo. Que yo por lo menos he escuchado cosas muy sensatas, afirmó la Tatiqui. Como ese que dice que cuando se siente en el sillón va a trabajar por …’’una ciudad accesible y sin barreras’’.

- ¡Sensatas! ¡Sensatas!, arremetió de nuevo el Pirulo. ¿Para quién la van a hacer accesible y sin barreras? ¿Para lo que vienen a solearse, jugar al golf y pasarlo bien? Pues si llegan hasta aquí es que es accesible y sin barreras. ¿Para los que viven aquí? Los que pueden trabajar, mal que bien llegan a su puesto de trabajo; los que están en paro, como mucho salen hasta el bar de la esquina; y los jubilados, o se aproximan o los aproximan hasta el banco más cercano para pegar la hebra. ¡Al banco de sentarse! ¡Que al otro, solo se arriman a primeros de mes para retirar cuanto antes su pensión!

- ¡No te pongas así, Pirulo!, le dijo la Txuri-Txori tratando de apaciguarlo. Que, por lo que he oído, algunos aquí están prometiendo poner a los jubilados los autobuses gratis. Aunque vais un poco atrasadillos, pues en Donostia se los pusieron gratis el siglo pasado.

-¡Autobuses gratis!, volvió a gritar el Pirulo ¿Y para qué lo quieren? ¿A dónde van a ir? ¡Como no paren en las residencias de ancianos para recogerlos! O igual se les ha ocurrido cambiarlos de lugar durante el día: los de San Pedro a Estepona y los de Estepona a San Pedro. ¡Y quietecitos en la parada del autobús, porque a ver quién es el guapo que sube la cuesta de la calle de En medio o la de la Avenido de Andalucía con setenta y tantos años a las espaldas. Lo mejor es que se queden en casita o en las proximidades de la misma, y que se entretengan despotricando en grupo contra Hacienda, o entreteniéndose solitos en sus terrazas arreglando sus plantas.


- ¡Eso, Pirulo!, le apoyó la Surfi, que cuando venía para acá, al sobrevolar las urbanizaciones, he visto a una pareja de jubilados que se lo estaban pasando pipa en su terraza. ¡Menuda la tenían montada! Parecía que estaban haciendo una lasaña ecológica en cada maceta: capita de cagarrutas de cabra y cabrito montés; capita de tierra de esa que llaman de sustrato o algo así; y capita de piedras blancas tapándolo todo para evitar que los mirlos puedan enredar escarbando y ‘’deconstruir’ la lasaña. ¡Y se han pasado la mañana la mar de entretenidos!




- ¿Y qué quieres decir con eso, Surfi?, le preguntó el Borni. ¿Qué los ayuntamientos subvenciones las cagarrutas para que los jubilados vayan esparciéndolas por los jardines municipales?

- Si os ponéis en ese plan, intervino el Guindilla, lo que yo propondría sería el intercambio de cagarrutas de monos del Peñón por las de las cabras e la Sierra Blanca, a cargo de los mayores de 65 años o de los contrabandistas en paro, pero dándoles, a unos y otros, un pase gratis para los autobuses interurbanos.

Ante tal cúmulos de despropósitos, la Tatiqui, sin inmutarse, miró en torno suyo graznando despectivamente, y levantó el vuelo dejándonos con la palabra en el pico. Ante tal muestra de desprecio, se hizo el silencio, y cada uno se escabulló como pudo y adonde quiso sin decir palabra.


domingo, 10 de mayo de 2015

Semana del 3 al 9 de mayo


Ahora sí que ha empezado la época veraniega. Se han ‘’vestido’’ ya casi todas las terrazas de los residentes, quitando los protectores de los muebles de exterior, colgando adornos por las paredes, y hasta las buganvillas, que apenas habían despertado hace 10 días, han florecido para colorear el paisaje.


BUGANVILLA 28 DE ABRIL


BUGANVILLA 6 DE MAYO



TERRAZA SOLARIUM


TERRAZA SALÓN

Aunque algunos inquilinos no acostumbrados a estas labores, aun siguen utilizando sus propias terrazas como escaparate de sus ‘interioridades’




El Pisha estaba exultante pues, según ha oído, este verano va a disponer de una atalaya privilegiada para otear la bahía de Cái sin tener que posarse en ninguna de sus orillas, ya que van a inaugurar el segundo puente que la atraviesa.



