sábado, 30 de agosto de 2014

Semana del 24 al 30 de agosto del 2014 (Reunión final verano I)

Se acabaron prácticamente las vacaciones, y se han acercado todos los miembros del grupo para celebrar el primer aniversario de su formación. Como gesto conmemorativo hemos organizado una especie de mesa redonda en la que cada uno vamos a intervenir individualmente, contando una historia real o un cuento o lo que se le ocurra, con la única condición de que nadie va a poder interrumpir al que tenga el uso de la palabra hasta que acabe con su relato.


La primera que solicitó nuestra atención fue la Txuri-Txori, que nos encandiló con el siguiente... ¿cuento?


ATARDECER EN EL PASEO DE LA CONCHA

Estábamos reunidos un grupo de congéneres a la orilla del mar en la playa de la Concha en uno de esos días, muy frecuentes por cierto este verano, en que el cielo estaba encapotado, amenazaba lluvia y no se ven humanos a cientos de metros. Chapoteábamos en el límite que marca la marea, cuando una de nosotras vio algo que brillaba bajo la lámina de agua y, ni corta ni perezosa, logró atraparlo con el pico tomándolo por algo comestible. Al comprobar lo duro y rígido que era, lo dejó caer sobre la arena y formamos un corro a su alrededor observándolo detenidamente. Todas se volvieron hacia mí, pues era la más veterana del grupo y la que había pasado más años sobrevolando la bahía. Tuve que explicarles que lo que estaban viendo era una llave que, por su forma y tamaño, podía ser de una taquilla de las que, desde hace tiempo, existían en las cabinas que hay y había bajo los arcos que limitan parte de la playa, y están debajo del denominado Paseo de la Concha.



Me miraron asombradas, y tuve que aclararles que no hacía falta ser muy lista para llegar a esa conclusión, pues del mismo aro del que colgaba la llave había una pieza circular, también metálica, con el número 25 grabado en hueco. La más joven del grupo propuso que nos acercáramos a las cabinas, ya que en esos momentos estaban desiertas y sin posibilidades de que se acercase ningún humano dado que el tiempo amenazaba tormenta, y allí comprobar si existía alguna taquilla con el número 25. Todas apoyaron la propuesta, pues en esos momentos era el único entretenimiento que podía tenernos ocupadas, y encabecé la procesión hacia las cabinas.

Al entrar en el recinto donde se ubicaban me detuve bruscamente, pues el cambio de luminosidad no me permitía ver lo que tenía delante de mi pico, lo que provocó que se me echasen encima las que venían por detrás. Cuando recuperamos el equilibrio miramos a nuestro alrededor sin ver nada que se pareciese a esas taquillas que abundan en las estaciones de ferrocarril de las películas, y en las que el protagonista siempre encuentra un maletín con dinero o con armas. Ya íbamos a desistir y volver por donde habíamos venido, cuando la gaviotilla que nos había inducido a hacer esta excursión, batió las alas para darse un impulso, y se encaramó al mostrador que estaba a nuestras espaldas y empezó a emitir graznidos para llamarnos la atención. Animadas por ella, intentamos todas al mismo tiempo alcanzar el mostrador, por lo que se organizó un revuelo tal que la mitad de nosotras falló el salto y más de una perdió parte de las plumas de las alas. Cuando ya estábamos todas arriba, me dejaron el lugar preferente desde el que podía observar a duras penas, pues casi no había luz, todo lo que había detrás del mostrador: estantes con cajones, zonas de barras donde colgar perchas,… Ya iba a dar la orden de retirada ordenada, cuando me fijé que al fondo del recinto posterior al mostrador, y arrumbado en el rincón más alejado, había un viejo mueble metálico sin huecos visibles y que bien podía ser un antiguo taquillero. Se lo comuniqué al grupo y, para evitar aglomeraciones que entorpeciesen la investigación que habíamos iniciado, les pedí que eligiesen a una de ellas para que me acompañase a seguir con nuestras indagaciones. Sin dudarlo, asignaron a la joven e inquieta gaviotilla el papel de mi ‘ayudante de campo’ y allí, al rincón, nos dirigimos en un corto vuelo.

Después de mucho dar vueltas identificamos a duras penas el número 25 en una de las taquillas. Menos mal que estaba pegada al suelo, por lo que nuestros picos quedaban a la altura de la cerradura sin tener siquiera que ponernos de puntillas. Sujetando yo misma la anilla, la gaviotilla que me acompañaba logró introducir la llave en la cerradura, después de varios intentos y de muchos graznidos cargados de significados no traducibles. A duras penas dimos un cuarto de vuelta a la llave y, tirando de ella, abrimos la puerta, encontrándonos con que …¡estaba vacía! Bueno, totalmente vacía, no. Había un sobre húmedo apoyado en la pared del fondo y en el que se vislumbraban unas palabras que no podíamos identificar por la falta de luz. Lo cogí con el pico con mucho cuidado y sobrevolé el mostrador seguida por la gaviotilla a la que se unieron todas las congéneres, saliendo de la zona de cabinas y posándonos en la arena a la ‘’sombra’’ de los famosos relojes del paseo.

Allí nos situamos todas formando un círculo en torno al sobre en el que podía leerse ‘’PARA EL QUE LO ENCUENTRE Y LE INTERESE’’. Nos miramos perplejas y todas me animaron a que lo abriese, cosa que hice con mucho cuidado para no dañar lo que hubiese en su interior.

