Semana del 5 al 11 de enero
del 2014 (Semblanzas 2)
Esta vez
he elegido un sitio tranquilo de los muchos que hay en esta zona de San Pedro
de Alcántara. Después de reflexionar un rato al sol invernal, he intentado
hacer una descripción del resto de gaviotas del grupo. Unas han resultado más
extensas que otras, pero todas las considero incompletas, aunque creo que
facilitarán la comprensión de lo que se hable y discuta en el grupo en un
futuro.
EL GUINDILLA
Se crió e hizo sus primeros vuelos en el Campo de Gibraltar. Emigró
pronto, aunque por causas desconocidas. Se rumoreaba que había abusado del
contrabando y uso del tabaco y licores. Volvió bastante ‘trabajado’, y al
encontrarse con la Tatiqui decidió quedarse en una zona próxima y próspera:
Sotogrande.
El nombre se lo pusieron los monos del Peñón porque se contaba entre
ellos que había colaborado con la Guardia Civil en tierras del norte, pero
nadie concretaba la función o funciones que pudo desempeñar.
Tranquilo, reposado, y más unido a la tierra que al mar. De buen comer
y mejor beber. Le encantan las conversaciones que rememoran las costumbres,
dichos y remedios propios de nuestros ancestros, de los que deduce siempre
sabrosas aplicaciones a situaciones actuales.
LA TXURI-TXORI
Esta es una auténtica gaviota del Golfo de Vizcaya (o Bizkaia, como lo
escriben ahora). Su juventud la pasó trasteando por la ría del Urumea, sobre
todo en las mareas altas, a la caza de corcones. Así aprendió a volar tierra a
dentro, algo que parecía inútil pero que visto desde la
perspectiva actual era adelantarse a los tiempos, ya que ahora le ha permitido
superar los efectos del traslado del vertedero guipuzcoano a Beasain.
Su nombre proviene de su afición a posarse sobre las tribunas del
antiguo campo de fútbol de Atocha, para descansar después de pasar horas
sobrevolando la superficie del Urumea en busca de algo que comer. Esos ratos de
descanso coincidían a veces con partidos del equipo de fútbol de la Real
Sociedad (el equipo txuri-urdin), por lo que los demás miembros de la colonia
le llamaban ‘’El pájaro blanquiazul’’ (Txuri-urdin txoria), y que, para
abreviar, acabaron llamándola Txuri-Txori
Es amable aunque algo brusca. Se aprecian mucho sus comidas en
cualquier colonia de gaviotas, pues hasta a las más putrefactas les da un toque
personal muy especial. A veces le gusta escaparse al monte y dar rienda suelta
a sus afanes ecológicos: estudios de la biodiversidad, conservación del medio
ambiente, reducción de emisiones de CO2,… Cuando empieza con estos temas y con
sus predicciones escatológicas, la dejamos sola hasta que se calma y toma ella
misma la decisión de volver al grupo, en
el que siempre se le recibe
como si nada hubiera pasado. Sus afanes autonómicos se resumen en una frase:
‘’¡¡¡Yo NO soy de
Bilbao!!!¡¡¡Soy de Donostia!!!’’
EL BORNI
Como muchos de los productos que compramos, es de origen desconocido
pero eliminando el que proceda de China. Él asegura que sus primeros recuerdos
son de la costa tarraconense, aunque no lo hemos podido confirmar. Sí podemos
asegurar que sus primeros, segundos y hasta terceros vuelos los realizó en una
autonomía de pro, de las históricas, de las que iniciaron su andadura en tiempo
de los romanos o incluso antes.
El que le conozcamos como ‘El Borni’ (‘El Tuerto’, en lenguaje
paladino) no es porque le falte la visión de un ojo, sino porque uno de ellos
lo tiene más tiempo cerrado que abierto. Y todo por su afán de ‘ligue’ que, en
tiempos juveniles, le indujo a guiñar el ojo izquierdo a toda gaviota con la
que se cruzaba. Esto, en su madurez, derivó en un tic nervioso que le obligaba
a cerrar el ojo, como mínimo, dos veces por segundo, lo que le obligaba a volar
describiendo una trayectoria helicoidal para ampliar el campo de visión. Esta
característica de su trayectoria nos posibilitaba que le identificásemos a
distancia.
Cachas, pero a veces con poco cerebro, sobre todo cuando debatimos
sobre problemas autonómicos. Entonces, su cerrazón le lleva a afirmar que todo
aquello que ponga en duda la HISTORIA (con mayúsculas) y el EXPOLIO ECONÓMICO (también con mayúsculas) de su país, es pura manipulación españolista. En esos
momentos se siente siempre discriminado, y encima, todos tenemos que consolarlo
y arroparlo, sobre todo la Txuri-Txori.
Y no puedo finalizar sin más
estas pinceladas sobre cada uno de los que nos reunimos por estas playas, así
que , aunque sea con medias verdades, me veo en la obligación de decir algo
relativo a
EL PIRULO
Salió del cascarón en algún rincón de las rocas que están en la zona en
la que el monte Ulía se adentra en el mar. Por lo tanto, muy cerca de la
desembocadura del Urumea, en cuyas orillas hizo las diabluras que le
permitieron las distracciones o ausencias de sus progenitores. Y desde allí se
fue a recorrer mundo con la ilusión y el desparpajo que solo da la
inconsciencia de la juventud. Y el destino, la casualidad o la suerte hizo que
conociera este rincón de la Costa del Sol en el que se estableció hace años.
El nombre, el Pirulo, se lo puso él mismo en honor a un grupo de crías
de gaviota a las que enseñó a volar y a las que entretenía en los atardeceres
con sus historias, mezcla de realidad y fantasía.
Acepta lo que le echen, aunque en privado proteste y remolonee. Actúa
como si acabase de salir del cascarón, y cuando se equivoca en algo siempre
encuentra alguna justificación. Es permeable a casi todo, pero si a alguien se
le ocurre decir algo fuera de su lógica, se pone hecho un basilisco. ¡Vamos!,
que es mejor tenerlo tranquilo y reírse con sus ocurrencias que poner en tela
de juicio alguna de sus aseveraciones.
Creo que con lo escrito queda más
o menos claro de qué pie cojea cada uno de los integrantes de esta bandada de
gaviotas viajeras. Tal vez surjan momentos o situaciones que provoquen la
necesidad de completar estas semblanzas y de razonarlas históricamente. Porque
cada uno lleva a sus espaldas una mochila virtual con aspectos de su vida que
solo conoce el portador las misma, y que, a veces, ni él mismo quiere
recordarlas. Y en esos momentos siempre tendremos a la Tatiqui que con su
memoria, su conocimiento de la psicología de las gaviotas y su capacidad de
predecir, aclarará comportamientos, reacciones, actitudes,…¡o lo que sea!
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