- Los que empezaron a oír hablar de él deben de tener ya un pie en el otro mundo, si es que han tenido suerte y no se han topado con la Sanidad Pública, no informó el interesado. Pero más vale tarde que nunca. Aunque hay agoreros que ya están preparando chirigotas para los próximos carnavales, pues aseguran que algún impedimento aparecerá para impedir o retrasar su inauguración.

- Con eso de las elecciones vamos a tener más inauguraciones que cajetillas de tabaco gibraltareño decomisadas por la guardia civil, sentenció el Guindilla.

- ¡Es verdad Guindilla! ¿Qué está pasando ahora con el tabaco de contrabando que escasea tanto?, le interpeló la Surfi

-¡Nada, pequeña!, le contestó el Guindilla. Que los de aduanas y afines han espabilado. Se han hecho con un escáner por sonde pasan los coches que salen de Gibraltar, y no necesitan ni revisarlos. El papel metálico de las cajetillas les da tal ‘flash’ en la pantalla, que hasta tienen que usar gafas de sol para no quedar deslumbrados.

- En esto del control han espabilado todos, añadió el Pirulo. Como por aquí la ‘’maría’’ se da como antes los acebuches, que si se te cae una semilla en el camino y a los tres días vuelves ya te puedes liar un ‘petardo’, controlan hasta a los que tienen una planta en su casa. Sin ir más lejos, el otro día llegaron a la casa de campo de un parado de larga duración que tenía una plantita de esas en su terreno, y lo único que hicieron fue preguntarle si era para su consumo personal. Para empezar, la plantita tenía el tamaño de un pino, y con sus cogollos podría sacarse uno el equivalente al sueldo de un eurodiputado incluidos viajes y complementos. Para acabar, y ante la respuesta dubitativa que dio, unida a la afirmación apresurada de que fumaba de ella todos los días, lo llevaron al hospital más próximo, le hicieron un test de drogas que dio más negativo que el de un recién nacido. Como consecuencia de que la ausencia de drogas en sangre confirmaba que él no las consumía, le cayó una multa de las de miles de euros por cultivar ‘maría’ para su distribución y venta y atentar, por consiguiente, contra la salud pública. Cuando se enteraron los compadres de los alrededores que hacían lo mismo, no tardaron 24 horas en comprarse hasta una de esas pipas de agua, que tenían siempre preparadas para darles caña y dar el pego de consumo con toda la familia sentada en torno a ella.

- Por lo que veo, por estas tierras no tenéis tiempo para aburriros, intervino la Txuri-Txori. Por allí, si quieres tener una ‘plantita’ de esas, tienes que montarte un invernadero con su contrato de electricidad de más de 20 Kw de potencia de fijo para luz y calor Por aquí, si montáis unas fiestas, la llamáis ‘’Feria de…lo que sea’’ y os dura una semana como mínimo. Y lo mismo os da llamarla ‘de Abril’, ‘de San Isidro’, que ‘del níspero’ o ‘de la oliva de verdeo’. Allí nos tenemos que conformar con ‘’El Día de la Tortilla de Patatas’’, ‘’El Día del Queso de Idiazabal’’, o ‘’El Día del Dantzari Txikia’’,o…¡Y que no nos llueva que se nos va todo al ‘caraxo’!, como diría el Filloas.

- ¡Por alusiones personales!, se apresuró a decir el Filloas para poder meter baza. Y cambiando de tema. ¿A quién  se le ha ocurrido eso de fundar una Agrupación Independiente para las próximas elecciones municipales con el nombre de ‘’Trabuco Sí’’? Porque, o lo he leído mal, o hay algún error tipográfico en periódico que he ojeado esta mañana.

El Pisha no tardó ni un segundo en contestar

- Pues será un grupo de tíos (y tías, ¡claro!) que van con la verdad por delante. ¡Para qué hacer promesas! Esta agrupación se lo dice claro a sus posibles electores: nosotros a lo nuestro con el trabuco en el ayuntamiento y sin echarnos al monte, y vosotros a pagar.

- No penséis mal, aclaró el Pirulo. Como se ha puesto de moda eso de ‘’We can’’, ‘’Sí podemos’’, y demás, esta agrupación, que es del pueblo de Villanueva del Trabuco y, además, como llamarse ‘’Villanueva Sí’’ se prestaba a confusión con las Villanuevas de los alrededores, y, por otro lado, poner el nombre completo del pueblo era muy largo para ponerlo en las papeletas, han decidido acortarlo y dejarlo en ‘’Trabuco, Sí’’

- Pues para trabuco, el que ha puesto Hacienda en el pecho de todos los residentes marbellíes, dijo muy seria la Tatiqui.

