domingo, 25 de junio de 2017

Semana del 18 al 24 de junio del 2017

Y el Pirulo sigue con sus recuerdos de su viaje por…¿España?, ¿el Estado?, ¿varias naciones de naciones? ¡Yo qué sé!


Sin proponérnoslo, salimos de Mérida por donde quería la mayoría: con vistas al Acueducto romano de Los Milagros






Sin darnos casi cuenta recorrimos los doscientos y pico kilómetros que había hasta Salamanca, y sin poder tener una perspectiva que nos permitiese fotografiar el viaducto de Béjar.

El navegador nos llevó hasta las puertas del garaje del hotel que estaba situado junto a la Catedral y con indicaciones claras de cómo llegar. Lo que no estuvo tan claro era cómo entrar en él, con una puerta al ‘bies’ y sin una visión lo suficientemente nítida del ‘’precipicio’’ que se intuía detrás de ella. Pero todo salió a pedir de boca y sin un solo rasguño, aunque la mayoría quedamos algo aturdidos por los constantes pitidos, de distinta intensidad y cadencia, que emitían no sabemos qué ayudas ni su para qué, de las que disponía el Nissan.

Al no tener disponibles las habitaciones, a pesar de ser casi las doce del mediodía, decidimos aprovechar el tiempo y ver los ‘alrededores’. Y como nada más salir del hotel tropezabas con los muros de una de las torres de la Catedral, nos pareció buena idea rodearla, curiosear el museo de Art Decco y los Jardines de Calisto y Melibea, y acabar entrando en ella para ver los elementos más importantes de su estructura y compararlos con los de la catedral vieja a la que estaba adosada.









Parece mentira lo que da de sí el dar la vuelta a una catedral, pero en este caso se nos pasó el tiempo suficiente para que estuviesen disponibles nuestras habitaciones y se nos agudizase el apetito lo suficiente como para decidirnos a salir a buscar un lugar donde tomar el ‘’lunch’’, ya que una de las características de este viaje fue que comer, lo que se dice comer, solo era posible a partir de las 8 p.m. Y al final, nos ‘aposentamos’ en un bar que hacía precios especiales a los estudiantes, aunque con pocas esperanzas de que nos aplicasen esa prerrogativa a nosotros, por mucho que insistiésemos de que pertenecíamos a un grupo de Educación de Adultos.








Y después de estar contemplando durante un buen rato a estudiantes de todo tipo, sexo, nacionalidad, y pelaje, nos volvimos al hotel a descansar.







Por la tarde decidimos visitar las zonas más emblemáticas de la ciudad, deteniéndonos sobre todo en la Universidad y en la Casa de las Conchas
















Y por la Rúa Mayor nos acercamos, paseando tranquilamente, a la Plaza Mayor, después de comprar una especie de ‘chaleco veraniego’ de colores vistosos y, al final del recorrido, tuvimos que acelerar el paso y refugiarnos en los soportales de la plaza ante la amenaza de una especie de tormenta de verano que se limitó a unas cuantas ráfagas de viento y una gotas de agua que no llegaron a mojar completamente el empedrado.







De ahí bajamos por la calle San Pablo hacia el Duero pasando por la Torre Clavero y el Restaurante La Hoja, y recordando el mismo recorrido que habíamos hecho unos cuantos años antes en una de las ya lejanas, pero no olvidadas, reuniones del grupo ITE









Y frente al Hotel San Polo, o algo parecido, no nos quedó otro remedio que pedir un taxi, y que logré que la recepcionista del mismo lo llamara tomándome por uno de los invitados a la primera comunión que allí se celebraba, pues ni las piernas ni la respiración nos iban a permitir volver a nuestro hotel en condiciones normales

Y una vez repuestos y vestidos casi de gala, nos fuimos a cenar otra vez al Parador, pero esta vez de Salamanca.











domingo, 18 de junio de 2017

Quincena del 3 al 17 de junio del 2017

Esta última semana el Pirulo ha estado ocupado en ordenar sus recuerdos del viaje que había organizado para los primeros días de junio con sus congéneres de las riberas del Támesis. Si a esto se le añade el que la Tatiqui está como un niño de la posguerra con zapatos nuevos con eso de probar el oxígeno portátil, el resultado es que a ninguno de los dos se le ve el pelo ni la pluma en las reuniones del grupo. Y todos se han puesto de acuerdo en que lo mejor es dejarlos tranquilos con su nuevo juguete a una



Y con sus recuerdos al otro


El comienzo del viaje fue prometedor pues, a pesar de ser primer sábado de mes, circulamos con comodidad. Hasta el cruzar la ciudad de Sevilla  no supuso ninguna dificultad.