El sobre solo contenía un folio escrito que leí emitiendo graznidos altos y claros y que decía lo siguiente:

Para el que quiera leerlo e interpretarlo

Yo no tengo ninguna culpa en ello, pero me llamo José, me llaman Pepe, y mi apellido es GONZALEZ. Con estos atributos comencé instalándome en la Parte Vieja, en el entorno de la Iglesia de San Vicente, aunque al cabo de los años me trasladé a un piso cercano al Buen Pastor. Me dediqué a la pintura y no precisamente a esa que se expone en el Museo de San Telmo. E hice todo lo posible para integrarme en esta sociedad: pintaba gratis la trainera de San Sebastián en las fechas próximas a las regatas de la Concha; me consagré como cocinero indispensable en una sociedad gastronómica con mis sopas de pescado y mis kokotxas (entonces cocochas) de merluza.; fui socio de la Real Sociedad, formando parte del público incondicional que llenaba los domingos las gradas del Fondo Mújica en Atotxa (antes Atocha) y animaba a jugadores como Bagur, Ontoria, Caeiro,…Algo logré aparte de las broncas que me ganaba por tener excusas para pasar más tiempo fuera que dentro de casa, y espero que los frutos de mis esfuerzos los aprovechen mis descendientes. Pero,…¡ya estoy harto! Y por esta carta os enteráis de que he robado un piraucho de los de alquiler y que, aun sabiendo que estoy sentando un precedente, …¡ME LARGO A FRANCIA! Y de allí espero trasladarme a la capital del reino y hacerme invisible por lo menos por un tiempo. ¿Volveré? ¡Qui lo sa! (no sé lo que significa ni me importa)

AGUR


La Txuri-Txori se calló, batimos las alas en señal de aprobación y nos quedamos todos aguardando la siguiente intervención.


sábado, 23 de agosto de 2014

Semana del 17 al 23 de agosto del 2014 (Escenas veraniegas III)

PESCADERÍA


La lleva alguien que ha sido cocinero antes que fraile y, en cuanto a cocinero, en el sentido literal de la palabra. Por lo tanto, los que van allí habitualmente están seguros de  la calidad de lo que les ofrece y, además, les pone a su disposición las recetas que empleaba cuando atendía los fogones de un restaurante. Por otro lado, la confianza aumenta al comprobar que, entre sus clientes, hay restauradores de la zona que son fieles a la amplia gama de productos que tiene en su expositor.


PESCADERÍA

Todos los días, excepto domingos y lunes como es normal en este sector comercial, sale a las tres o cuatro de la madrugada hacia la lonja de Málaga donde, además de los productos de la zona, se ofertan los que desembarcan en los puertos de Galicia y del Cantábrico, algunos de los cuales llegan por vía aérea. Aunque, para asombro hasta de las gaviotas que vienen del norte, la variedad de pescado y de marisco de esta parte del Mediterráneo es casi mayor que la de otras partes de las costas españolas eminentemente pesqueras.


DOS VISTAS DEL EXPOSITOR


Esta es la primera parada que hay que hacer en los ‘mandados’ y, a poder ser, antes de las 10am, pues se corre el riesgo de tener que escoger entre lo que te han dejado los madrugadores y los encargados de abastecer las vitrinas y neveras de los restaurantes. ¡Hasta los vitorianos y los boquerones pueden acabarse para las 11 de la mañana! Y como el problema de turno en verano es serio, sobre todo para la adquisición de exquisiteces, es el único comercio de esta parte de San Pedro de Alcántara donde hay que coger el numerito de la máquina dispuesta a la vista y cerca de la entrada.

Y mientras se espera el turno con un ojo puesto en el expositor para controlar que no se lleven lo que uno pretende, y con el otro en la maquinita que señala el número del afortunado que ya está haciendo su pedido, surgen reencuentros estivales y las subsiguientes conversaciones del estilo de la que se refleja a continuación.

- ¡Cuánto tiempo Jordi! ¿Huyendo de las inspecciones tributarias que están haciendo por tu tierra a todos los que se llaman como el ‘molt honorable’?

-¡Mira Koldo! ¡No me tires de la lengua! Que en la vuestra han escardado solo unos pocos centímetros, pero espera que profundicen un poco. ¿Y a qué vienes por aquí?

- A ver si tienen un besuguito y nos lo podemos hacer estilo Orio.

- ¡Joé Koldo! Aquí besuguitos no hay, como no se fijen en alguno de nosotros. Pero en cambio tienes algo muy parecido y que, si lo tratas bien, aun sabe mejor: el boraz.

- ¿Voraz? ¿Cómo los políticos que cuanto más afanan más quieren?

- Boraz, con B de..¡Besugo! Y si no tienen, porque ahora creo que no es tiempo, llévate una buena cola de merluza.

- ¿Cola de merluza? ¿Aquí en Andalucía? Si la tienen, son sudafricanas y a mí me gustan las trabajadas por las galernas del Cantábrico.

- Eres más inocente que los que votan en función de las promesas que le hacen. Como si en el norte no comieseis merluzas sudafricanas. Si la mayoría entran por las lonjas gallegas y, en el Cantábrico, si se pesca algo, son anchoas y dos o tres bonitos al año. ¡Vais a tener que comprar atunes en el sur y luego decolorarlos antes de envasarlos!

En ese momento se oye la voz de una de las que atienden al público.

- ¡El 36! (segundos de espera)

-¿Está el 36?

- ¡Koldo! ¡Que es tu número!