- Y eso, ¿ de qué va?, preguntó el Borni, ¿os han endilgado un impuesto especial por los día de sol de los que disfrutáis?

- No, todavía peor, contestó la Tatiqui. El caso es que el Ayuntamiento rebajó un 10% el IBI a los residentes, lo que supone una cantidad entre 10 y 50 euros, y ahora Hacienda dice que eso es una subvención, y que si no se justifica, no ingresa una perra en las cuentas de los que tienen derecho a devolución en la declaración de la renta del 2014. Y por ahí tienes a la gente, muchos de ellos jubilados, preguntando que si vale el ticket de las pechugas de pollo fileteadas que le dio el año pasado el carnicero o si tiene que ser algo más consistente como la factura de la pescadería que solo pidiendo unos boquerones ya es superior a la dichosa subvención. Incluso algunos pretenden presentar como justificación el recibo de la cuota que tuvieron que pagar para entrar en una de las casetas de la Feria de San Bernabé.

Ante estas noticias quien más quien menos, aportó las suyas sobre ‘pelotazos’ de concejales, multas de aparcamiento injustificadas, y…¡hasta de la factura de la luz! ¡Esa sí que era un atraco con trabuco y nocturnidad!

domingo, 3 de mayo de 2015

Semana del 26 de abril al 2 de mayo


Aun no ha finalizado el proceso iniciado con las últimas elecciones, y ya empieza a prepararse el folklore del 24 de mayo. Por lo que pueda pasar, la gente lo que procura es montárselo lo mejor posible, y para eso les viene que ni pintiparado el puente inicial de cuatro días de primeros de mayo. Luego es cuestión de dejarse llevar: diez días de ‘descanso’ en el puesto de trabajo (los que lo tengan) y…¡a la feria de San Isidro!

Este mes va a parecerse a una de esas escaleras mecánicas de los grandes almacenes: una presidenta subiendo a los sillones celestiales y dos presidentes bajando a los infiernos; unos ‘ciudadanos’ subiendo en masa y los que ‘podemos’ bajando cabizbajos; cantidad de ‘pepes’ intentando subir a gatas y a la contra por la escalera de bajada, mientras ‘diez rosas’ se descalabran por la de subida. Y por encima de todo sobrevolando gritos que reclaman su ‘monedero’ perdido en el que, encima, acababan de meter las monedas que les quedaban de la subvención del paro de larga duración cobrado hacía dos días.

Y como el tiempo ha ido mejorando de día en día a lo largo de la semana, desembocando en unos primeros días de mayo casi veraniegos, toda la panda de gaviotas ha llegado animada y con ganas de charlar. Y para nuestro asombro, el primero que ha roto el silencio ha sido el Guindilla.

- ¡Oye, Pirulo! Tú que sabes de todo (y esto lo dijo con un poco de retintín), ya me puedes explicar el por qué este año es de papas malas por mi zona del Campo de Gibraltar, y de papas buenas por aquí, por San Pedro. Lo primero que he pensado es que la culpa la tiene el pérfido Peñón y sus malsanos efluvios financieros. Pero, por otro lado, mi claro raciocinio intelectual me induce a pensar que los temas económicos no tienen nada que ver con los agrícolas.

Aunque se oyó un sonsonete de ¡claro!, ¡claro! que graznaban algunas, y el eco que hacían otras como si estuviesen a distancia diciendo ¡Peñón! ¡Peñón!..., el Pirulo contestó muy serio.

- Tienes menos memoria que un chorlito, Guindilla. Haz un repaso de la meteorología de los últimos dos meses y hallarás la razón. Poca lluvia en vuestra zona abierta a poniente, algo más en la nuestra y que además está protegida por la serranía de Ronda. Laderas azotadas por el viento para vosotros, bancales resguardados que conservan la humedad  como oro en paño para nosotros. Resultado: papas ‘escuchimizás’ y gurruñías’ vosotros, y unas señoras patatas para freír, para cocer o para lo que sea menester, nosotros.