Al cabo de unas cuantas horas decidimos hacer un alto en el camino con el problema añadido de que la Ruta de la Plata, ahora convertida en autovía, impedía elegir visualmente el lugar más apetecible, o guiados por recuerdos de viajes anteriores, o por el aspecto que tuviese el chiringuito de carretera correspondiente. Acuciados por la hora y por el kilometraje recorrido, salimos de la autovía y nos detuvimos en Santa Olalla, pueblo que cuenta hasta con un castillo de tiempos de Sancho IV. Cervecita 0,0, paseíto para estirar las piernas, y de nuevo al coche para cubrir los últimos kilómetros que nos quedaban para llegar a Mérida.












Una vez instalados en el Parador, salimos en busca de algún sitio para tomar un pequeño ‘’lunch’’ que nos mantuviese con vida hasta la cena y, callejeando, acabamos en la Plaza de la Constitución donde nos sentamos en el único sitio que nos pareció algo decente, aunque la verdad es que, excepto un ‘’Burguer’’, era el único que estaba abierto en todos los soportales. No se sabe si debido a lo que nos sirvieron o, tal vez, al calor que hacía a esas horas, el caso es que no queda constancia fotográfica alguna ni del qué ni del dónde ocurrieron los hechos.


ARCO DE TRAJANO




Volvimos al hotel serpenteando por calles peatonales y tratando de cerrar un círculo imaginario, y deteniéndonos un par de veces para que la Tatiqui recobrase el aliento y, después de descansar, salimos todos menos la Tatiqui a visitar las ruinas romanas.


TEMPLO DE DIANA









ANFITEATRO






TEATRO


PUENTE ROMANO



¡Vaya paseo! Para el Pirulo, fue como recorrer la costa mediterránea de Cádiz al cabo de Gata sin agua que beber ni sitio donde posarse. ¡Pero aguantó!

Y después de una buena ducha, que duró más que una misa solemne, a cenar y a descansar.




viernes, 2 de junio de 2017

Semana del 28 de mayo al 3 de junio del 2017

El Pirulo, con la excusa de que se va de viaje con la Tatiqui, nos ha dejado una serie de fotos antiguas para que observemos que la conducta de los humanos cambia poco con los años. Y entre otras muchas, que según él tiene almacenadas en algún lugar que no ha querido revelarnos, ha puesto a nuestra disposición unas cuantas de los 30 primeros años del siglo pasado.


1900-1910





Modelo de sillón para diputados que asistan con sus vástagos a las sesiones del Congreso. Se instalarán en la última fila del hemiciclo, y podrá utilizarse también para parejas de diputados del grupo mixto que estuviesen mal avenidos





¡Hay que ver lo que costaba preparar un lugar decente para el difunto! ¿O es que ya había entonces alguna comisión del 3% para alguno o alguna?



1910-1920






¡Ya existían ‘’performances’’ en aquellos tiempos! Solo que se les llamaba teatrillos, y este se organizó en Ronda




Y también los trajes de comunión



1920-1930





Y de las modas, ¡para qué vamos a hablar!






Y lo más curioso. En aquellos años bajaban las mozas de Ronda a divertirse en las playas de la Costa del Sol que, por cierto, estaban como ahora: llenas de piedras aunque con más barcos pesqueros y menos yates.






¿Grupo de teatro? ¿Vecinos de la calle? ¿Integrantes de una manifestación? ¿Indignados?



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¡¡¡Esto es una mantilla y no lo que llevaban la mujer e hija de Trump en el Vaticano!!!






Y a los toros iba todo el mundo. Grupos de hombres, grupos de mujeres y hasta grupos de zagales.