- ¡Perdón! ¿Tiene bonito?

- ¿Ha hecho usted algún encargo?

- No, pero ¿es que hay que encargar las cosas?

- Es que este año hay muy poco bonito, y lo que llega a la lonja de Málaga alcanza precios muy altos. Por eso, solo lo traemos si nos lo encargan, ¿quiere para mañana?

-¡Yo, de profeta, nada! Todavía no sé ni lo que voy a comer hoy. ¿Y un par de colas de merluza?

- Colas no quedan. Las seis que tenía se las ha llevado un señor, creo que de San Sebastián. Solo quedan cogotes que, si quiere, se los puedo preparar en lomos.

- ¡Qué herejía! ¡Destrozar un buen cogote! (y añade con ironía) ¿qué me puedo llevar que haya dejado el guipuche ese?

- Ha pedido gamba blanca, pero cuando se ha enterado del precio se ha llevado solo un puñadito. ¡Claro! Están a 156 euros el kilo.

- Pues vaya con el guipuche! ¡Menos mal que nos tiene usted aquí a los de Bilbao! ¡Póngame todo lo que queda en esa caja de gambas! Porque aquí admiten tarjetas oro. ¿no?

- ¡No faltaba más, caballero!

- ¿Has visto, Jordi? Si quieres te vienes a tomar unas cuantas a la plancha a esos de las dos.

- Si te pones pesado, voy hasta con la familia, contesta el aludido. Porque nosotros ahora ni nos atrevemos a tirar de tarjeta de esa manera pues, como te descuides, la Agencia Tributaria lo considera manifestación externa de lujo.

En eso se oye ‘’¡El 37!’’, y las ventas siguen su curso.



PUB DE COPAS



Uno de los días que estábamos descansando en esta zona de la calle Constitución, junto a un Pub muy concurrido a partir de las 7 de la tarde, fuimos testigos de la siguiente conversación. Y por lo que decían se interpelaban con los nombres de Zuresko y Koldo, y debían pertenecer a una comunidad de vecinos de alguna urbanización de la zona, de esas en las que los propietarios extranjeros superan en número a los españoles.

- ¡Zuresko! No digas que no son inoshentes estos propietarios. ¡Caen en las trampas más sencillas! ¡Guishajoas!

- Mira Koldo, háblame en cristiano que los de los alrededores de Madrid no somos políglotas. Que a mí me tocó la EGB y ahora ni me acuerdo si la aprobé.

- Lo digo porque teníamos la mayoría de los votos. ¡Aunque hubiésemos tenido la minoría! Como si no pudiésemos inventarnos algo para anular unos cuantos.

- ¡Koldo…!, no sueñes. Si hubiésemos tenido la minoría, ¿qué hubiésemos podido hacer?

- ¡Ay! Los mesetarios que cortos sois. Puesh…, por ejemplo, anular votos ingleses porque no contaban con la certificación de autenticidad de firma de la persona por parte del cónsul del Reino Unido en Málaga. ¿Te los imaginas llamando el cónsul para consultárselo? O si no, diciendo que los nombres de los ingleses no estaban completos porque faltaba el segundo apellido.

- ¡Anda Koldo! ¡Que el paleto eres tú! Con esa manía que tenéis de los diez apellidos vascos no te has enterado que a ellos les basta y les sobra con el primer apellido.

- Pero la trampa tuya para librarnos de los que queríamos, ha sido genial, y encima con nombre rimbombante: ‘’externalización de servicios’’. ¿Y de dónde te la has sacado, Zuresko?

- ¡Experiencia empresarial, Koldo! No sabes las cuotas de la Seguridad Social que me he ahorrado diciendo que era eso el trabajo que hacían en mi empresa los emigrantes. ¡ Y encima, en parte, lo pagaba en ‘negro’!

- Pero el pastón que nos va a costar no lo recuperamos ni en 10 años. ¡Algunos no lo van a poder comprobar en vida!

- ¡Koldo! Ni lo pienses. Tengo preparado un plan de externalización ideal: mes sí, mes no; mes sí, mes no…

- Pues el parque delantero va a acabar siendo una selva y al final podremos solicitar a la Junta una subvención para declararlo zona protegida de la biosfera, porque esta Junta lo traga todo.

- Todo se andará. Lo que me preocupa es la dificultad que puede originarse para acceder a los portales. Entre la ‘’selva’’ de afuera y la porquería que se acumule dentro…

- ¡No te comas el coco, Zuresko! Que la próxima vez también les engañaremos a la mayoría. Porque lo que es seguro es que anularemos el efecto de los que no nos siguen. ¡Ya se me ocurrirá algo!

Viendo que la conversación derivaba en una competición de quién hacía más trampas y de quién ‘machacaba’ más a los que dependían de él, tomamos las de Villadiego para no quedar contagiados, y así perder esa tendencia genética a apoyarnos los de la misma especie.

domingo, 17 de agosto de 2014

Semana del 10 al 16 de agosto del 2014 (Escenas veraniegas II)

CARNICERÍA

Creo que nació al mismo tiempo que la panadería, y están separados ambos sólo por un tabique. Por eso hay muchos clientes que pasan de una a otra sin solución de continuidad, sobre todo los trabajadores: chóped aquí, mollete allá, y bocata preparado. 


