sábado, 11 de enero de 2014

Semana del 5 al 11 de enero del 2014 (Semblanzas 2)


Esta vez he elegido un sitio tranquilo de los muchos que hay en esta zona de San Pedro de Alcántara. Después de reflexionar un rato al sol invernal, he intentado hacer una descripción del resto de gaviotas del grupo. Unas han resultado más extensas que otras, pero todas las considero incompletas, aunque creo que facilitarán la comprensión de lo que se hable y discuta en el grupo en un futuro.


EL GUINDILLA

Se crió e hizo sus primeros vuelos en el Campo de Gibraltar. Emigró pronto, aunque por causas desconocidas. Se rumoreaba que había abusado del contrabando y uso del tabaco y licores. Volvió bastante ‘trabajado’, y al encontrarse con la Tatiqui decidió quedarse en una zona próxima y próspera: Sotogrande.

El nombre se lo pusieron los monos del Peñón porque se contaba entre ellos que había colaborado con la Guardia Civil en tierras del norte, pero nadie concretaba la función o funciones que pudo desempeñar.

Tranquilo, reposado, y más unido a la tierra que al mar. De buen comer y mejor beber. Le encantan las conversaciones que rememoran las costumbres, dichos y remedios propios de nuestros ancestros, de los que deduce siempre sabrosas aplicaciones a situaciones actuales.


LA TXURI-TXORI

Esta es una auténtica gaviota del Golfo de Vizcaya (o Bizkaia, como lo escriben ahora). Su juventud la pasó trasteando por la ría del Urumea, sobre todo en las mareas altas, a la caza de corcones. Así aprendió a volar tierra a dentro, algo que parecía inútil pero que visto desde la perspectiva actual era adelantarse a los tiempos, ya que ahora le ha permitido superar los efectos del traslado del vertedero guipuzcoano a Beasain.

Su nombre proviene de su afición a posarse sobre las tribunas del antiguo campo de fútbol de Atocha, para descansar después de pasar horas sobrevolando la superficie del Urumea en busca de algo que comer. Esos ratos de descanso coincidían a veces con partidos del equipo de fútbol de la Real Sociedad (el equipo txuri-urdin), por lo que los demás miembros de la colonia le llamaban ‘’El pájaro blanquiazul’’ (Txuri-urdin txoria), y que, para abreviar, acabaron llamándola Txuri-Txori

Es amable aunque algo brusca. Se aprecian mucho sus comidas en cualquier colonia de gaviotas, pues hasta a las más putrefactas les da un toque personal muy especial. A veces le gusta escaparse al monte y dar rienda suelta a sus afanes ecológicos: estudios de la biodiversidad, conservación del medio ambiente, reducción de emisiones de CO2,… Cuando empieza con estos temas y con sus predicciones escatológicas, la dejamos sola hasta que se calma y toma ella misma la decisión  de volver al grupo, en el que siempre se le recibe como si nada hubiera pasado. Sus afanes autonómicos se resumen en una frase: ‘’¡¡¡Yo NO soy de Bilbao!!!¡¡¡Soy de Donostia!!!’’

EL BORNI

Como muchos de los productos que compramos, es de origen desconocido pero eliminando el que proceda de China. Él asegura que sus primeros recuerdos son de la costa tarraconense, aunque no lo hemos podido confirmar. Sí podemos asegurar que sus primeros, segundos y hasta terceros vuelos los realizó en una autonomía de pro, de las históricas, de las que iniciaron su andadura en tiempo de los romanos o incluso antes.

El que le conozcamos como ‘El Borni’ (‘El Tuerto’, en lenguaje paladino) no es porque le falte la visión de un ojo, sino porque uno de ellos lo tiene más tiempo cerrado que abierto. Y todo por su afán de ‘ligue’ que, en tiempos juveniles, le indujo a guiñar el ojo izquierdo a toda gaviota con la que se cruzaba. Esto, en su madurez, derivó en un tic nervioso que le obligaba a cerrar el ojo, como mínimo, dos veces por segundo, lo que le obligaba a volar describiendo una trayectoria helicoidal para ampliar el campo de visión. Esta característica de su trayectoria nos posibilitaba que le identificásemos a distancia.

Cachas, pero a veces con poco cerebro, sobre todo cuando debatimos sobre problemas autonómicos. Entonces, su cerrazón le lleva a afirmar que todo aquello que ponga en duda la HISTORIA (con mayúsculas) y el EXPOLIO ECONÓMICO (también con mayúsculas) de su país, es pura manipulación españolista. En esos momentos se siente siempre discriminado, y encima, todos tenemos que consolarlo y arroparlo, sobre todo la Txuri-Txori.


Y no puedo finalizar sin más estas pinceladas sobre cada uno de los que nos reunimos por estas playas, así que , aunque sea con medias verdades, me veo en la obligación de decir algo relativo a

EL PIRULO

Salió del cascarón en algún rincón de las rocas que están en la zona en la que el monte Ulía se adentra en el mar. Por lo tanto, muy cerca de la desembocadura del Urumea, en cuyas orillas hizo las diabluras que le permitieron las distracciones o ausencias de sus progenitores. Y desde allí se fue a recorrer mundo con la ilusión y el desparpajo que solo da la inconsciencia de la juventud. Y el destino, la casualidad o la suerte hizo que conociera este rincón de la Costa del Sol en el que se estableció hace años. 

El nombre, el Pirulo, se lo puso él mismo en honor a un grupo de crías de gaviota a las que enseñó a volar y a las que entretenía en los atardeceres con sus historias, mezcla de realidad y fantasía.

Acepta lo que le echen, aunque en privado proteste  y remolonee. Actúa como si acabase de salir del cascarón, y cuando se equivoca en algo siempre encuentra alguna justificación. Es permeable a casi todo, pero si a alguien se le ocurre decir algo fuera de su lógica, se pone hecho un basilisco. ¡Vamos!, que es mejor tenerlo tranquilo y reírse con sus ocurrencias que poner en tela de juicio alguna de sus aseveraciones.

Creo que con lo escrito queda más o menos claro de qué pie cojea cada uno de los integrantes de esta bandada de gaviotas viajeras. Tal vez surjan momentos o situaciones que provoquen la necesidad de completar estas semblanzas y de razonarlas históricamente. Porque cada uno lleva a sus espaldas una mochila virtual con aspectos de su vida que solo conoce el portador las misma, y que, a veces, ni él mismo quiere recordarlas. Y en esos momentos siempre tendremos a la Tatiqui que con su memoria, su conocimiento de la psicología de las gaviotas y su capacidad de predecir, aclarará comportamientos, reacciones, actitudes,…¡o lo que sea!

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