-¡Oye, Guindilla!, te doy una idea, intervino el Pisha. Vende tus papas a la Junta como material de prácticas para los cursos de formación que va a organizar para preparar personal que atienda o trabaje en los chiringuitos. Van a montar, no sé si pagando o sin pagar, unos cursos de espeteros, y seguro que el dinero que les queda  para cursos no les da para comprar sardinas ni de segunda mano con las que hacer las prácticas. Así que el ensartado, la orientación y distancia del espeto a la flama, y demás, que lo hagan con tus papas, que para eso no hace falta que sean de buena calidad

-, contestó el aludido irónicamente, y las papas medio asadas que resulten, que las vendan como ‘cartoffen’ a los restaurantes que oferten platos alemanes. Como apliques esas teorías en tus costas, el turismo gaditano va a estar más hundido que el Córdoba C. F.

La conversación decayó y el Pirulo, sin dejar pasar ni cinco segundos, se nos puso a contar un suceso tragicómico que había escuchado relatar a un par de jubilados en la terraza de una urbanización próxima, aderezado con añadidos suyos que favorecían su comprensión. Más o menos fue lo siguiente

‘’Los hechos tiene unos precedentes que, si no se conocen, inducirían a pensar que el jubilado en cuestión está bastante más ‘tocado’ de lo que parece. Resulta que la pareja tiene un pequeño Opel para callejear, que ya lleva circulando más de diez años. Como suele ocurrir a todos los coches con esa edad, ya empieza a manifestar muestras de ‘cansancio’: matrículas ilegibles de tanto dar en los pilotes (o como se llamen) que limitan los pasos de cebra en las aceras; ruidos extraños en los amortiguadores que aparecen sin causa detectable, y que desaparecen en cuanto llevas el coche al taller; climatizador (¡¡!!) que calienta en verano y enfría en invierno;…

El caso es que la última pejiguera consistió en algo que no molesta mucho en invierno, pero que obliga al conductor a hacer posturitas de tai chi  en las barreras de entrada a los parking: la ventanilla del conductor ni sube ni baja pero, sobre todo, no baja. Antes todo tenía fácil solución: dabas a la manivela que tenías en el interior de la puerta y…¡adelante! ¿Qué querías subirla? Giros en determinado sentido. ¿Qué querías bajarla? Giros en sentido contrario.

Después de un par de semanas, y a raíz de las filigranas que tuvo que hacer el jubilado para coger el ticket del parking del Corte Inglés sin tener que bajarse del coche, decidió llevarlo al concesionario, no sin antes hacer cálculos para ver si podría pagar el arreglo con la paga extraordinaria de junio. Y si no calculen: 1 hora para revisar los fusibles; otra hora para desmontar la cobertura interior de la puerta y dejar a la vista el mecanismo de subida y bajada del cristal; una horita más comprobando el mecanismo y sus diversas piezas para acabar decidiendo que lo mejor es cambiar el módulo electrónico completo;… Total, entre mano de obra y material, la previsible factura no iba a bajar de 100 euros, con la agravante de que la dichosa piececita no vale más de 5 euros. ¡Con lo sencillo que era antes! No te funcionaba una ventanilla, pues soltabas cuatro tornillos, sujetabas una sirga que se había aflojado o, como máximo, la cambiabas y…¡a la carretera!

Ahora decides no complicarte la vida e ir al concesionario, y cuando el jubilado ya lo había decidido, al salir del garaje, y en un descuido, presiona con el codo el botoncito de marras y…¡la ventanilla baja! Encantado con el inesperado ahorro, lo primero que piensa que va a hacer al volver a casa después de los ‘mandados’, es planificar una comida de celebración en un chiringuito cercano, entreteniéndose en el recorrido por el pueblo en subir y bajar la ventanilla como un crío.

Pasan los días  y la avería descrita vuelve a aparecer y desaparecer en varias ocasiones. El jubilado, después de repasar minuciosamente las circunstancias en que desaparece la avería, incluyendo la única vez que en diez meses ha puesto en marcha el limpia parabrisas de la luneta trasera, llega a la conclusión de que en la mayoría de las ocasiones vuelve a funcionar o sigue funcionando si la ventanilla no se ha cerrado completamente. Y como el tiempo veraniego  ha comenzado, decide llevar el coche a revisar para que el arreglo sea definitivo.