El dueño, el que la lleva y el que la atiende son la misma persona que conoce no solo el origen y calidad de lo que vende, sino también, en el caso del vacuno, el nombre y figura del animal de origen de sus productos, pues los visita en las dehesas de la serranía de Ronda donde viven y pacen hasta que les llega la hora. Eso sí, en estos tiempos de crisis se ha acomodado a la clientela y como la normal de aquí prefiere un secreto ibérico a unas chuletillas de cordero, quien quiera un buen lechal tiene que encargarlo y en un par de días pone a tu disposición un lechal de Burgos como dios manda.

La costumbre de la zona es que el lunes se hace acopio de carne para toda la semana, por lo que ese día siempre gotea gente haciendo la compra, y la escena que se describe a continuación incluye, entre paréntesis, los pensamientos de alguno de los presentes.

- ¿Tienes solomillo?

- Uno muy bueno. Y además acabo de desprenderlo de la pieza de vacuno y está recién preparado.

Antes de poder decir nada el cliente, entra una persona con pantalón corto de Tucci y camisa Hilfiger, es decir, un veraneante, e interrumpe el diálogo de intercambio comercial diciéndole al carnicero:

- ¡Oye! Los chuletones del fin de semana, puesh,…¡qué te voy a decir! ¡Ashí, ashí!, ¿gallegos tienes?

- ¡Hombre! ¡Galicia está un poco lejos para trabajarlo con garantías! Pero lo kilos que te llevaste para toda la familia era vacuno del bueno de la serranía de Ronda.

- ¡Ya! Pero no era para toda la familia. Solo somos dos. ¿Pero tú puedes conseguirme chuletón gallego, gallego? Es que si no, intento buscarlo por otro lado.

- (¡Este tío! ¡Se cree que puedo ir a Galicia y traerle la ternera recorriendo el Camino Sur de Santiago a la inversa!) Intentar, intentar, puedo hacerlo pero en esta época es difícil. Hasta las vacas toman vacaciones.

- Eso de las vacas, será un chiste, ¿no? Es que tengo invitados de lujo. Seremos cuatro de buen comer y necesitaría unos 4 kilos de chuletones para estar tranquilo.

-(¡Este me mata y encima me va a espantar la clientela!) Lo mejor es que vaya al Corte Inglés que allí tienen de todo, incluso esa carne especial de Japón, Kobe o como se llame ( y de paso me deja en paz)

- Tienes razón, puesh. Aunque ahora el Corte inglés, con eso del final del Ramadán, lo que más tiene es cordero halal. Además, ya sabes, nosotros cuatro, dos lechales necesitaríamos y, ¿dónde los asamos? Gracias, ¿eh?, Nos vemos la semana que viene.

- (Eso será si te abro. Menos mal que he puesto persiana automática y si te veo de lejos, echo el cierre). ¡Hasta la semana que viene! . ¡Perdón señor por la interrupción! Pero siempre me hace lo mismo. ¿Le preparo el solomillo?

FRUTERÍA

Un ejemplo de ‘’self-made’’ a la andaluza. Emigrantes en la época oscura, trabajadores hasta la extenuación en el país de acogida, ahorros y aprendizaje de una lengua y de cómo tratar a la clientela, vuelta a los orígenes, y creación de un negocio que se entiende y que da para vivir cómodamente, aunque trabajando igual o más que durante la emigración.


Aquí también suelen recalar a la hora del ‘coffee-break’  unos trabajadores especiales y, por lo que solicitan, partidarios de la dieta sana: policías municipales. Si piden  plátanos, se los dan escogidos; si piden sandía, recortada y troceada en su corteza y lista para comer. Siempre hacen la intención de pagar y algunas veces se les cobra y otras no. En compensación, avisan que van a multar el coche mal aparcado de alguna clienta comodona que lo ha dejado en la puerta, pero en zona prohibida.

Otra política comercial es la de dar a probar sus productos: picotas, cerezas, pequeñas porciones de melón o sandía,… Y si hay niños pequeños no faltará la oferta de un plátano o una pera.

-¡El siguiente!

- ¡Yo!, ‘’oranges’’

- ¡Vale! Naranjas, ¿no? ¿Cuántas?

- Quince o veinte

La dependienta va poniéndolas en una bolsa, y cuando va a pesarlas…

- ¡¡No!! ¡Quince o veinte kilos! Que han venidó amigós y gustarles mucho, mucho el orange juice, bueno el ‘sumo de naganja.

- (¡Coño!, sí que les gusta el zumo) Lo mejor es que se lleve un par de cajas que pesan aproximadamente 22 kilos.

- ¡Ok! ¡Pegfecto! ¿Cuánto debo?

La siguiente es una señora muy bien puesta, que ha aprovechado la espera para ir de un sitio a otro observando el género y palpando el que estaba a su alcance. En uno de esos momento se acerca a comprobar lo maduros que están tomates de una caja que había junto a los mostradores y, sin darse cuenta, empuja un cartón de huevos que estaba sobre los mismos. ¡Media docena de huevos al suelo! Menos mal que de las dos o tres docenas que suelen tener los cartones, se salvan la mayoría gracias a la rápida intervención de un cliente que estaba por la zona y logra sujetar el cartón antes de que se cayera. Detención de ventas, colaboración de los clientes en la limpieza del suelo, manejo de escobón y fregona, y al cabo de diez minutos se reinicia la atención a los clientes que, debido al incidente, han aumentado significativamente. Llega por fin el turno de la ‘’manitas’’.

- ¿Qué desea, señora?

- ¡Por fin! Quería un kilo de tomates muy maduros y duros.

- Señora, esas dos cualidades son casi siempre incompatibles.

- Eso será aquí. Donde yo vivo, siempre los encuentro.

- (Paciencia ¡Dios mío! Que aún me quedan muchas horas de atención al público) Estos son de garantía pues los traigo de mi propia huerta. ¿Para qué los quiere usted? ¿Para gazpacho o para ensalada?

- Para ensalada

- Pues llévese estos.

- ¡Vale! Pero como salgan buenos los primeros que utilice, el resto los traigo de vuelta.

- (¡Y aquí voy a estar yo para recogerlos! ¡Que te lo has creído!) ¿Algo más?

- Sí, medio de pimientos verdes ni muy grandes ni muy pequeños.

La dependienta, señalándolos sucesiva y resignadamente, le contesta;

- Para nosotros, estos son grandes, estos pequeños y, por último, tenemos los de Padrón.

- Pues póngamelos de los que llama pequeños, pero donde yo vivo…

- ¡Ya,ya! A estos seguro que los llaman medianos y no pequeños. Pero en nuestra tierra hasta los pequeños se hacen medianos con el tiempo. ¡Qué le vamos a hacer!

La señora se queda callada y no se atreve a abrir la boca al ver la sonrisa irónica de los clientes que la rodean, y que ella no sabe que son clientes habituales de todo el año.

- ¿Algo más?

- Pues sí. Quiero fruta. ¿Qué tal los melones?

-Este año, todos muy buenos. ¿Quiere uno entero como aquellos de las cajas? ¿O medio como estos de aquí?

- Déme medio. ¿Pero son buenos de verdad?

La persona que le está atendiendo, más paciente que el santo Job, y ante el asombro generalizado de los clientes habituales le dice:

-¿Quiere probar usted este medio?

-Y acto seguido corta un trocito y se lo da. La señora lo prueba y le dice que no le convence. La misma operación se repite hasta,,,, ¡cuatro veces!, y al final dice:

- Sabe lo que le digo, que hoy no llevo melón ni ninguna otra fruta. ¿Cuánto le debo?

CONTINUARÁ


domingo, 10 de agosto de 2014

Semana del 3  al 9 de agosto del 2014  (Escenas veraniegas I)

Agosto es, con mucha diferencia, el mes en que más se nota la llegada de veraneantes que, con sus costumbres y modos de actuar en las situaciones cotidianas, dibujan la vida del pueblo con colores y rasgos que lo hacen casi irreconocible para los que vivimos en él todo el año.

Para empezar, voy a intentar  distribuirlos en tres grupos claramente diferenciados y diferenciables.

Los peninsulares mesetarios provenientes fundamentalmente del centro. Y quien dice centro, dice Madrid y alrededores. Porque cundo están fuera de su entorno, hasta los conquenses residentes en Torrejón de Ardoz son capaces de bailar el chotis y de hablar en plan chulapo para que se les reconozca como capitalinos.

Los peninsulares costeños, mayoritariamente  de la zona oriental del Cantábrico. Estos tratan de camuflarse entre la población autóctona en aquellos lugares en los que piensan que, mediante este sistema, pueden obtener alguna ventajilla.  Pero en cuanto están reunidos en torno a una mesa bien surtida, son capaces de dialogar, aunque sea chapurreando, en su extraña e ininteligible lengua oficial.

Los anglosajones, que en esta época  vienen a solearse en vez de a jugar al golf, y que normalmente no se inhiben ante ninguna dificultad que les surja para comunicarse. Cuando sus interlocutores no hablan más idioma que el que vamos a llamar ‘andalusí’, y que no entienden ni los que han aprendido castellano en sus países de origen, echan mano de la mímica y logran siempre que su problema o problemilla tenga una solución.

Lo que viene a continuación es un intento de describir, con trazo grueso, las líneas generales de la trayectoria vital diaria de estos veraneantes aunque dejando, de aquí en adelante, la asociación al grupo correspondiente al libre albedrío del lector.

Al amanecer, cuando volvemos del puerto pesquero de Estepona de aprovecharnos de los desperdicios que echan cerca de la bocana los pesqueros que se acercan al muelle de la lonja, ya nos encontramos con gente que merodea cerca de las urbanizaciones cercanas al paseo marítimo de San Pedro de Alcántara. Y digo merodean porque algunos van buscando la entrada cuya situación tal vez la hayan olvidado. Bajan de los taxis dando gritos, no se sabe si discutiendo sobre quién tiene que pagarlo o quién ha sido el inteligente que ha dado una dirección que, por lo que ven a su alrededor, no coincide con la imagen que tenían al salir de esa misma urbanización unas ocho horas antes. Los que aun pueden andar con cierta gallardía y sin salirse de la acera, van de un lado a otro probando una llave en distintas cancelas, hasta dar con la que responde a sus intentos. Se agrupan, y deciden celebrarlo cantando a voz en grito algo que se parece a eso de ‘’Asturias patria querida…’’, pero que con a voz gangosa con que lo cantan, no se entiende. En los apartamentos próximos se encienden algunas luces, se inician lloros de bebés, se oye algún grito semejante a ‘’¡Cabrones!!¡Que son las seis de la mañana!’’, y entre risas contenidas, desaparecen por distintos apartamentos de la urbanización, después de que alguno de ellos haya evitado a duras penas el caerse en la piscina.