Y aquí se empieza a fraguar la situación tragicómica citada hace rato. Nuestro jubilado es un conductor veterano, que lleva ya 52 años con el carnet de conducir y miles de kilómetros a sus espaldas. Y siempre que tiene un problema con su coche, procura llevar su diagnóstico o, por lo menos, el máximo de datos para que el especialista lo defina con garantías, y se evite así el procedimiento de ensayo y error. Y para ello no tiene mejor idea que comprobar si dejando una ranura al subir la ventanilla, el dispositivo sigue funcionando. Y cuando aparca el coche en su plaza de garaje, deja el motor en marcha, baja la ventanilla e intenta subirla de manera incompleta. Para asegurarse de que quede la ranura apropiada, pone sus cuatro dedos de la mano derecha como si la agarrase y aprieta el dispositivo de subida con la izquierda.


Y…¡ay! No retira la mano con suficiente rapidez como para que no sienta que sus dedos han sido aprisionados con fuerza contra el marco de la ventanilla. Intenta sacar los dedos de la trampa en que ha caído y le es imposible. Respira profundo, mira hacia el cielo que no ve porque ya se han apagado las luces automáticas del garaje, se encomienda a todos los santos de los que se acuerda, y aprieta el dispositivo de bajada con su mano libre,…¡y no funciona! ¡Si hacía 15 segundos funcionaba! ¡La madre que parió los automatismos! ¡Y encima estos coches carecen de manivela! Repite el gesto primero suavemente y luego compulsivamente,…¡y nada! Mira el extremo de sus dedos que están en el exterior y van tomando un color que tiende ya a tonos violáceos y, con la esperanza de que su gesto tenga al menos un mínimo efecto, mete como puede los dedos de su mano izquierda por la ranura e intenta bajar el cristal, al mismo tiempo que tira de la mano derecha por si cede unos milímetros. Pero,…¡ni por esas! El chute de adrenalina le provoca un sudor más bien frío y un ‘’totum revolutum’’ de ideas y soluciones que va desechando una a una. 

Ir al concesionario: cosa que es impensable pues ir circulando con el brazo derecho cruzado a la altura de los ojos y cambiando las marchas a la remanguillé y con la izquierda, no lo puede hacer ni un contorsionista del ‘’Cirque du Soleil’’.

Romper la ventanilla: parece lo más factible, pero no tiene a mano (de la izquierda) ningún instrumento contundente, y el único que podría calificarse como tal, su propia cabeza, no la puede colocar a suficiente distancia como para que el impacto tenga resultados positivos.

Llamar a alguien pidiendo ayuda:    aparte de lo que supondría para su autoestima que lo encontrasen en tal postura y situación, el teléfono lo tiene en el bolsillo trasero derecho, con lo que es prácticamente inalcanzable para su mano izquierda.


MANITA VISTA DESDE DENTRO EN EL GARAJE


MANITA DESDE FUERA EN EL GARAJE

Pasan los minutos, el chute de adrenalina da paso a la desesperación, por lo que se inicia un proceso de ansiedad que le lleva a respirar compulsiva y entrecortadamente, hasta que haciendo un esfuerzo logra relajarse lo suficiente como para volver a pensar, si no con claridad, sí con semi-penumbra. Decide intentar de nuevo bajar el cristal con el botón correspondiente, oye que el dispositivo responde, respira aliviado, pero se da cuenta de que sus dedos siguen igual y que lo que baja es la ventanilla del copiloto y…¡y se hunde en la porca miseria! Pero no ceja, y aprieta el botoncito adecuado repetidamente…¡y la ventanilla baja!, sin saber por qué ni cómo, pero baja. Se derrumba en el asiento, mira sus dedos a los que le ha aparecido una cinturilla de avispa morada a la altura de la segunda falange, da gracias a quien corresponda girando la vista circularmente en la oscuridad del garaje, espera un par de minutos a que se le sosiegue la respiración y el latido del corazón, y a que el temblor de piernas que le ha aparecido súbitamente y, por fin, sale del coche. Lo cierra mirándole con cariño y se va.




SIMULACIÓN EN EL EXTERIOR DESPUÉS DE SOLUCIONAR EL PROBLEMA


Cuando el Pirulo acabó, nos quedamos todas mirándonos asombradas y, para no ser menos, el Pisha exclamó como conclusión:

- Ahora entiendo para qué a todos los futuros cargos les hacen una prueba semejante a eso que nos has contado. Para entrenarlos a que cuando se mete mano en los presupuestos siempre hay que dejar un ‘’espacio’’ suficiente para no pillarse los dedos.