No hemos descansado ni dos horas a orillas del mar, cuando las urbanizaciones empiezan a desperezarse, algo que detectamos porque empiezan a aparecer españoles haciendo jogging, sudando la camiseta o como quiera llamarse, y a los que no les falta los aditamentos normales para estos menesteres: teléfonos última generación, iPods enchufados a los oídos, controladores de pulsaciones o cualquier otra de las constantes vitales, medidores de kilómetros, de pasos dados, de distancia al punto inicial del recorrido,… Y digo españoles porque lo divertido es observar los líos que se hacen al quitarse los pinganillos e intentar poner los adminículos electrónicos en posición de escucha en cuanto detectan la vibración de una llamada. Creen que a gritos les van a oír mejor, y casi siempre se les corta la comunicación antes de saber quién les llama. Menos mal que de eso se encargan lo propios aparatos y pueden restablecer el enlace con quien sea. Y que normalmente es alguien que les pregunta si lo que tienen que comprar es melón o sandía, o algo del mismo nivel de importancia. Y no es porque me lo imagine, sino porque el grito que han dado (‘’¡Melón, jodío! ¡Que la sandía se me indigesta!’’ o ‘’¡El Correo y que sea de Bizkaia!) me lo rebela todo


PLAYA-VISTA A LA DERECHA


PLAYA-VISTA A LA IZQUIERDA


PODA DE PALMERAS EN EL PASEO MARITIMO

En cuanto empiezan a aparecer los primeros bañistas y, sobre todo, los primeros críos que las familias han sacado del apartamento para que no molesten y se entretengan tirando piedras a las gaviotas que paseamos por la orilla, iniciamos el vuelo hacia el centro del pueblo para distraernos con lo que ocurre en los distintos comercios a los que los veraneantes suelen acudir para hacer las compras del día… o de la semana.

Nada más posarnos en lo alto de los edificios de la calle de la Constitución detectamos los cambios en la circulación típicos de esta época.

En cuanto a los coches, se les ve por todas partes aparcados en dobles filas interminables que provocaban nerviosos toques de claxon de los propietarios que tienen los suyos bloqueados; y por cada dos o tres coches con pegatinas de la ITV que se remontan al 2006 conducidos por parsimoniosos jubilados o atarugados emigrantes, pasa un 4x4 de alta gama (Porsche Cayenne, BMW, Mercedes,…) conducido por amas de casa elegante y displicentemente vestidas, que se bajan a comprar el pan o la fruta dejándolo aparcado a voleo. 


CALLE DE LA CONSTITUCIÓN EN SÁBADO



CALLE DE ANDALUCÍA, TAMBIÉN EN SÁBADO

Respecto a los que van a pie, y que casi siempre pertenecen a la población autóctona, llama la atención el cuidado que ponen al ir a cruzar una calle por un paso de cebra. En época normal, los coches paran veinte metros antes si detectan a alguien con intención de pasar de una acera a otra. En agosto, si se te ocurre cruzar la calle sin mirar te expones, como mínimo, a llevarte un susto de muerte al ver un Transformer 4x4 que se te echa encima , obligándote a hacer una salida a lo Usain Bolt en los 100 metros lisos, o, a recular como puedas hasta refugiarte en la acera. Por la velocidad a la que circulan, parece que quieren llegar a casa con el pan caliente.

Pero lo mejor son las escenas que se dan en los distintos comercios a los que acuden los veraneantes tanto ocasionales  como los que están disfrutando de su estancia anual. Voy a tratar de reflejar algunas basadas en observaciones reales desde nuestra atalaya.

Panadería



Lleva más de 10 años atendida por la misma persona, por lo que ya tiene una experiencia consolidada en el trato de clientes de todo tipo y condición. Pero, según dice, ya no se asombra de nada, ni siquiera de lo que ocurre entre las 10 y las 11 de la mañana, cuando se acumula el personal formado tanto por amos y amas de casa como por trabajadores que están en su ‘coffee break’ a la andaluza, es decir, comprando el mollete o barra calentitos que van a rellenar con lo que tengan más a mano.

- ¡El siguiente!

- Deme un pan que esté tierno

- ¡Señora! Todo el pan está tierno. El más antiguo ha salido del horno hace una hora.

- Bueno, pues deme ese (señalando con el dedo)

- ¿El de un cuarto o el de medio de masa dura?

- ¡Y yo qué sé! ¡¡ESE!!

(La dependienta se lo acerca, habiéndolo cogido cuidadosamente con un guante de plástico)

- ¡Pero parece duro por fuera!

- ¡Pues claro, señora! Por eso se llama de masa dura.

- Entonces deme una barra de aquellas. (vuelve a señalar con el dedo en otra dirección)

- ¿Cuál de ellas? ¿La malagueña o la provenzal? ¡Ay, perdón! ¿La clara o la oscura?

- Cualquiera de las dos. ¿Puedo tocarla?

- El pan no se toca señora. Si usted lo toca y no se lo lleva, tengo que retirarlo.

- ¡Pues parece que la corteza es dura!

En esto, un joven con mono de pintor y que está esperando su vez, dice con voz suficientemente alta para que se le oiga:

- A este paso me como el chóped con moho, y encima con pan duro

La señora se vuelve con cara de pocos amigos, y la dependienta tercia para acelerar la decisión de la dubitativa clienta

- Señora, si quiere un pan blando llévese ese pan de molde que está en ese expositor y me lo acaban de traer recién hecho.

Y cumpliéndose el refrán ‘’a enemigo que huye o no sabe lo que quiere, puente de plata’, la señora, muy digna, aprieta con la palma de la mano el pan enfundado en su correspondiente bolsa de plástico, y con una sonrisa, dice

- Tiene razón, me llevo éste.

(CONTINUARÄ)


domingo, 3 de agosto de 2014

Semana del 27 de julio al 2 de agosto del 2014

¡Vaya semana! Vamos a hacer un repaso

Yo, el PIRULO (‘’el burro por delante para que no se espante’’), me di cuenta de que una de las entradas en el blog, una que escribí a mediados de mayo, no la había publicado y me la encontré como ‘’Borrador’’. Cualquier semana de esas que sientes el cerebro reseco y sin conexiones cerebrales, la publicaré

La TATIQUI sigue con sus ‘males’, agudizados por los calores que este año no dan tregua ni por la noche. Durante el día, la flama no te permite posar las patitas en ningún tejado próximo a la playa, y si se te ocurre refugiarte en la zona de eucaliptos, los humanos te espantan a pedradas. No sé si es porque molestamos o porque están cabreados por la falta de arena en la orilla, y tiran al azar todas las piedras que provocan que se trastabillen.

El PISHA anda haciendo ensayos sobre los posibles objetivos que van a tener las consultas que van a poder hacerse al amparo de la nueva ‘’Ley de Regulación de las Consultas Populares Locales en Andalucía’’(¡¡vaya titulito!!), en las que van a poder participar los mayores de 16 años y los inmigrantes empadronados. Ya se ha inventado un par de ellas y que las ha formulado de la siguiente guisa:

- ¿Las instituciones públicas deben amueblar adecuadamente las viviendas vacías expropiadas antes de conocer los gustos de los okupas a los que se les asignen? Sí/No.

-¿Se debe dar preferencia a las operaciones de cataratas de personas con un recorrido vital posterior muy reducido, o, potenciar la contratación de médicos especialistas en cambio de sexo, de los que andamos muy escasos? Preferencia/Potenciar

- ¿Se debería incluir a Gibraltar C.F. en una hipotética Liga de Fútbol exclusivamente andaluza? Sí/No
(Tachar siempre la opción desechable)

El GUINDILLA, ante la crisis y el descenso de tabaco de contrabando en los kioscos de la zona, ha hecho acopio de pintura roja y ha propuesto a las autoridades de la Línea y de Gibraltar el constituir la nueva línea roja de acceso que se va a instalar en la frontera mediante gaviotas coloreadas de rojo (y gualda, si es necesario) posadas en tierra, y perfectamente alineadas en fila de a una. Eso sí, siendo asumida su alimentación por la autoridad  competente. Además existiría la ventaja de poder trasladar la línea roja de un paso a otro según necesidades y sin costo alguno.

La SURFI, aburrida, se ha trasladado a Fuerteventura  a ver y disfrutar del Campeonato Mundial de Wind-surf.

Del FILLOAS seguimos sin noticias, pues las únicas que tenemos de Galicia es que lo mismo se mueren de calor en Orense, que se ahogan peregrinos en la Plaza del Obradoiro al coincidir el quedarse con la boca abierta ante el espectáculo de la Plaza con una lluvia torrencial de las que están abundando en esta época por allí.

La TXURI-TXORI se lo está pasando ‘’pipa’’ con la campaña del bonito pues, en esta época, los desperdicios de las lonjas de los puertos pesqueros de la costa guipuzcoana le permiten seleccionar lo que engulle con criterios sibaritas. Ya nos ha avisado que, en cuanto se inicien las fiestas patronales que ya han empezado con las de Azpeitia por San Ignacio y seguirán con las de la Blanca de Vitoria, se viene a pasar una temporada por aquí.

Del que solo hemos tenido noticias indirectas, pues él no quiere ni abrir el pico abrumado por lo que publican en toda la prensa, es el BORNI. No acaba de digerir lo del ‘’molt honorable’’, y pone como excusa que lo que hacía debería ser un ensayo de lo que ahora se llama (y todo el mundo aconseja a los autónomos) proveer un fondo privado de pensiones. Que empezó muy poco a poco (una pela por aquí, otra por allá) pero que con el follón del cambio a euros se le fue la mano. Y que con el lío que tenía en el ‘’Gobern de la Generalitat’’, no vio el momento de cortar por lo sano, ni tuvo ocasión para reunir a su progenie y decirles que eso estaba muy mal, pero que molto mal. Y además, que estaba hato de oír eso de que ‘’Barcelona es bona, si la bolsa sona’’, y que para que no sonase se fue llevando los euros fuera.


Y a continuación añado, por si os interesa, lo que no fue publicado en el pasado Mayo.

Semana del 11 al 17 de mayo del 2014 

Ya estamos de nuevo en San Pedro de Alcántara.
Y no sé si es por el buen tiempo, pero se respira ambiente veraniego. Hay apartamentos abiertos ‘guiris’ que hacen su vida (¡y sus barbacoas!) en terrazas con flores de todo tipo, jubilados con short enseñando sus serpenteantes varices, y ofertas en comercios y cafeterías. Ahora, por 1,30 € puedes tomarte un café con leche y croissant en la calle de En medio o comprarte unas buenas alpargatas para pasear por 15 €.


BUGANVILLA


IBISCO

Pero, tal como son los humanos, siempre tienen motivos para quejarse. ¡Hasta se han presentado denuncias en el Ayuntamiento porque las campanas de la parroquia suenan a deshora! ¡Si repiquetean es con el fin de despertar a los pocos cristianos que quedan! Ya veremos lo que pasa dentro de unos cuantos años cuando el muecín de turno llame a la oración desde lo alto del alminar cada hora, desde el orto hasta el ocaso, y utilizando todos los avances de la tecnología para que se le oiga en 10 km a la redonda.

Por lo que hemos visto, no podemos faltar más de una semana. El boulevard que están construyendo encima del túnel provoca lo mismo que la antigua carretera nacional a la que sustituye (dividir el pueblo en dos partes) pero, como siempre, hay que sacar rédito a lo mucho o poco que se hace, y nuestros políticos han decidido que esta gran avenida es la frontera que separa dos zonas, y ya las denominan San Pedro Norte (el pueblo de siempre) y San Pedro Sur (la zona más próxima a la playa y con urbanizaciones para veraneantes, también de siempre). Total que nosotras, las gaviotas, somos de San Pedro Sur. ¡Cualquier día nos organizamos en una de esas plataformas populares y planteamos el desanexionamiento!

Como hemos hecho en otras ocasiones para ponernos al día mutuamente de lo que ocurre en nuestros respectivos lugares de origen, la Tatiqui ha propuesto iniciar una ronda de intervenciones asegurándonos, para nuestra tranquilidad, que iba a abstenerse de presentar más creencias irracionales de los españoles. Esto último nos animó, e inmediatamente intervino el Pisha:

- De aquí no nos hagáis hablar más, pues salimos en los papeles un día sí y otro también. Y si no es por ‘pufos’ económicos, es porque hay un iraní en Marbella al que han denunciado por haber formado un harén en su villa palacio con el método de contratar secretarias (según él) en diversos países de Europa.

- ¿Y qué va a hacer ahora? ¿Solicitar un ERE?, bromeó el Guindilla.

- ¡Qué va!, contesté yo. Ha contraatacado diciendo que todo era un montaje para robarle no sé cuántos millones de euros en joyas y cuadros. Total, que nadie se aclara todavía con lo que ha pasado.

- Lo mejor es lo que ha ocurrido en el cementerio de Ronda, apuntó la Surfi. Iban a enterrar a alguien en un nicho, y la estructura esa con plataforma que emplean para los nichos altos, se ha venido abajo, arrastrando el féretro y a los que estaban subiéndolo. Total, un susto de muerte (nunca mejor dicho) y unos cuantos heridos entre los familiares.

- Por lo que se ve, no acabó la cosa ahí, dije yo, pues resulta que ahora la familia de la finada reclama nada menos que 300.000 euros al Ayuntamiento de Ronda por daños físicos, psíquicos y morales. ¡Eso sí que es aplicar el refrán ‘’el muerto al hoyo y vivo al bollo’’!

- En nuestra autonomía somos mucho más optimistas, nos informó la Txuri-Txori. Nosotros estamos de resurrecciones, que para eso estamos en Pascua. Primero nos resucitan la multa esa de la Unión Europea por las vacaciones fiscales de hace años, y a continuación hacemos resurgir de las cenizas del antiguo campo de San Mamés el famoso arco de las tribunas y nos lo instalan en Lezama. Creo que a este último lo van a declarar patrimonio de la Humanidad.

- Y a vosotros, ¿no os pasa nada?, interpeló la Tatiqui al Filloas.

- ¿Te parece poco  la declaración de apoyo al pueblo palestino que se ha conseguido en nuestro parlamento y que ha levantado ampollas entre los israelíes?, contestó el interpelado. Y no os cuento nada de esas monjas de clausura a las que también ha pillado esa ‘borrasca’ de las preferentes y han tenido que pedir dispensa de la clausura para ponerse a vender ‘puerta a puerta’ los dulces que hacen, como único medio para salir a flote económicamente.

- Y vosotros, ¿qué, Borni?, dijo la Surfi medio de cachondeo. ¿Vais a adoptar la falda escocesa como vestimenta típica alternativa para ver si por mimetismo os permiten la famosa consulta?

- ¡No me tires de la lengua, Surfi!, contestó el aludido. Que esto es una cosa muy seria, y cuanto más se acerca la fecha fatídica, más nerviosos se ponen todos.

- Si después de todo lo que ha pasado gana la liga el Barça, os dará un subidón ¿no?, le animó la Txuri-Txori. ¡Y no hagáis lo que nosotros que solo empatamos con los ‘’leones’’!

-No te lo creas, contestó. Lo malo es que si ganamos la liga y eliminamos al Madrid en baloncesto, bajaría la cuota de independentistas. ¡Esas alegrías serían inalcanzables, y renunciar a ellas…!

- Y también estáis vosotros de Pascua de Resurrección, le dijo la Txuri-Txori. ¡Habéis resucitado a la Bultaco! ¡La moto de los 70! Y según dicen la van a fabricar con motor eléctrico.

- ¡Y el contrabando de tabaco! Esta semana la policía ha hecho un alijo por vuestra zona nada menos que de medio millón de cajetillas. ¡Estáis haciendo la competencia a Gibraltar!, añadió el Guindilla.

En esas estábamos, cuando sobrevoló por encima de donde estábamos uno de esos helicópteros de la policía, de esos a los que se aplica el refrán de ‘’mucho ruido y pocas nueces’’, lo que provocó que cada una de nosotras saliera en una dirección distinta, sin darnos tiempo para fijar el sitio de la próxima reunión.

Nota.- A estas horas el Barça de baloncesto ha sido humillado por el Madrid y el otro Barça deja que el At. de Madrid  se lleve la Liga